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Cuál fue su sorpresa cuando preguntó la dirección del gimnasio y la enviaron fuera de la ciudad, ¡hacia la montaña! Con lo que estaba nevando, ¿iba en serio? Menos mal que había traído su calentito abrigo acolchado por dentro y se había puesto unas medias debajo de los pantalones. Pero, dejando a un lado lo adorable que iba, el caso es que aun con gorro, bufanda y orejeras notaba el gélido viento golpearle la nariz. El que inventase algo que realmente abrigase la nariz y te dejase respirar al mismo tiempo se haría rico, seguro.
Pero todos estos pensamientos desaparecieron de la mente de la idol en cuanto pudo atisbar el Gimnasio Hielo.
—Hala... —dejó escapar, impresionada por aquel gran palacio helado. Empezaba a creerse aquello de la princesa de las nieves, desde luego la chica tenía estilo. Había dejado a Aoi sin palabras, y eso ya era decir mucho.
La idol se encaminó al palacio, contenta al comprobar que no estaba muy alejado del pueblo en si, porque ya se estaba temiendo tener que ponerse a escalar la montaña. Cuanto más se acercaba más imponente parecía aquella estructura, hasta que estuvo en la misma puerta principal. No tuvo que preguntarse si debía llamar o entrar o qué, porque había algo que claramente llamaba la atención, situado justo ante la puerta de entrada, sobre los pocos escalones que conducían a ella. Se trataba de un Glaceon.
—Ay, qué monada, ¡hola! —Aoi se acercó al pokémon sonriente, tenía cierta debilidad por los pokémon monos como aquel y además le recordó que ella también tenía su propia evolución de Eevee, lista para aquel desafío —¿Eres uno de los pokémon de la líder? ¿Puedo entrar al gimnasio? —preguntó mientras ladeaba la cabeza.
Por toda respuesta el Glaceon señaló con la cabeza un gran cartel, ¡un cartel! De nuevo casi le pasaba lo mismo que en el Gimnasio Bicho, donde también obvió totalmente el cartel explicativo. Volvió a bajar aquellos peldaños para poder leer el cartel.
—Así que la líder se llama Raine... y debo colocar mis pokéball al entrar... comprendido, ¡no parece nada del otro mundo! —asintió al Glaceon emocionada y volvió a subir a las escaleras —¿Ya podemos entrar, verdad?
Tras recibir un ligero asentimiento del Glaceon, Aoi fue a cogerlo en brazos porque era taan mono, pero el pokémon se deslizó ágilmente por el hielo y la esquivó con total elegancia, para después sonreír de forma enigmática y atravesar la puerta de hielo. Aoi le siguió con un ligero mohín decepcionado, pero no podía enfadarse cuando ese pokémon la había esquivado de una forma tan genial y adorable.
Ambos, pokémon y entrenadora, cruzaron un ornamentado puente de hielo, que por supuesto Aoi se quedó mirando de nuevo sin palabras, desde luego esa chica, Raine, no había reparado en gastos en cuanto a la arquitectura del lugar. Al llegar al final del puente, que terminaba en otra gran puerta, Aoi se fijó en que al lado de esta se hallaba un pequeño pedestal. El Glaceon lo señaló con un cabeceo y la chica comprendió que era allí donde tenía que colocar a sus pokémon, así que sacó las pokéball de su bolsa y las fue dejando una por una en los huecos tallados en el hielo.
 Gardevoir ♀   |  Empoleon ♂   | |
 Flareon ♂  |  Scrafty ♂   |
Cuando dejó la última pokéball, se pudo escuchar un sonido de “click”, y al momento la gran puerta de hielo comenzó a abrirse pesadamente, con el sonido característico de las grandes puertas rechinando pero con un toque cristalino, por el frío hielo que lo cubría todo. Aoi se preguntó qué más le aguardaba en el interior de aquella puerta. Glaceon la observaba con sus inteligentes y fríos ojos, invitándola silenciosamente a entrar. Aoi recogió de nuevo sus pokéball y miró la gigantesca puerta.
Daba la sensación de que una vez dentro ya no había forma de echarse atrás. Claro que Aoi nunca había sido una persona que se eche para atrás.
Esbozó su rostro más animado, se dio ánimos a si misma, y cruzó el frío umbral de la puerta, que se cerró tras ella.
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❄ Nada más entres al hall de entrada, podrás ver unas escaleras que ascienden, con el símbolo del gimnasio en lo alto. En la planta baja podrás localizar tres puertas distintas frente a ti. Son tres pruebas que debes superar antes de ascender por las escaleras, reuniendo cada uno de los símbolos que necesitarás en la parte superior. Para acceder a cada una, pues no es necesario realizarlas en ningún orden, tan solo deberás decir el nombre de la prueba en voz alta. Las opciones son: Intuición, Confianza y Empeño. Cada vez que una prueba sea superada, deberás volver aquí, hasta completar las tres y poder retornar al gimnasio de nuevo, tal y como viene escrito en un pequeño mensaje en una de las paredes heladas. Este también será un lugar de descanso para ti y tus pokémon. Tómate todo el tiempo que creas necesario descansando y meditando aquí. Mientras el tiempo transcurra, Glaceon descansará en un rincón, todavía observándote.
❄ Llegarás a este lugar en varias ocasiones, así que no dudes en disfrutar del gélido descanso que ofrece esta zona. Cada vez que llegues aquí podrás curar a tus pokémon. Ascender hasta la habitación de la líder no será posible hasta que poseas los tres símbolos del gimnasio, habiendo uno tras cada puerta diferente. Puedes poner un recordatorio cada vez, acerca de los que llevas actualmente. Adicionalmente, generar cualquier duda en voz alta hará que Glaceon te guíe hacia la respuesta. Tus elecciones también deberán ser enunciadas en voz alta. En este momento dispones de los siguientes símbolos: Ninguno.
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Estaba muy animada así que subió los peldaños de dos en dos y se plantó frente a la puerta, al momento se dispuso a abrirla y... bueno, no se abrió. Intentó un par de veces tirar del picaporte y luego empujar, pero tampoco servía. Solo entonces reparó en los tres huecos que se encontraban incrustados en ella, con formas distintas y que no parecían casuales. La idol regresó sobre sus pasos y comenzó a bajar de nuevo los peldaños.
—Oye, Glaceon, ¿cómo se abre esta puerta? —el pokémon, por toda respuesta, miró hacia arriba. La chica siguió su mirada y se encontró con... sí, otro cartel que habia pasado por alto —¡Ay, no! ¡Otro cartel! Perdón, prometo que no volveré a olvidarme de leer ningún cartel explicativo —dijo mientras llegaba junto al Glaceon, a pesar de que no podía hacer semejante promesa, pues tarde o temprano volvería a olvidarse de leer los carteles.
Pero por el momento se centró en leer aquellas explicaciones y retenerlas bien en la memoria: a ver, había que superar tres pruebas y conseguir tres símbolos para entrar por la puerta del líder... pero, pero aquello...
—¡Pero si esto es como un videojuego de rol! —se emocionó ella sola, o como se suele decir, fangirleó, porque se sentía como la protagonista de uno de esos videojuegos en los que tienes que derrotar al jefe final y salvar a la princesa. Aunque en este caso, ¿el jefe final ERA la princesa? Bueno, sea como sea Aoi sacó la pokéball de su amiga Gardevoir y la hizo salir de ella —Mira, Gardevoir, tienes que ver esto, ¡es como un juego de rol en el que tienes que ir superando pruebas antes de luchar contra el jefe! —explicó mientras señalaba el cartel.
Gardevoir observó la sala donde se hallaba y después miró a su entrenadora algo maravillada porque hubiera leído las instrucciones por si misma esta vez. Luego reparó en el Glaceon y se acercó elegantemente a él, para intercambiar unas breves palabras en idioma pokémon mientras Aoi estaba entretenida observando las distintas puertas de las pruebas. Evidentemente, la idol no pudo entender lo que decían los pokémon, pero lo traduciremos aquí por el bien de quien lea esto.
—¿Eres tú quien la ha ido ayudando, verdad? Gracias. A veces puede ser bastante atolondrada —mencionó Gardevoir con una ligera inclinación hacia el Glaceon.
—¿Siempre es así? Vaya, debe de ser un dolor de cabeza —respondió el pokémon de hielo.
Gardevoir se giró hacia su dueña y esbozó una ligera sonrisa, claro que era un dolor de cabeza, pero era uno divertido. Caminó hacia la chica justo cuando parecía que se había decidido por una de las tres puertas de la sala.
—Gardevoir, ¿y si elegir la prueba también es una prueba? —preguntó al notar que su pokémon se situaba junto a ella —Ya sabes, como, ¿qué valoras más: la intuición, la confianza o el empeño? —ladeó la cabeza de forma pensativa —En mi caso, creo que sería la confianza. Pero no porque crea que solo con confiar en que ganaré todo sucederá. Sino porque sin confianza en mi misma y en mis pokémon, nunca habría llegado a donde estoy ahora y tampoco seguiría avanzando —miró a Gardevoir y esta asintió, la pokémon también valoraba la relación de confianza que mantenía con su entrenadora y sabía que al resto de sus compañeros pokémon les pasaba lo mismo.
Aoi respiró hondo y se plantó justo delante de la puerta de la segunda prueba. Quizá se estaba montando demasiadas películas por lo del juego de rol y en realidad el orden de las puertas no importaba para nada.
—Confianza —trató de imprimir eso mismo a la palabra cuando la pronunció en voz alta, y después esperó a la prueba que la aguardaría.
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❄ Una imponente puerta se abre, con un sonoro y profundo eco, que podría dejar con indicios de sordera durante unos breves segundos. Tan pronto como entras en la enorme sala, de bellas paredes heladas, las cuales tan solo favorecen la aparición de un amplio eco por toda la habitación, localizas un pequeño orbe en el centro, que contiene el próximo símbolo que necesitas. Alcanzarlo parece fácil, pero probablemente te intriga que la sala no guarde ningún secreto y ofrezca su tesoro sin más. Indudablemente no te equivocas, pues una vez te acercas al orbe puedes observar como la salida queda bloqueada por un grueso muro de hielo. No busques derretirlo, o quedarás atrapado hasta que la prueba haya finalizado en fracaso. Todo ello se puede apreciar en las reacciones de Glaceon. Sería una locura. Aunque el Gimnasio de Hielo no se hace responsable de los que quieran quedar sepultados en el hielo. Piensa con cabeza. Debes convocar un pokémon, y hacer que entre en contacto con el orbe. Esto abrirá una salida, y habrás conseguido con esto tu preciado símbolo. Sin embargo, tu pokémon deberá quedarse custodiando el orbe hasta que la prueba de gimnasio haya finalizado. No te preocupes, la líder jamás dejaría que nada le ocurriera a tu pokémon. Sin embargo, dado que este es el funcionamiento de la prueba, debes confiar en aquel que dejes atrás, pues no podrás contar con su ayuda en el resto del encuentro, ni siquiera en tu combate contra la líder. Glaceon te guiará de nuevo al primer cuarto. Podrás descansar y prepararte para la siguiente prueba.
❄ Algunos pensarán que esta prueba es más fácil de lo que parece, pero no es así. Dejar a uno de tus compañeros atrás debe ser una decisión realmente dura, incluso si es algo temporal. Esto es lo que se busca que medites con esta prueba, entrenador. Nunca defraudes a tus pokémon, y déjales ver que confías en ellos plenamente. Por supuesto, ellos confiarán en ti también, si tu seguridad es la adecuada. Serán necesarias 30 líneas para finalizar esta sección.
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—¿Hola? —pronunció Aoi, pero en aquella sala no había nada más que blancas paredes cristalinas y un orbe en el mismo centro, como incitándola a ir hasta él. Por toda la habitación se repitió “¿Hola? ¿Hola? ¿Hola?” mientras la voz de Aoi rebotaba contra los recodos de las paredes, ¡qué acústica tan genial! —¡Eco! —volvió a gritar solo para escuchar al eco devolverle su voz pronunciando la misma palabra varias veces, cada vez más tenuemente hasta que de nuevo se hizo el silencio. Lo siguiente que iba a hacer era cantar una estrofa de su éxito “¿Dónde está mi Stunfisk?”, pero al girarse se encontró con el rostro serio de Gardevoir mirándola de forma reprobatoria, y se quedó congelada en el sitio, para inmediatamente carraspear y pasar su atención a buscar esa símbolo que necesitaba.
Esta vez observó con atención las paredes, pero para una vez que se acordaba de buscar no había ningún cartel que explicase lo que había que hacer. Todo lo que había era ese pedestal, así que comenzó a caminar hacia él.
Nada más acercarse se escuchó un fuerte sonido que retumbó en toda la sala, y tanto la chica como su pokémon se giraron inmediatamente hacia la fuente de dicho estruendo. Donde antes se hallaba la puerta de entrada a la sala, ahora se encontraba un alto muro de hielo, y no parecía que fuera a volver a abrirse.
—¿Qué es esto? ¿Estamos encerrados? —Aoi miró al Glaceon por si pasaba algo, pero este le dirigía una mirada tranquila y no respondió nada, así que Aoi terminó por entender que esa era la prueba.
Volvió a girarse hacia el orbe porque ya había visto lo que allí se encontraba: el símbolo que estaba buscando, o al menos eso era lo que parecía. Se esperaba más trampas, pero ya no ocurrió nada más, cuando tomó el símbolo en sus manos nada ocurrió. Aoi se quedó observando toda la habitación, pero no parecía haber ninguna salida, salvo la que había quedado tapada por el hielo. Entre esta y la chica, estaba Glaceon lamiéndose una pata tranquilamente, parecía estar esperando a ver qué haría la chica. La respuesta era evidente.
—Gardevoir, vamos a intentar destruir esa hielo, ¡usa Hoja Mágica! —decidió, apostando por arreglarlo con la fuerza bruta. Gardevoir hizo lo que pedía su entrenadora y al momento una lluvia de afiladas hojas de colores cayó sobre el muro... pero no pasó nada, siguió igual de entero e inamovible. Glaceon dejó escapar una risita y Aoi le miró mal —Ya sé, entonces usaré fuego para derretirlo —sacó la pokéball de Flareon, pero antes de que pudiera lanzarla, Glaceon apareció de un salto y le dio un golpe con la cola en la mano a la chica, haciendo que soltase la pokéball —¡Au! ¡Oye! —se quejó mientras se frotaba la zona con la otra mano y luego se agachaba para recoger la pokéball —Vale, lo capto, no es el mejor lugar para usar ataques de fuego.
Glaceon asintió y pareció complacido con esa respuesta, así que Aoi tuvo que suponer que no se podía derretir el muro. Pero tampoco había podido destruirlo, ¿qué más opciones le quedaban? Se quedó pensando y miró a su Gardevoir, que seguía allí de pie, ¿podría hacer algo más...?
—¡Ya lo tengo! Gardevoir, usa Teletransporte para hacernos aparecer directamente en la sala de antes —le pidió a su pokémon, contenta porque se le hubiera ocurrido una idea tan brillante, aunque era evidente siendo ella tan brillante de por si. Sin embargo, Gardevoir intentó desaparecerse de la sala y nada sucedió —¿Qué ocurre, Gardevoir? —la pokémon, por toda respuesta, se teletrasportó a un metro más allá de la sala y esa vez sí que funcionó. Pero cuando intentaba llegar fuera de aquellas paredes, no era capaz. Al final negó con la cabeza, ante la estupefacción de su entrenadora —¿Ese muro también bloquea el teletrasporte? ¡Pero algo habrá que se pueda hacer para salir de aquí! —exclamó, casi esperando que alguien le asegurase que lo había. Pero todo lo que obtuvo fue a Glaceon volviendo a reír por lo bajo. Vale, pensemos, Aoi. Tenía que haber algo que se le estuviera pasando por alto de forma evidente.
Nada más pensar eso su mirada se dirigió al orbe. En realidad podía ser un simple pedestal, pero había un orbe en él. Debía tener algún significado.
La chica se acercó y lo observó, después observó el muro de hielo... ¡ajá! ¿Y si el orbe era una especie de mecanismo que activaba la puerta? En ese caso solo tendría que accionarlo de algún modo...
...así que le dio un buen golpe con la mano abierta.
—¡Ay! —vale, eso no había sido una buena idea. Pero al tiempo que se quejaba del golpe del hielo contra su mano, se escuchó otro sonido que retumbó por toda la sala. El mismo que había sonado cuando se habían quedado encerrados. ¿Sería que la puerta realmente se había abierto un poco?
Volvió a mirar el orbe, algo tenía que tener. Si no había que golpearlo, ¿tal que había que girarlo de alguna manera? No perdía nada por probarlo, así que puso ambas manos sobre él para tratar de accionarlo de alguna forma.
Y entonces el muro se abrió.
Aoi parpadeó un par de veces mirando al muro.
—¿¡Ya está!? —le parecía demasiado fácil, si era así se sentiría muy estúpida por haber tardado tanto en dar con una solución tan simple. Pero en fin, al menos saldría de allí. Dejó el orbe y se dirigió hacia la salida.
Y entonces el muro se cerró de nuevo, cubriendo la salida.
—¿¡Otra vez!? —miró a Glaceon porque de nuevo se escuchó su risita gracias al eco de la sala, ¿qué pasaba? ¿Por qué se había vuelto a cerrar? Si ya había abierto la puerta de alguna forma. Volvió al lado del orbe -tampoco es como si se hubiera alejado más de dos pasos- y volvió a tocarlo. Al momento la puerta se abrió. Dejó de tocarlo y la salida quedó sellada de nuevo. Probó varias veces hasta que estuvo totalmente convencida: la salida solo permanecía abierta mientras alguien estuviera tocando el orbe.
Pero, ¿quién podría...?
Aoi miró al Glaceon con una cara que transparentaba todo lo que estaba pasando por su cabeza y el pokemon de hielo se estremeció de inmediato, para después negar fervientemente con la cabeza y saltarle en la cabeza a la chica, saltando después tras ella con gesto totalmente despectivo y orgulloso. Vale, quedaba claro. Glaceon no abriría la puerta para ella.
La chica suspiró, pues se estaba cansando de no dar con la solución, cuando el muro volvió a abrirse de pronto. Aoi lo miró sin comprender y después se giró hacia el orbe para descubrir que era Gadevoir quien estaba accionando el dispositivo. Su pokemon hizo un gesto hacia la puerta, como indicándole que saliera de allí.
—¿Qué? ¡Pero no puedo dejarte aquí sola, Gardevoir! —se quejó Aoi, acercándose a su pokémon. Esta negó con la cabeza y sonrió, dando a entender que no importaba —Pero... no podré volver hasta que derrote a la líder —Gardevoir sonrió y asintió, ya lo sabia y le alegraba comprobar que en el vocabulario de su entrenadora no se contemplaba la opción de ser derrotada. Aoi siguió mirándola preocupada, aunque sabía que allí no le pasaría nada malo a Gardevoir... —¿Estás segura de que quieres quedarte aquí? ¡Te aburrirás más que un Shellder en remojo! —Gardevoir rió levemente ante ese comentario, además sabía que esa era la forma que tenía su entrenadora de preocuparse por ella. Asintió de nuevo y, al final, Aoi se convenció —Bueno, está bien. En ese caso yo te nombro Caballera Real, Guardiana del Sagrado Orbe de Hielo —le hizo un gesto en cada hombro a la pokémon como si la estuviera invistiendo y luego la abrazó, siendo correspondida al momento -y todo se llenó de nuevo del estruendo del muro al cerrarse porque Gardevoir había apartado la mano del orbe-.
Al final, Aoi se giró para marcharse, dando unos pasos hacia la puerta donde ya la esperaba Glaceon mientras Gardevoir la veía marchar. Pero entonces se giró y se le ocurrió otra cosa, por lo que volvió corriendo junto a Gardevoir.
—¡Ya sé! Para que no te aburras puedo dejarte aquí mi móvil, llevo mis auriculares y tienes todas mis últimas actuaciones aquí, aunque también están en la cuenta oficial de Youtube... —siguió explicando cosas mientras a Gardevoir le caía una pequeña gota por la frente.
Tras eso sí que sí se dispuso a salir de aquella sala, con la silenciosa promesa de regresar pronto a por su amiga.
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❄¡Prueba superada! Vuelves a encontrarte de nuevo en el hall, justo el lugar al que llegaste primero. Estás un paso más allá en las pruebas, tómate un buen descanso, con todo el tiempo que necesites. El lugar no ha cambiado un ápice. Nada más entras al hall de entrada, podrás ver unas escaleras que ascienden, con el símbolo del gimnasio en lo alto. En la planta baja podrás localizar tres puertas distintas frente a ti. Son tres pruebas que debes superar antes de ascender por las escaleras, reuniendo cada uno de los símbolos que necesitarás en la parte superior. Para acceder a cada una, pues no es necesario realizarlas en ningún orden, tan solo deberás decir el nombre de la prueba en voz alta. Las opciones son: Intuición, Confianza y Empeño. Cada vez que una prueba sea superada, deberás volver aquí, hasta completar las tres y poder retornar al gimnasio de nuevo, tal y como viene escrito en un pequeño mensaje en una de las paredes heladas. Este también será un lugar de descanso para ti y tus pokémon. Tómate todo el tiempo que creas necesario descansando y meditando aquí. Mientras el tiempo transcurra, Glaceon descansará en un rincón, todavía observándote. Como puedes ver, todo (hasta la mayor parte de las instrucciones) permanece igual.
❄ Llegarás a este lugar en varias ocasiones, así que no dudes en disfrutar del gélido descanso que ofrece esta zona. Cada vez que llegues aquí podrás curar a tus pokémon. Ascender hasta la habitación de la líder no será posible hasta que poseas los tres símbolos del gimnasio, habiendo uno tras cada puerta diferente. Puedes poner un recordatorio cada vez, acerca de los que llevas actualmente. Adicionalmente, generar cualquier duda en voz alta hará que Glaceon te guíe hacia la respuesta. Tus elecciones también deberán ser enunciadas en voz alta. En este momento dispones de los siguientes símbolos: Confianza.
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Se alejó de la sala donde había conseguido el primer símbolo y miró las escaleras que subían a la sala de la líder. Le faltaban dos símbolos: a su izquierda tenía la puerta llamada Intuición, a su derecha, Empeño. Ahora no sabía cuál elegir, ella siempre se guiaba por su intuición, pero también se empeñaba como la que más en todo lo que hacía.
—¿A cuál te apetece ir ahora, Glaceon? —preguntó, mirando al pokemon que seguía vigilándola como un buen guía. Este ladeó la cabeza extrañado, pareció que era la primera vez que le preguntaban a él. Aunque finalmente se encogió de hombros y señaló a la chica, como queriendo decir que era ella quien debía elegir —Vale, tengo una idea.
Aoi sacó de su bolso una moneda y se dijo mentalmente: “Cara, Intuición; Cruz, Empeño”. Con el dedo pulgar impulsó la moneda y esta cayó sobre su mano tras dar unos cuantos giros, y el resultado fue... cara. Intuición. No se lo pensó más y se acercó a la puerta nombrada con esa palabra, notando como Glaceon la acompañaba al momento.
—Intuición —dijo simplemente al llegar frente a la puerta. Estaba preparada -o al menos todo lo preparada que podía estar- para la siguiente prueba. Después de todo no había combatido ni hecho nada por lo que debiera quedarse descansando, así que no tenía sentido dejar esperando a Gardevoir más tiempo del necesario.
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❄ Acabas de adentrarte en un templo helado, rodeado de agua congelada. Una gran superficie de fría roca, que refleja imágenes como si fuera un espejo, se encuentra frente a ti, justo en el centro de la sala. En ella se puede leer una descripción. "Si deseas el símbolo de la Intuición, enuncia en voz alta tu deseo, y contesta a la pregunta. ¿Por qué combates con tus pokémon?". Tan solo un corazón noble podrá pasar a partir de este punto. Junto a tu respuesta, arroja dos dados concurso. Deberás obtener un total de 10 puntos para saber que tu prueba de intuición fue correspondida. Deberás volver a tocar el hielo y formular tu respuesta en caso de no conseguir el resultado adecuado. Si tu respuesta incluye cualquier tipo de referencia negativa hacia tus pokémon, la líder de gimnasio puede restarte hasta un total de 3 puntos en tu tirada cuando hayas sumado el total necesario. Piensa bien tus palabras, entrenador. Y recuerda que Glaceon sigue vigilándote, incluso si has pasado la prueba.
❄ Afina bien tus sentidos a la hora de responder, entrenador. Glaceon es un guía exquisito. Si mientes, podría llegar a percibirlo, y sentirás el peso de la penalización. De la misma forma, tus pokémon siempre aprenden cosas de ti. Son criaturas curiosas, y se basan en tu ejemplo. Tan solo piensa bien tus palabras, y todo irá bien. La medalla solo será entregada a aquellos de buenas intenciones. 8 líneas serán necesarias en cada uno de tus intentos de resolución de la prueba.
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—¡Kyaa! ¡Otra vez no! —por favor, que no hubiera ningún muro —Uf... —suspiró al darse la vuelta y comprobar que la puerta solo se había cerrado por efecto del viento, pero no parecía estar bloqueada. Contuvo el impulso de correr a comprobar si se podía abrir y volvió a girarse para examinar la sala en la que se hallaba.
Como era de esperar, el hielo cubría toda la estancia, convirtiendo el suelo de la sala en uno reflectante que recordaba un lago, en el centro del cual se situaba una pequeña isla, en este caso una superficie de roca helada. Al acercarse, Aoi notó que reflejaba su imagen con mucha más nitidez que el hielo que cubría el suelo, casi parecía un espejo.
Evidentemente, lo primero que hizo fue colocarse bien el pelo, Glaceon se lo había dejado hecho un desastre al saltar sobre su cabeza, ¡menos mal que no se había presentado así ante la líder!
Lo segundo que hizo fue leer la inscripción, que rezaba así: "Si deseas el símbolo de la Intuición, enuncia en voz alta tu deseo, y contesta a la pregunta. ¿Por qué combates con tus pokémon?". ¿Enunciar en voz alta el deseo? No parecía difícil...
—Deseo retar a Raine, la líder del gimnasio. O sea, que deseo el símbolo para llegar hasta ella, claro —dijo en voz alta. Después quedaba la pregunta... ¿para qué combatía? Bueno, eso estaba claro —Y combato, pues... ¡para ganar y ser la campeona de la región!
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'Concurso' :
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Veamos, tenía que pensar en otra respuesta que no fuera esa, al menos una respuesta un poco más elaborada. Claro que combatía para ganar, si no tuviera intenciones de ganar, no combatiría, eso era lógico. Pero no le parecía que esa fuera la respuesta, es decir, ganar no es el objetivo principal de hacerse entrenador, ¿no? Porque uno también puede ganar al fútbol, o qué sabía ella, a la brisca. Para eso se hubiera quedado en casa jugando partidas de María Car online. Pero entonces, ¿significaba que la pregunta en realidad era “por qué te has hecho entrenadora”? Pero ella se hizo entrenadora para...
—¡Ay, qué difícil! Combato porque es lo que hace un entrenador, ¿no? Y me hice entrenadora porque... los entrenadores son geniales, viajan y viven muchas aventuras —se quedó mirando a Glaceon porque seguía mirándola y terminó por soltar una risita, estaba claro que esta prueba sería dura para Aoi, no es que fuera la persona más reflexiva del mundo, precisamente.
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'Concurso' :
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Al final terminó por dejarse caer y sentarse encima de la misma piedra extraña, con la barbilla apoyada en las manos, ¿qué respuesta se supone que debía dar? ¿Qué haría Gardevoir si estuviera con ella? Jo, hasta ahora siempre había podido contar con su ayuda.
—No es justo, Glaceon, ¿por qué no me avisaste de venir aquí antes de dejar a Gardevoir en la otra sala? —hizo un mohín mirando a Glaceon, que seguía mirándola de forma orgullosa, al parecer ya se esperaba que esa prueba le resultaría complicada, después de todo no era muy difícil darse cuenta de que Aoi era más de ir de forma alocada por la vida sin pararse a pensar —Seguro que Gardevoir sabría alguna forma de salir de aquí, quiero decir... no la entiendo cuando habla, pero aun así la entiendo, ¿sabes? Hemos combatido tanto juntas que es imposible no entendernos, incluso sin tener que hablar. ¡Ay, no sabría decir por qué combato con ella! Pero... pero sí puedo decir que me alegro mucho de haberlo hecho durante todo este tiempo, al igual que con mis otros pokémon, claro —finalizó su monólogo ahí, la verdad era que había terminado pensando en voz alta, pero era exactamente así como se sentía.
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❄ ¡Prueba superada! Vuelves a encontrarte de nuevo en el hall, justo el lugar al que llegaste primero. Estás un paso más allá en las pruebas, tómate un buen descanso, con todo el tiempo que necesites. El lugar no ha cambiado un ápice. Nada más entras al hall de entrada, podrás ver unas escaleras que ascienden, con el símbolo del gimnasio en lo alto. En la planta baja podrás localizar tres puertas distintas frente a ti. Son tres pruebas que debes superar antes de ascender por las escaleras, reuniendo cada uno de los símbolos que necesitarás en la parte superior. Para acceder a cada una, pues no es necesario realizarlas en ningún orden, tan solo deberás decir el nombre de la prueba en voz alta. Las opciones son: Intuición, Confianza y Empeño. Cada vez que una prueba sea superada, deberás volver aquí, hasta completar las tres y poder retornar al gimnasio de nuevo, tal y como viene escrito en un pequeño mensaje en una de las paredes heladas. Este también será un lugar de descanso para ti y tus pokémon. Tómate todo el tiempo que creas necesario descansando y meditando aquí. Mientras el tiempo transcurra, Glaceon descansará en un rincón, todavía observándote. Como puedes ver, todo (hasta la mayor parte de las instrucciones) permanece igual.
❄ Llegarás a este lugar en varias ocasiones, así que no dudes en disfrutar del gélido descanso que ofrece esta zona. Cada vez que llegues aquí podrás curar a tus pokémon. Ascender hasta la habitación de la líder no será posible hasta que poseas los tres símbolos del gimnasio, habiendo uno tras cada puerta diferente. Puedes poner un recordatorio cada vez, acerca de los que llevas actualmente. Adicionalmente, generar cualquier duda en voz alta hará que Glaceon te guíe hacia la respuesta. Tus elecciones también deberán ser enunciadas en voz alta. En este momento dispones de los siguientes símbolos: Intuición, Confianza.
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—¡Ay, no, yo no quería! —dijo algo alarmada, pero entonces vio que la parte que se había derretido era un cuadrado perfecto, eso no podía ser obra suya, y además al derretirse había dejado algo a la vista... —¡El símbolo, el símbolo de esta sala! —exclamó casi sin poder creérselo, ¡vaya! ¿Qué había dicho que le hubiera gustado a la piedra? Lo único que sabía era que la había hecho reflexionar sobre su relación con sus pokémon... bueno, qué más daba, el caso es que ya podía salir de allí.
Así que al cabo de unos instantes estaba cruzando la puerta de vuelta a la sala principal, donde ya sólo le quedaba una puerta por la que pasar. Pero no se sentía con fuerzas como para entrar ya, a saber lo que le esperaba ahí dentro. Fue hasta la pared donde estaba el cartel con las instrucciones y se dejó caer hasta quedar sentada en el suelo, observando como Glaceon la seguía y se colocaba junto a ella.
—Esto es más duro de lo que había esperado, me pregunto si así fue como de sintió Enlace cuando fue a salvar a la princesa Kárcel —mencionó mientras rebuscaba en su bolso y terminaba por sacar un paquete de galletas de canela y una baya, que le tendió a Glaceon. Este se quedó mirando aquella fruta algo sorprendido, pero luego comenzó a comer sin hacerse esperar. Aoi se puso a comer sus galletas a su vez, intentando no llenar el suelo helado de migas. Al cabo de ese pequeño descanso la idol se sentía con muchas más fuerzas para continuar, así que se levantó del suelo y miró al Glaceon —¿Seguimos? —Glaceon simplemente asintió —¿Puedo cogerte en brazos ahora? —fue a hacerlo, pero Glaceon volvió a escaparse grácilmente y llegó antes que ella hasta la puerta del Empeño. La chica hizo un mohín, ¡jo! En fin, era hora de pasar por la última puerta. Llegó hasta allí y pronunció la última clave en voz alta —Empeño.
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❄ Entrar en esta gran sala hace que un escalofrío recorra tu cuerpo. El gimnasio en si ya es bastante frío, pero este lugar parece potenciar eso más todavía. Espero que tengas un gran pokémon para cubrirte de este extraño viento helado, a no ser que quieras quedarte congelado en el lugar, entrenador. Como con todas las cosas de la vida, no debes rendirte. Tienes el símbolo de esta habitación justo delante de ti. Pero tiene un gran guardián, que quiere ver tu esfuerzo, o eso es lo que parece a primera vista. No se trata de pokémon, sino de una fría estatua de hielo, que bloquea el paso. Como si se tratara de un combate pokémon real, debes apartarla de tu camino. Tiene 60pv. Sin embargo, excepto si tu pokémon es de tipo hielo, recibirás una penalización de 10pv (15pv si el número de ronda es múltiplo de 3) por cada ronda a cada uno de tus pokémon que esté combatiendo, gracias al gran frío de la sala. La estatua no tiene debilidades debido al frío de la sala. Una vez te esfuerces lo suficiente como para acabar con ella, recoge tu símbolo, entrenador. La prueba ha terminado, así como la temperatura del cuarto ha vuelto a ascender. Tienes la aprobación de Glaceon, lo que significa que puedes continuar, volviendo así a la sala inicial para tu siguiente reto.
❄ La vida siempre ofrece retos complicados, entrenador. Pero alguien que realmente desea lo mejor para sus pokémon debe mantener la cabeza fría y saber actuar con destreza y velocidad, especialmente en situaciones límite. Aquí serás evaluado en ese tipo de situaciones. Sigue siempre hacia delante, entrenador. Serán necesarias 8 líneas por cada movimiento de esta prueba, lanzando dados de combate hasta que la barra de vida haya sido vaciada.
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Aoi miró a su alrededor y no pudo ver nada más que una gran estatua pegada a la pared del fondo de la sala. Al igual que en las anteriores habitaciones, supuso que ahí estaba la clave para ganar el símbolo, así que intentó dirigirse hacia allí. Pero cada vez que daba un paso el viento le impedía avanzar y no conseguía acercarse a la estatua a pesar de estar tan solo a un par de metros. Tenía que haber una forma de librarse del impacto de aquel viento frío que la estaba dejando helada, ¿pero cuál? Ay, si Gardevoir estuviera con ella se le ocurriría algo. Aunque bueno, también se helaría de frío, la pobre, para aguantar allí un pokemon tendría que ser bastante grande y pesado, tendría que ser...
Un momento.
—¡Adelante, Empoleon, sal de la pokeball! —decidió al momento, ¡casi se le pasaba por alto que tenía un pokémon lo suficientemente grande y resistente como para hacerle de barrera contra ese viento gélido! Después de todo no hacía mucho que había evolucionado... pero al hacerlo se había convertido en un pokemon de acero, el tipo más resistente. Esperaba que pudiera aguantar allí —Empoleon, ¿puedes cubrirme para llegar hasta esa estatua, por favor?
Empoleon hizo un gesto afirmativo y ambos comenzaron el avance, lentos pero seguros. Se notaba mucho la firme barrera que Empoleon formaba, haciendo de cortavientos para Aoi, que por fin podía avanzar caminando tras él. No tardaron mucho en llegar al frente de la estatua, pero entonces otra duda le surgió a Aoi, ¿qué debían hacer ahora? No tardó mucho en encontrar el símbolo, estaba detrás de la estatua. Pero no parecía que hubiera forma de llegar hasta él. Lo primero que se le pasó por la cabeza, evidentemente, fue destruir la estatua, pero entonces recordó el muro de la primera prueba.
—Glaceon, ¿esta estatua se puede destruir? —preguntó para asegurarse. Glaceon la observaba desde un lado y asintió ante la pregunta. Genial, ¡ese era el tipo de pruebas que le gustaban! Sencillo, conciso y resoluble a base de golpes —¡Empoleon, adelante, cárgate esa estatua con Salmuera!
ESTATUA 60/60 |  | ||
 | Empoleon♂ 60/60 |
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'Combate' :
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Claro que entonces el destino, el universo o lo que fuera decidió responder a su pregunta, enviando una ráfaga gélida especialmente fuerte que hizo zarandearse a Empoleon y empezar a respirar con algo de agitación. Oh, claro, las condiciones de la sala... “empeño”... tenía sentido, se trataba de una prueba de resistencia.
—Ánimo, Empoleon, tú puedes lograrlo —esperaba que fuera así, después de todo ella confiaba en su pokémon. Empoleon asintió y se dispuso a volver a atacar a la estatua, así que Aoi no se hizo esperar con sus instrucciones —Vamos, ¡ataca esta vez con Garra Metal!
ESTATUA 50/60 | | ||
| Empoleon♂ 50/60 |
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'Combate' :
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Tras aquel golpe, Empoleon regresó a su posición frente a su entrenadora y entonces el viento volvió a arreciar y a golpear con su gelidez su metálico cuerpo, haciendo que trastabillase y se apoyase momentáneamente en el suelo para después volver a levantarse para continuar. Aoi se sintió aliviada de haber estado protegida por su pokemon, pero al mismo tiempo se sentía mal por ello. Aunque no pensaba irse de allí sin ese símbolo, así que... lo único que podía hacer para que Empoleon pudiera descansar era seguir apoyándole hasta conseguir tumbar la dichosa estatua.
—¿Puedes aguantar, Empoleon? Necesitamos tirar abajo esa cosa, ¡usa Garra Metal de nuevo! —Empoleon no necesitó más que esas palabras de su entrenadora para volver a la carga contra la estatua de hielo que hacía las veces de su rival en aquella “batalla”.
ESTATUA 35/60 | | ||
| Empoleon♂ 40/60 |
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'Combate' :
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—¡Oh, no! ¿Estás bien, Empoleon? —preguntó la chica en cuanto apartó las manos, con las que había tratado de protegerse el rostro por actoreflejo, y vio a Empoleon junto a ella. El pokemon parecía bastante cansado, pero aun así se levantó y se volvió a poner en posición para continuar atacando la estatua —Empoleon... —murmuró Aoi, pero eso hizo que se decidiera, no había llegado hasta allí dudando a la mínima, debía seguir dando instrucciones a su Empoleon y no abandonarlo en medio de una situación complicada —¡Sigamos, Empoleon! ¡Usa Salmuera!
ESTATUA 30/60 | | ||
| Empoleon♂ 25/60 |
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'Combate' :
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