¿Reto para quién? [Sasha v/s Raine]

PERMANENT LINK FECHA DE POSTEO → Mar Jun 21, 2016 2:29 pm

- Pareces… sorprendida, Sasha. ¿Nostalgia, tal vez? No pareces criadora de pokémon, pero a la vez… te veo capaz de cumplir bien con sus funciones. – Aquella fue tan solo una suposición, pero no se detuvo demasiado en ello. Tan solo saltaba a la vista. El alma de un criador pokémon se basaba siempre en el cariño y la atención puestos en sus pokémon, propiamente dicho. - No es tanto lo que conozco. Y es mucho lo que me queda por conocer. Los pokémon son tan fascinantes como magníficos. – Comentó, una vez más. Nunca faltaban palabras para expresar sus emociones ante tan bellas criaturas. Algo que siempre la cautivaba, y que nunca sabía cuándo dejar de hablar de ello.

- Son dos chicas complicadas, ¿eh? Mamoswine… lucha por sí misma, diría. Ella siempre ha sido así. Pero no es para nada algo malo. Sirve de autosuficiencia, y es algo que la ayuda a superarse en diversas ocasiones. Se hace más fuerte porque piensa en ser más fuerte. Curioso, ¿verdad? – Mantuvo un ojo en su propio pokémon. Ella también la vigilaba, y estaba atenta a todas y cada una de las palabras que decía. Le gustaban los halagos y… aunque no lo parecía a simple vista, también aceptaba las críticas. Era algo así como la búsqueda de la perfección. Mamoswine quería ser perfecta a ojos de los demás. Un ego alto, pero tras ello, un gran corazón de oro. - Creo… que te has pasado un poco, Mamoswine. Sabes que luego tendremos que limpiar este estropicio, ¿verdad? - Aunque por la respuesta, a Mamoswine no parecía importarle mucho mientras pudiera lucirse. ¡Hablando de ego!

- Me encargaré de los cuidados intensivos antes de que te marches, Sasha. No quiero que ningún pokémon se marche de aquí herido. De hecho, tengo unos pocos Smoochum en la habitación por la que pasaste para llegar aquí. Son enfermeras expertas, debo decir. E insistiré, ningún pokémon se irá de aquí con un malestar. – Sonrió, dándole todo su apoyo. Aunque había cierta tristeza en sus palabras. Sentía que el combate pronto llegaría a su final inminente. Las duras pruebas, y el gran combate. Todo inicio tenía un final, y la chica se preguntaba acerca de cuál sería dicho resultado. Quizá y Sasha terminaría por sorprenderla a ella, con un gran movimiento final. O quizá se vería mermada por los ánimos que Mamoswine parecía estar mostrando frente a su oponente. Había algo claro. En ese momento, esos dos pokémon eran puros rivales.

- Entonces, Mamoswine… ¿qué te parece si le mostramos a Sasha y a Luxray nuestro movimiento secreto? – Dijo de repente, cuando su pokémon volvió a recibir de lleno el golpe de su oponente. Había sido doloroso, saltaba a la vista. Pero el gran pokémon de hielo se mantenía con sus aires de grandeza, como si no se hubiera despeinado un solo pelo de su cabeza con aquel combo de tipo eléctrico y acero. Tenían un plan preparado para cuando las cosas fueran así de cruciales. Lo más seguro era… que aquel fuera el último movimiento para Mamoswine. Para bien o para mal. Y el propio pokémon lo sabía, pero si Raine lo dijera, simplemente lo negaría. Su orgullo estaba en juego en aquel combate de gimnasio. Y también el de Luxray. Era momento de darle la vuelta, o de caer ante el poder de sus rivales. ¿Cuál sería el resultado? Ella misma se lo preguntaba. Quizá y todo aquello no sería más que una lección de fuerza para Mamoswine y Luxray.

- Rodéate de tu propia Ventisca, y acude a tu oponente con Cabeza Hierro. ¡Un gran final para nuestro combate, que será recordado por los habitantes de Glacius! ¡Adelante! – Al mismo tiempo que los vientos se elevaban a su alrededor, creando un gran espejismo de tormenta escarchada, Mamoswine comenzó a acelerar el paso hacia su oponente. Aquello aún no terminaba, o eso parecía. Las probabilidades de victoria estaban al cincuenta por ciento. Y ambos pokémon compartían los ideales de sus entrenadoras. Sería un gran final, sin tener en cuenta cómo acabaría todo aquello. Los dos pokémon no retiraban sus miradas, mientras el movimiento de Mamoswine se acercaba, con velocidad creciente, hacia el gran desenlace que podría tener aquel encuentro de gimnasio. Los pokémon de las gradas se movieron más bien poco en ese momento. Estaban expectantes. Como si la tensión del ambiente se pudiera cortar con un cuchillo. De nuevo… el gran final.

		LUXRAY♀ 25/60
	Mamoswine♀ 10/60 EXP

PERMANENT LINK FECHA DE POSTEO → Mar Jun 21, 2016 2:29 pm

El miembro 'Raine Liza' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados

'Combate' :
¿Reto para quién? [Sasha v/s Raine] - Página 5 RKiJlGV

PERMANENT LINK FECHA DE POSTEO → Jue Jun 23, 2016 5:39 pm

Mamoswine ♀

10/60

¿Reto para quién? [Sasha v/s Raine] - Página 5 Luxray

Lyani ♀

0/60

─ 5PV por ventaja

¿Nostalgia? Tal vez, un poco, pero no lo admitiría, no quería que mis sentimientos hicieran dudar a Luxray. Criadora no era, pero sabía bien que si quería, podía lograr a serlo, aunque no me gustaba mucho eso, los cuidados de los huevos eran demasiado, me daba miedo tener un error y el pokemon nunca naciera. Aunque claro, ser criador no era simplemente cuidar pokemon nacidos, era crear vínculos con sus compañeros, ¿tenía algo de eso? No sabía realmente. ─ Tienes razón, Raine-San, son fascinantes y muchas veces nos sorprenden, más de lo que deberían a veces… Tengo un pokemon que realmente me sorprendió, sus ganas de evolucionar, llegar al nivel que sus compañeros… Fue asombroso realmente… ─ ¿Glaceon? Sí, esa vez que evolucionó realmente me había sorprendido, atacaba a todo el pokemon que veía con tal de hacerse más y más fuerte hasta que logró su cometido. Evolucionar.

─ ¿Curioso? No lo creo, a mi ver todos los pokemon son así, de una u otra forma intentan ser más fuertes porque piensan en serlo, ya sea en valentía, en fuerza, en velocidad, hay múltiples formas en que pueden hacerse fuertes. Lyani siempre intenta ser más fuerte en su ataque físico, sin embargo… Yo intento fortalecerla en la velocidad, un pokemon eléctrico se distingue en velocidad… Supongo que cuando entrenabas a Mamoswine intentabas sacar sus cualidades como fortalecer su defensa, es sorprendente la defensa que tiene tú pokemon, Raine-San… ─ Luxray simplemente miraba a su enemigo, su pata parecía estar bien, o eso quería esperar. ─ A-arigato, Raine-San, después de este combate pensaba ir al centro pokemon para que se recuperaran, aunque debo decir que… Rai-rai no aceptará que la curen si no aceptas acariciarla y viendo tú fobia, sería lo mejor ir al centro pokemon… Rai-rai es algo… Especial con muchas cosas, en especial en que algún pokemon de otro entrenador se le acerque si no tiene confianza, lo toma como ataque

¿Movimiento secreto? Luxray se alejó al escucharlo, hacía bien, no sabíamos de qué hablaba y eso solo terminaría por darle ventaja a Raine. Luxray se preparó para esquivar, ese golpe le haría un gran daño y no podíamos permitirlo, podía ser algo de lo cual no pudiera recuperarse. Pero algo malo había, llegó el momento de esquivar y luxray no saltaba… Miré su pata, estaba muy dañada, no podía moverla. Utilizó protección creando una barrera al frente aunque la tonalidad y el tamaño era distinto a todo su poder, parecía ser una nada de energía, parecía que luxray no podría seguir, el impacto se hizo, la protección lo había detenido, pero… En unos segundos esta fue rota y luxray recibió el golpe de lleno. ─ ¡Lyani! ─ Esta parecía haber resistido bien, pero realmente ¿estaría bien? Era demasiado el daño recibido y Mamoswine parecía poder seguir aún. Se arrodilló, fue entonces que corrí hacia ella y me interpuse entre ambos pokemon. ─ Es suficiente… Me rindo, Raine-San, no puedo permitirme arriesgar más a Lyani, no así… ─ Di la espalda al pokemon ajeno y acaricie a luxray intentando calmarla. ─ Detente… No quiero que sigas, haz hecho un buen trabajo, pero es el momento de que descanses ─ Mencioné a luxray, esta se limitó a asentir y se recostó en el suelo.

─ L-lo siento, Raine-San… No me sentiría a gusto viendo a Lyani arriesgarse de esa forma ─ Me acomodé viendo a Raine para hacer una pequeña reverencia. Kaien simplemente saltó de las gradas y fue con luxray, aproveche mientras él checaba sus heridas para acercarme a Raine. ─ Vine con un propósito aquí y lo cumplí… Pero aun así, Raine-San… Entrenaré con mis pokemon y te haré frente nuevamente, la pelea de Lyani y Mamoswine no ha terminado, no aún ─ Sonreí levemente. ─ Espero aceptes mi revancha cuando ese día llegue, te demostraré que hemos aprendido y esa vez pelearemos mucho mejor que ahora, Raine-San

PERMANENT LINK FECHA DE POSTEO → Vie Jun 24, 2016 5:35 pm

No podía estar más de acuerdo. Compartía bastante bien las ideas con su retadora. Aunque aquella chica… ¿dudaba? No estaba segura de ello, pero se lo parecía. Era una sensación extraña, casi extravagante. ¿Acaso las palabras que había dejado caer causaban algún raro sentimiento? No… Había algo más. Algo relacionado con aquel Luxray. Podía notarlo. Sus miradas conectadas, sus sentimientos entrelazados… Un poderoso vínculo muy difícil de romper. Algo maravilloso de ver, con una gran compenetración que ascendía hasta las nubes. ¿No era genial?

- Quizá es posible… que esos objetivos salgan de sí mismos a verse reflejados en ti misma. Es difícil de explicar. Pero la unión entre humanos y pokémon es mucho más poderosa de lo que parece a simple vista. Es algo en lo que insistiré siempre. Incluso si pueda llegar a parecer monotemática. – Aquel comentario le hizo algo de gracia. Que una líder de gimnasio hablara de monotemáticas cuando ella misma tan solo se especializaba muy profundamente en un tipo concreto. - ¿Qué opinas de eso entonces? ¿Tan importante es la fuerza para un pokémon? ¿Hasta el punto de ambicionarla como nunca antes? Opino que hay mucho más que eso. Hay pokémon que se preocupan por estar a la altura. Por ganarse tu amor de alguna forma. ¡Son criaturas muy cariñosas! Pero mostrarles que no los quieres solo por eso… me parece fundamental. No veo que tengas ese problema, de hecho. – Negó levemente con la cabeza. Debía respetar cualquier opinión, por supuesto. Pero era muy suya con aquellos temas. A veces hasta conseguir repetirse hasta la saciedad. Hablando de monotemáticas…

- ¿Intentas compensar sus debilidades? Creo que los pokémon tan solo necesitan una pequeña guía y después crecen a su propio aire. Imagina lo siguiente. Si enfrentas a un rival muy veloz y tu pokémon es derrotado… Ambos sentiréis el peso de la derrota, sí. Pero hasta con eso se puede llegar a crecer. Juntos comprenderéis qué era lo que fallaba en ese instante. No son siquiera necesarias las palabras. Es casi… mágico. – Los recuerdos de sus entrenamientos volvieron a ella. Primero, el entusiasmo de combatir juntos, el aprendizaje sacado de la derrota, la felicidad de la victoria. Demasiados detalles, pero todos ellos maravillosos. - Claro que… quién soy yo para decidir lo que cada entrenador haga con sus pokémon. Mientras no sufran daño y ambos lados sean felices… ¿qué problema hay? Acerca de Mamoswine… Creo que es así de dura por lo cabezota que es. Su personalidad es complicada. Los primeros días ni siquiera quería comer lo que le ofrecía. ¿Supongo que no era digna de su grandeza? – Cruzó miradas de nuevo. Su pokémon lo recordaba. Tiempos duros, sin duda.

Se quedó callada mientras la otra chica hablaba de su Flareon. Hablando de cabezonería… ¿No querría que sus heridas sanaran sino la acariciaba? Se lo planteó, una y otra vez, mentalmente. Era difícil para ella acceder a ese tipo de cosas. Especialmente cuando ese Flareon era un pokémon… algo hiperactivo. Por suerte o por desgracia, el tema quedó de lado, y tuvo que dejar de pensar en ello. Instantes después… el combate llegaba a su fin. La chica se rendía.

- ¿E-en qué momento se lastimó la patita? – Detuvo a Mamoswine interponiéndose también entre ambos, del modo que ambas entrenadoras separaban a sus pokémon al mismo tiempo. Una compenetración digna de las dos oponentes que eran. Mamoswine, por su parte, perdió el interés rápidamente, y se dio la vuelta. Probablemente descansaría un rato con el resto de pokémon de la antecámara. Pero ahora era más importante encargarse de Luxray.

- Querrás atenderlo en el Centro Pokémon en Glacius. Pero el camino es largo. A veces me olvido que no puedo sanar personalmente a todo pokémon herido que veo. – Titubeó un instante. El combate había terminado. Sacó de su pequeña bolsita un mini-kit de primeros auxilios. Como mínimo, Sasha podría vendarle aquella patita y con la presión y el menor movimiento, el pokémon sufriría menos. Especialmente si debían viajar hasta la falda de la montaña, de nuevo.

- No hay nada de lo que disculparse. Vuelvo a recordarte tus pruebas. Esto es precisamente uno de los detalles que busco. Pon a tus pokémon siempre por delante de tus retos. Nunca dejes que ellos lo pasen mal por tu culpa. Nunca. – Volvió a negar con la cabeza, recordando a su vez aquella dura experiencia en Cumbre Nevada. Jamás dejaría que algo la hiciera perder el sentido de la razón de aquella forma de nuevo. Ante su siguiente pregunta, bajó la cabeza antes de contestar. - El propósito sigue ahí, Sasha. No debes pensar de esa forma. No hará ningún bien. Tienes entrada libre para visitarme en otra ocasión. ¿Uh? Detente. ¡Beartic! – Llamó la atención del gran oso pokémon en las gradas, que parecía que seguía acercándose más y más al hermano de Sasha, lentamente. Era un pokémon temperamental. No convenía aquello. - Entonces… ¿Saldrás ahí fuera y volverás más fuerte? – Sonrió. No hacía falta que contestara. La estaría esperando. No ponía aquello en duda. Levantó la mirada y observó el cielo a través de las aberturas de la terraza. Lo esperaba con ganas.

PERMANENT LINK FECHA DE POSTEO → Dom Jun 26, 2016 6:01 am

– ¿Algo más? – Miré a luxray. – Realmente… Lyani desde que era una pequeña Shinx siempre quiso ser fuerte, superar al pokemon de mi hermano, demostrarme que era digna… Aunque realmente, yo nunca me sentía digna de ser su entrenadora, ella peleaba sola, incluso aún… Aunque intento apoyarla en el combate, la mayoría del tiempo me ignora y hace lo que quiere, todo por no perder… ¿El poder es todo? No, no lo es, pero apostaría que Lyani no quiere perder no por ella o por orgullo… Porque quiere ayudarme a cumplir mis objetivos, esta vez fue enfrentarte, Raine-San…– ¿Hablaba hacia Raine? No, la utilizaba como medio para que luxray comprendiera. – Los pokemon hacen cosas sorprendentes por nosotros, tanto que intentan siempre cumplir nuestros objetivos cuando nosotros muy apenas lo notamos, Lyani se volvió fuerte para ser mi… Pilar, se puede decir, un medio para poder mantenerme en el camino y no dudar, aunque no funciona mucho ¿cierto? – Reí un poco mientras jugaba con mis dedos. Me había visto dudosa en todo el combate, si Raine me había contado su fobia, suponía que tenía el derecho de saber por qué dudaba tanto. – Por lo mismo… Lyani y yo somos inseparables, aunque tengamos una gran desventaja como esta vez contra Mamoswine… Siempre intentaremos ir hacia adelante

Escuché sus palabras ¿estaba mal entrenar de esa forma a luxray? Debía admitirlo, no sabía mucho sobre entrenar pokemon, por lo mismo no sabía si debía dejarlos a ellos o yo apoyarlos siempre y entrenarlos de alguna forma, eso me dejaba cosas en claras. – ¿E-eh? – Negué con la cabeza. – Los conocimientos no se aprenden solos, hace unos días no sabía cómo entrenar a un pokemon, si realmente lo hacía bien cómo iba o si necesitaban otra cosa. Los consejos son bienvenidos, Raine-San – Sonreí levemente.

Un minuto, tres segundos, daba igual, el combate había terminado, habíamos sido vencidas. Pero una pregunta de Raine me hizo mirarla. – C-cuando el suelo se desestabilizó por el ataque de mamoswine… S-su patita quedó atorada entre la división de la tierra haciendo que le lastimara la patita, p-pero estará bien, mi hermano sabe lo que hace – Negué con la cabeza hasta que Kaien habló, este atendía a luxray. – Tranquila, Raine, vengo preparado para situaciones así, aunque no pensé que fuera un daño de este nivel… Creo que un poco de medicina y una venda jalarán bien – Buscó entre sus ropas y mochila, una… Y otra vez ¿algo faltaba? – Vaya, no tengo… ¿Tendrás una venda, Raine? – Mencionó sin mirarla, parecía que algo lo mantenía asustado o nervioso, se notaba en su movimiento y porque no se encontraba intentando aprovechar la situación y acosar a Raine. Miré a Raine mientras hablaba. – ¿Propósito? No, Raine-San, mi propósito fue cumplido, pero ahora nace uno nuevo. Vine para aprender más, ver cómo había entrenado a mis pokemon, si era lo correcto, si lo hacía bien… Me voy satisfecha, a pesar de que fui vencida, mis pokemon dieron una gran pelea, pero no por eso mis propósitos terminan, se forman nuevos. Ahora mi propósito es demostrarte que aprendí de este combate, volver y vencerte a ti y tu mejor pokemon, no importará rival, te demostraré lo que me has enseñado y mucho más, la próxima vez que venga… Yo te enseñaré en lugar de tú a mí – Fue entonces que al hablarle a beartic me giré, el pokemon era lo que mantenía nervioso a mi hermano. Fue entonces que algo me alertó y saqué una pokeball… Una amenaza de Kaien. – ¡No te acerques! Si lo haces me harás sacar a uno de mis pokemon y tú entrenadora sufrirá ¿eso quieres? ¿La quieres enfrentar ante el fuego? No me molestaría sacar a mi pokemon para que te haga frente – Hablaba sin siquiera mirarlo. Era verdad, Kaien en este momento traía a Typhlosion y Talonflame, ambos pokemon de fuego, era algo lindo que no quisiera sacarlos ante el miedo de Raine. Pero en caso de hacerlo apagaría sus llamas con mi blastoise, no permitiría más miedo. Me giré al escuchar a Raine.

– No, Raine-San… Saldré afuera y volveré para demostrarte que comprendí tus lecciones, el vínculo de mis pokemon será más fuerte, yo me haré más fuerte con ellos como debí hacerlo desde el principio, aunque claro… Puede que conozcas a mis pokemon ya, pero… Lo haré más interesante, ahora que sé tú miedo al fuego… Te demostraré que no necesito fuego para vencerte, mis pokemon ya fueron elegidos para nuestro siguiente encuentro, no tardaré demasiado para enfrentarte. No importa cuántas veces deba hacerlo, lo seguiré haciendo, aprenderé más y más de ti hasta vencerte… Y después de eso, deberás prometerme que nos encontraremos alguna vez y hablaremos sobre los pokemon ¡Quiero conocer todas tus aventuras y vivencias, Raine! – Observé como miraba el cielo a lo que la imité, realmente era hermoso, una tormenta había aparecido y se acababa de ir, todo debido al combate, algo… Hermoso y único de ver, no pude resistir, saqué mi celular y apunté hacia la cumbre, el cielo la remarcaba de una forma tan hermosa que no resistí tomar la foto. Claro, un pequeño pokemon se asomó justo cuando la tomé, un pequeño spheal aparecía en la parte baja de la foto, era hermoso sin duda. – Raine… ¿Entonces qué dices? ¿Aceptas mi apuesta? Un beso si gano… – Realmente no se rendía, pero había hecho un buen trabajo, luxray se acercó a mí y me permitió acariciarla mientras refunfuñaba, estaba molesta porque detuve el combate, realmente quería demostrar su fuerza y ante mi lo había hecho. Cojeaba un poco, pero parecía que podía moverse, aunque esa pata tardaría un poco en sanar por completo, un descanso sin duda para mis pokemon, tal vez unas vacaciones. – Pequeña pulga… Espero que me esperes ansiosa, pues esta vez yo retaré a tú entrenadora… Será divertido hacer las misiones y más tenerte de compañero – Kaien miraba a la pequeña glaceon, realmente era algo molesto, ¿no entendía que podía lastimar los sentimientos del pokemon? Se giró hacia Raine y sonrió como esperando algo ¿qué cosa? ¿una respuesta? Si Raine era lista, no aceptaría, y aunque lo hiciera, había muchas formas de poder engañar a Kaien, era muy idiota a veces.

PERMANENT LINK FECHA DE POSTEO → Mar Jun 28, 2016 2:52 pm

- Hay pokémon a los que les gusta simplemente combatir. Pero debes tener muy en cuenta lo que verdaderamente quieren. Un pokémon que es feliz, es mucho más fuerte, y expresa mejor cada uno de sus gustos, tanto dentro como fuera de combate. Tan solo recuerda: Eso no tiene porqué conllevar que sus deseos se encuentren ahí. – Intentó explicar su versión, aunque no era excesivamente clara y concisa. Comprender a un pokémon no siempre era tarea fácil. Recordaba todos sus intentos de aprendizaje junto a Weavile. El pokémon, a pesar de todo el tiempo que llevaban juntos, aún no la consideraba digna del todo. Eso no quería decir que iba a dejar de ser constante. Lo intentaría hasta el final. - ¿No te consideras digna? Eso… es un gran error. Quizá tus pokémon han llegado a notar esto. Pokémon y entrenador han de ser uno. Una unidad que trabaja junta: Confianza plena. Una vez consigas atravesar las adversidades y conseguir algo de confianza en ti misma… Las cosas comienzan a ir mejor. Sonreír juntos es el mayor tesoro, Sasha. No les preocupes a ellos, y confía un poco más en ti misma. – Enunció con seguridad. Aquello no eran más que recuerdos de sus propios viajes. Una vez las dudas se disipaban, el viaje se hacía más ameno. No, incluso más allá. La vida junto a los pokémon debía disfrutarse en todo momento. El disfrute del entrenador muchas veces se reflejaba en las entrañables criaturitas.

- Creo que tu visión es verdadera, Sasha. Lo único que hace falta pulir como superficie de hielo es tu confianza. Del mismo modo que fuiste capaz de poner plena determinación en el bienestar de tu pokémon cuando confiaste en él para dejarlo atrás. Hablando de eso… – Chasqueó los dedos, y con el sonido resonante sobre las brillantes paredes de hielo, se abrió la puerta del cuarto anterior. La sala dedicada a los pokémon, para que pudieran jugar a su gusto. - Este pequeño te ha debido de echar mucho de menos. Aunque… diría que se lo han pasado en grande en la sala de juegos de abajo. De hecho… la han dejado patas arriba. Pero puedo asegurar que hoy alguien de aquí se marcha tras haber hecho un gran amigo. – Sonrió. Dos pokémon se acercaron. Una pareja de Cubchoo bastante inseparable. Casi parecían amigos de toda la vida. Uno de los dos era el pequeño Ditto que la chica había dejado atrás en la Cámara de la Confianza.

El Cubchoo habitante del gimnasio levantó la manita, como si fuera a chocar los cinco con Ditto. Se llevaban asombrosamente bien para el poco tiempo que llevaban juntos. Raine podía predecir que, a pesar de que el pokémon de Sasha estaba deseando volver con ella, no había sido para nada un castigo o similar quedarse con tales compañías. Aquella visión la enternecía, al tiempo que unía los brazos frente a sí. Aquel Ditto había disfrutado de amor y compañía. Se notaba que Sasha lo quería mucho.

- Si es necesario… Daremos tratamiento a tus pokémon antes de marcharte. Insisto, ninguno se irá de aquí herido. ¿Una venda? Debo tener en la sala dedicada. ¿Quieres que vaya a por ellas? – Observó primero a Sasha y después a su hermano. Incluso si se trataba de un pokémon que pudiera llegar a temer, tendría en consideración sus tratados. Todo pokémon debía permanecer sano y salvo, especialmente en su propia casa en Glacius Town.

- Confío en volverte a ver de nuevo por aquí, Sasha. Serás bienvenida. En realidad todo aquel de corazón puro puede alcanzar sus metas en este gimnasio. Es algo que todo el mundo debería tener en cuenta cuando organiza sus propósitos en la vida. – Asintió, sin dudar un solo instante. Se encontraba segura de sus palabras. Sasha… era digna de la medalla. Se la daría tan pronto como sus dudas se resolvieran. Combatir no lo era todo, pero con un poco de trabajo, el equipo formado por Sasha y sus pokémon podría ser casi invencible. - Aunque debo decirte que no existe un pokémon mejor que otro entre mis compañeros. Los amo a todos por igual, sin importar el tiempo que lleven conmigo y nuestro vínculo. – Añadió a su aclaración, sin muchos detalles más.

- Te… deseo suerte en tus viajes, Sasha. Sé que volverás en busca de tu medalla. Estaré esperando tu vuelta. ¿Supongo que os marcháis ya? ¿Necesitáis algo antes de partir? El viaje es largo hasta la falda de la montaña. Debo insistir. – Preguntó, con algo de curiosidad. Debía decir que no esperaba que se detuvieran demasiado. Eran entrenadores llenos de determinación. La calma pertenecía a los líderes de gimnasio, como educadores que eran, para ayudar a los entrenadores a alcanzar la cima. Un sueño, una meta. Para ambos lados. - ¿Perdón? – Dijo de repente, sorprendida por las palabras del chico. ¿Qué clase de insinuación era aquella? ¿Jugarse un… qué en qué? Ni de lejos. Sonaba casi insolente, pero no lo dijo en voz alta por educación. Ver para creer… - ¿Dos posibles retadores? Eso es… bueno, dentro de lo que cabe. En tal caso no solo te esperaré a ti, Sasha. Aunque debo decir que ese Glaceon es complicado. Yo no lo molestaría si fuera tú. – Observó al pokémon de hielo. No, no parecía querer estar demasiado más tiempo allí. Era más, con elegancia dio un brinco, dando la espalda al entrenador y caminando grácilmente en dirección contraria, alejándose a paso ligero.

PERMANENT LINK FECHA DE POSTEO → Sáb Jul 02, 2016 5:58 pm

─ Entiendo, Raine-San, aunque, prefiero mil veces que ellos elijan sus caminos, si se equivocan es cuando yo entro a apoyarlos y ayudarlos a tomar el mejor camino, solo cuando ven que les costará algo o simplemente que no pueden ir hacia adelante o también… Que quieren que los guie, es cuando yo entraba, supongo que está bien pero a la vez mal. Un entrenador siempre debe estar a un lado de su pokemon, nunca detrás o por lo menos es mi forma de verlo, pero… Muchas veces me ciego yo misma y por darles libertad a ellos, los dejo hacer lo que quieran ─ Escuché lo que dijo, miré hacia el suelo, tenía razón, incluso yo lo sabía, pero ni me escuchaba a mí misma, siempre tenía que decírmelo otra persona o no tomaba el consejo. ¿Pulir mi confianza? Tenía razón, era una de las cosas que más me fallaba, una cosa que debía arreglar para la revancha contra ella. Un chasquido me hizo salid de mis pensamientos y mirarla hasta que otro sonido, unas puertas se abrían, me giré solo para ver dos pequeños cubchoo, parecían hermanos, no se separaban hasta que el más pequeño me vio.

─ ¡Ditto! ─ Podía reconocerlo fácilmente, no sabía cómo, pero sabía que era ditto, me agache y el cubchoo corrió hacia mí hasta tomar forma de un pikachu, típico en él. Lo abracé y acurruqué entre mi chaqueta, realmente lo había extrañado. Se alejó de mí y chocó la patita con el otro cubchoo, se notaba que se habían llevado muy bien en el poco tiempo juntos. ─ Y-yo también lo eché de menos ¿Te divertiste? A-agradece tú estadía con la líder ─ Mencioné mientras mi pequeño amigo asentía y se lanzaba sobre la líder hielo para abrazarla, era algo hiperactivo, pero realmente tierno, lo que más le gustaba a ditto eran los abrazos y luxray, pero eso era otra historia. ─ Si puedes, sí, le haría bien a la pata de luxray ─ Mi pequeña luxray solo bufó molesta con Kaien.

─ Ya que insistes, Raine-San… Pero creo que alguien se mostró como es en combate y no realmente. Estaba emocionada porque sería el primer combate que tendría… ¡Rai-rai! ─ Grité mientras sacaba su pokeball y la lanzaba al aire, al salir el pokemon lo atrapé en brazos, mi pequeña Flareon. ─ Realmente es calmada y calculadora, pero la emoción le ganó, en combate la conociste como es en uno, pero fuera de él… Bueno… ─ Miré a mi pokemon, el cual se limitaba a mirar a Raine y mover la cola suavemente. ─ E-espero que no le temas o te hayas hecho una imagen mala de ella, Raine-San. Es orgullosa, creída pero muy tranquila, pero también es muy desconfiada, no permite que cualquiera la cure, no si no se atreve ni a tocarla, es una pequeña Flareon especial ─ Reí un poco. ─ E-es la que pone en su lugar al resto de pokemon de fuego cuando se descontrolan y también pone en su lugar a mi hermano… Creo que ya viste por qué ─ Miré a Kaien de reojo mientras hablaba, era molesto algunas veces. Ignoré lo que hacía y apliqué un poco de medicina en Flareon, le ayudaría a llegar al centro pokemon.

Negué con la cabeza, no necesitábamos más cosas, estábamos listos para partir. Miré a Kaien y a Raine de inmediato cuando ella habló. Kaien iba a hablar, sople suavemente en la oreja de Flareon y esta entendió. Lanzó una bolita pequeña de fuego, una minúscula solo para dar una advertencia. Kaien entendió y prefirió callar. Miramos a glaceon, Flareon se quedaba quieta solo viendo cómo se iba y a mí, bueno, a mí me daba risa. Pero las horas pasaban. ─ Debemos irnos, nos volveremos a ver, Raine-San y esta vez, seré más un reto que ahora, lo prometo ─ Sonreí mientras empujaba a Kaien a la salida. ─ Gracias por todo, nos vamos antes que la noche nos caiga y los pokemon necesitan un buen descanso ─ Regresé a Luxray a su pokeball seguida de Flareon, terminaríamos por ir corriendo, así que necesitábamos máximo movimiento para llegar al centro pokemon, dejar mis pokeball y dormir, me había agotado mucho. Nos despedimos y terminamos por intentar salir del gimnasio, Kaien casi cayéndose y yo patinando, era la mejor forma.

PERMANENT LINK FECHA DE POSTEO → Sáb Jul 02, 2016 6:57 pm

- No se trata tampoco de… limitarlos, o de llevarlos más allá. Cada pokémon es libre en sus acciones, pero con el tiempo, comienzan a confiar en la persona que los entrena. Ellos dudan, al igual que nosotros. Pero esa confianza a veces hacer que sus decisiones se unan a las tuyas. Y dos mentes… son mucho mejor que una. – Aquella visión podía tener diferentes puntos de vista, pero la de cada entrenador podía variar. Aquello era lo que ella opinaba. - Para conseguir confianza hace falta tiempo. No esperes que todo se solucione por su cuenta. Pero tampoco dejes pasar las oportunidades. Cada minuto junto a tus compañeros es clave para el avance. – Mientras sus palabras se pronunciaban en voz alta, la líder se fue acercando a la barandilla lateral tras la que se asomaba el gran paisaje de Cumbre Nevada.

Observó el amor desenfrenado de Ditto hacia su entrenadora. Por supuesto, amor puro y sincero. Eran una parejita entrañable, sin importar la forma que Ditto tomara. Se planteó por un momento lo que era disponer de un compañero así, que podía tomar cualquier forma a placer. Su forma fue la de un Pikachu cuando fue en su busca, y la líder de gimnasio simplemente acarició su cabecita con dulzura, antes de dejarlo marchar de nuevo. Habían estado mucho tiempo separados, su lugar estaba junto a Sasha.

- Tampoco… la he juzgado como realmente es. Pero no resulta fácil. No para mí. – Su mirada seguía fija en el horizonte, donde se perdía en su inmensidad. Algo le decía que no iba a ser ni la primera ni la última vez que tuviera un problema así con un retador. - No tiene por qué actuar diferente aunque sea uno de mis temores. Cada pokémon debe ser como es. Incluso con sus defectos. Eso los hace únicos. – Incluso si desde allí no podía verse su rostro, pero podía apreciarse una sonrisa triste a medida que el viento recorría el hueco entre las columnas.

- Mi imagen de ella no puede ser mala. Cada pokémon es perfecto en sí mismo. Y es por eso que tanto los amamos. Aunque siento mucho no ser capaz de tratarla como se merece. Al menos por ahora. – En su mente se formó la imagen de ella misma acariciando a cierto Charizard. Habían sido meses de tratos constantes. Aquello no era fácil, y menos aún con un pokémon desconocido que había dado tal exhibición de movimientos de fuego. Casi parecía sacada de un concurso pokémon.

- Existen pokémon con gustos y disgustos, con elementos en su personalidad que nos agradan o no. Pero confío y creo que no existen los pokémon con pura maldad. Siempre hay algún motivo detrás que los hace moverse. Generalmente la presencia de los humanos. – Miró abajo. ¿Realmente eran así sus creencias? ¿Realmente iba más allá del entendimiento? En aquel momento, mientras sentía la mirada directa de aquel Flareon… no podía pensar con claridad. Al menos no en algo tan profundo como podía resultar aquello. - Pero siento que… ya discutiremos de todo esto muy pronto. Con tu segunda visita. El tiempo no apremia cuando la velada es fantástica. – Aquello al menos alejó la tristeza de su sonrisa.

- No busques únicamente el reto, Sasha. Nuestro encuentro será placentero, así como otra posible gran conversación. Vuelve cuando quieras, te estaré esperando. – Aquello prácticamente sonaba como una cita concertada. ¿Tendría validez? Cumpliría sus palabras. Estaba segura de que lo haría. Solo era el comienzo de un gran viaje para aquellos dos hermanos. Ella no había sido más que el bache, el obstáculo que detenía su caminar. Pero aquello no había acabado. Estaba segura de que tarde o temprano, aquello resultaría en un encuentro que ni ella, ni Sasha ni ninguno de sus pokémon, podrían olvidar.

¿Reto para quién? [Sasha v/s Raine]

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