Equipo:

¿Acaso era muy difícil el ver el cielo despejado en aquella ciudad? Eso parecía, sobre todo al encontrarme con el mismo tétrico paisaje que la vez anterior, un clima que permanecía extrañamente igual e incluso podría jurar hasta en las mismas condiciones desde mi última visita. No que fuese hace tanto tiempo, pero al menos mantenía la pequeña esperanza que algo podría cambiar; Tal vez a un clima más ameno y amigable. Algo que me pudiese hacer sentir más bienvenida y que lograra calmar un poco mis nervios que comenzaban a traicionarme, aumentando esa pesadez en mi pecho que de a poco alentaba cada uno de mis pasos hasta el punto de detenerme completamente en la mitad de lo que parecía ser una extensa calle.

Entreabrí con dificultad ambos de mis ojos suspirando pesadamente sin levantar en ningún momento mi mirada, fija hacía el suelo como si hubiera algo interesante que observar, agradeciendo por dentro el que la ciudad permaneciera casi desierta sin muchos entrenadores u otras personas que recorrieran los alrededores. O tal vez solo era mi impresión y estaba sola haciendo el ridículo, puede ser. Pese a ello me mantuve en esa posición por unos segundos, concentrada en poder calmar un poco esa ansiedad que con cada respiración comenzaba de a poco disiparse… “Puedes hacerlo.” Palabras que al principio carecían de significado, pero que al repetirlas internamente una y otra vez  aumentaban mi confianza. Desapareciendo aquella opresión inicial, al mismo tiempo que mis piernas comenzaban a sentirse más ligeras permitiendo el poder moverlas con mayor facilidad.

Dando un último suspiro observe lo que me quedaba de camino hacia adelante. Sabía ya donde quedaba el cementerio, pero nunca me di la idea que este se encontraba cerca de uno de los gimnasios que tanto caracterizaba al lugar. Ni si quiera me había cruzado por la mente visitarle para saber dónde se ubicaba, pues nunca creí que volvería para intentar enfrentarme contra quien por lo investigado por los lugareños se trataba de su nuevo líder. Datos vagos y no muy útiles, al ninguno ser capaz de darme la ubicación exacta, probablemente no muy contentos de entablar una conversación con un cuaderno. Pero todos llegaban a la misma conclusión; Estaba ubicado cerca del frondoso bosque que cubría tanto la mansión como el cementerio.

Medite mis decisiones y quienes serían los que me acompañasen en esta travesía, tenía claro no podría realizar un cambio una vez me encontrase en sus dominios. Era ahora o nunca. Algo que al final no me tomo bastante tiempo como esperaba al tener ya en mente lo que haría, sin ser cambiada esa decisión por el previo ataque de nerviosismo y por lo cual mantuve de mis parpados algo cerrados antes de continuar. Marchando con mayor decisión sin perder el rumbo a donde suponía debería de llegar, notando como de a poco el camino se dificultaba sin verse con claridad que había por delante.

Si bien a principio el camino terminaba casi al inicio de la separación de las rutas, decidí continuar con el sendero contrario guiándome con los alrededores al ser curiosamente conocidos, pero decidiendo rodearle por las previas instrucciones que me habían dado. Sin embargo a medida que continuaba más creía que me había desorientado, pues la cantidad de árboles aumentaban sin ver si quiera una estructura o edificio que me diera a entender que estaba cerca. Sumado a ello la neblina que de a poco dificultaba mi visión obligando a detenerme para poder palpar hasta el suelo al ver como se perdía entre esa espesa cantidad de bruma blanquecina, sin querer caer en algún agujero o tropezar con una rama como sucedido antes. Tampoco ayudaba el no reconocer por donde regresar, menos cuando parecía que de a poco comenzaba a encerrarme como si quisiese envolverme.

Esto no era bueno, menos cuando mi alocada imaginación me hacía ver cosas que no se encontraban allí, como si la neblina tuviese vida propia… ¿O tal vez sí? “¡Contrólate mujer!” Cerré con fuerza mis parpados controlando mi respiración nuevamente, no podía quedarme quieta, tenía que seguir antes que sucediera algo…Raro. Manteniendo mi vista al frente aun si no pudiera ver nada, suponía si seguía con ello lo encontraría, solo esperaba que fuese antes de que perdiese totalmente en donde estaba.

Era reconfortante sentir de nuevo aquella envolvente calidez que aumentaba cada vez que acomodaba las sabanas alrededor de mi cuerpo, refugiándome entre ellas con mayor fuerza y generando por la simple acción que soltase un largo suspiro de satisfacción de mis labios tras encontrar una posición cual me permitiese descansar tranquilamente. Tarea que comenzaba a complicarse al cobrar mayor conciencia de mi cuerpo y como con ello una molesta punzada recorría parte de mi nuca causando que abandonase ese sueño placentero para volver lentamente a la realidad; Cruda y dolorosa realidad. Rehusándome aun a enfrentarla, me acurruque sobre mi costado izquierdo cubriendo mi cabeza con la blanca sabana para poder bloquear cualquier tipo de molestias, cerrando con fuerza mis párpados como si con ello pudiese volver a los brazos de Morfeo… Pero claramente eso sería imposible.

¿A qué hora piensas levantarte?

Gemí con desagrado dando media vuelta mi cuerpo con intenciones de darle la espalda a donde suponía provenía el origen de aquel sonido, pensando tal vez solo era mi imaginación pues no recordaba el haberme encontrado con nadie en mi camino. Aun con ello no tenía fuerzas ni ganas de querer pensar por ahora… Solo necesitaba cerrar mis ojos para poder dormir un poco más y recuperar mis energías. Después abría espacio para las dudas.

¡Que te levantes de una buena vez!

Ugh… ¡Bien, ya me desperté!... Y en serio me arrepentía de hacerlo... Supongo el incorporarte de golpe con un dolor intenso, no ayudaba en nada. Apartando de a poco las sábanas junto a las frazadas que me cubrían y llevando una de mis manos a masajear suavemente la parte posterior de mi cabeza ante las constantes punzadas que iban cobrando intensidad a medida que pasaban los segundos. Suspire pesadamente volteando con sumo cuidado de un lado hacia el otro para poder inspeccionar mis alrededores, teniendo que repetir la acción para asegurarme ante la sorpresa de estar en un lugar a primeras irreconocible.

Parpadeé una y otra vez a modo de aclarar un poco mi visión sin comprender del todo que estaba ocurriendo, había una clara desconexión en alguna parte de mis recuerdos que no coincidían con lo que suponía debía de encontrarme al despertar. Mi memoria no era de confiar lo sabía a la perfección, pero tampoco era así de mala. La última escena antes de encontrarme tendida sobre esta cama había sido el caminar a ciegas por la extensa neblina hasta ya no poder ver nada enfrente ni siquiera por dónde iba ni hacía donde ir, luego… Luego nada, solo oscuridad y al despertar nuevamente me encontraba… Aquí.

Pero ¿Qué era exactamente ‘aquí’?

No había que ser un genio para saber qué se trataba de un dormitorio perteneciente algún pequeño en la edificación. La decoración de los murales y la caja de juguetes apoyada en un rincón acompañado de algunos muebles colorines lo daban a entender a la perfección. Imágenes y objetos que mientras más me detenía a observarlos, traía con mayor fuerza esos vagos recuerdos de infancia con mi madre. El aroma de comida hecha en casa que brotaba por todos lados junto a la calidez propia de un hogar, aumentaba esa nostalgia cual se combinaba con el extraño vacío en mi interior. Aun si tenía en mente que nada de esto me pertenecía e inclusive tuviese alguna relación conmigo; Esa sensación no se marchaba. Adueñándose de un sentimiento ajeno, como si una parte de mí reconociera cada rincón de la habitación como propio, añorando poder recorrer cada objeto nuevamente tras la larga ausencia y recuperar el tiempo perdido. Pero… ¿Por qué?

La intensa punzada en mi cabeza fue la única respuesta que logró formularse, interrumpiendo cualquier otro tipo de idea que pudiera explicar lo que ocurría. Ocupando ambas manos como soporte ante la nueva ola de dolor repentina, mordiendo con fuerza mi labio inferior como si fuera un tipo de ancla para poder calmarme, esperando inocentemente que cesara por si sola. Sin embargo nada ocurrió y por el contrario parecía ser peor a medida que el tiempo pasaba. Soltando un leve gemido adolorido, aferrándome con mayor fuerza e intentando reprimir cualquier otro nuevo sonido que saliera de mi boca al no querer llamar la atención si es que existiesen más personas por los alrededores. Algo extraño sucedía con ese sitio en particular, todo lo que lo rodeaba causaba esa incómoda reacción que comenzaba a sofocar por el constante e invasivo golpeteo de información. Imágenes de personas o lo que suponía por su peculiar figura humanoide, sitios que nunca había recorrido pero que a la vez se sentía tan cercanos… Con un aura muy familiar, reconociendo casi automáticamente y ligándose a memorias que me eran desconocidas.

N-no lo quiero… Haz que se detenga…

Ahogue un leve grito apretando con mayor fuerza mis párpados, sintiendo como cada parte de mi cuerpo se contaría con fuerza por el dolor que no cesaba, latente a las memorias completamente ajenas. Al mismo tiempo que aquellos recuerdos agradables y de cierta manera felices comenzaban a tornarse mucho más violentos y dolorosos. Tristeza, pérdidas, odio y venganza eran sentimientos casi palpables con cada suceso que se reflejaba uno tras otro sin detenerse. Escenarios que iban cambiando pero con los mismos resultados, disfrutando de mis acciones y la satisfacción de cada vaivén ocasionado por el movimiento de aquel cuchillo sobre quien sería mi próxima víctima, llevando a esas alturas incontables muertes sobre mi espalda. Y a pesar de querer prevenir estas tragedias no podía hacer nada, solo era una simple espectadora que observaba impotente sin poder controlar ni siquiera mi propio cuerpo cual continuaba con el mismo proceso a medida que avanzaba sin permiso. Solo permitiéndome el poder escuchar los gritos de agonía de quienes fueron amigos y familia, junto aquella risa sádica que resonaba mucho más fuerte a medida que intentaba evitarla, siendo ya bastante difícil creer si era real o meramente producto de mi imaginación.

El eco de los sonidos que acompañaba cada recuerdo lentamente comenzaba a desvanecerse junto a ellos, dejando un suave zumbido en ambos oídos a medida que cobraba mayor conciencia de mi cuerpo y sobre lo que ocurría. A pesar lo nublada de mi mente, pude percatarme de la presencia de un peso extra sobre mi regazo que se movía de manera oscilante, consiguiendo llamar mi atención y enfocar mi cansada mirada a dicha dirección sin lograr descifrar a primeras de que se trataba. Parpadeé con lentitud sintiendo como algo húmedo rozaba por mi mejilla, llevando una de mis manos para poder retirarla… Huh ¿En qué momento estuve llorando?

Limpie cada una de las lágrimas con el dorso de mis muñecas, notando la gran cantidad que seguían cayendo sin poder detenerlas… Todo fue tan real y aun no podía explicármelo. Pero el alivio se hizo presente al encontrarme nuevamente recostada en la misma posición sobre esa cama, esperando internamente no volver a tener que preocuparme. Un suave chirrido casi inaudible me sacó de mis pensamientos, volviendo nuevamente mi mirada hacía mi regazo observando esta vez directamente a Snorunt quien de vuelta me miraba intensamente. Ladeo como pudo parte de su cuerpo, sin dejar de mostrar aquella preocupación que se reflejaba en sus diminutos ojos y a lo cual no pude más que sentirme culpable por ser la causante. Sonriendo casi de manera instantánea, apoyando una de mis manos sobre su puntiaguda cabeza a modo de calmarla, sintiendo como de a poco su tenso cuerpo se relajaba a la caricia, cambiando su semblante a uno ya más tranquilo y contento.

– Oh ¡Veo que ya despertaste! – La voz de una segunda persona en el lugar distrajo cualquier tipo de acción sobre mi compañera. Volviendo ambas hacía donde estaba la puerta de la habitación, algo sorprendida por su extraña aparición, sin darme cuenta con anterioridad de la misma. Si bien por la oscuridad no permitía verle a la perfección, por el tono sincero de sus palabras suponía era quien de alguna u otra forma me había ayudado pese al no entender del todo como.

Pero mi sorpresa fue mayor tras acercarse, pues al prender la lámpara del pequeño velador junto a la cama, no pude evitar ahogar un suave grito aferrando con fuerza a Snorunt entre mis brazos, tomando la mayor distancia posible hasta que mi espalda impactara duramente contra la pared. – Pequeña… ¿Estás bien? Oh, l-lamento si te he asustado. – Mi reacción pareció haberle afectado, pues su felpudo brazo se acercó un poco para luego retraerlo antes que pudiera tocarme. Mostrándose bastante lastimada por mí actuar.

Consiguiendo que me arrepintiera en el fondo pero… ¡N-no sabía qué más hacer! Era una reacción normal de temor, más cuando no conocía al otro. Sobre todo cuando este ‘otro’ ser medía el triple de mi altura y tenía grandes rasgos de ser humana con algo parecido a… ¿Una cabra? Ya no entendía nada de lo que estaba ocurriendo, o si es que continuaba soñando aun. Pese a lo desconocido, de a poco comenzaba a relajarme ante la amabilidad que reflejaba la mayor e inclusive se dio el tiempo para tomar distancia a medida que me recuperaba. Le observé unos segundos notando la rigidez de sus hombros y resto del cuerpo, disminuyendo inclusive el tono de su voz con cada palabra a modo de intentar tranquilizar la incómoda situación como podía. Pequeñas acciones que no pasaron desapercibidas, menos ese reconocimiento y ¿Cariño? que aun siendo una extraña no me fue ajena. Brindando el ánimo necesario para el primer paso después de unos segundos de reflexión.

Tomando una bocanada de aire pude de a poco conseguí normalizar mi respiración, acercándome al borde de la cama para sentarme, enfocando mi mirada a primeras hacía donde mis pies descalzos descansaban contra el suelo. Afirmando contra uno de mis brazos a Snorunt quien no dejaba de observar a la mujer con gran interés.

– ¿Te encuentras mejor? – Esta vez pude afirmar con mayor seguridad, permaneciendo en mi posición extendiendo mi cuello casi  por completo por la diferencia de alturas. Notando mi incomodidad, la mayor finalmente se inclinó un poco, sin cambiar mucho la perspectiva pero permitiendo que los músculos de esa zona descansaran. – Estuviste inconsciente por varias horas, comenzaba a preocuparme por ti pequeña. – Ladee un tanto mi cabeza confundida con varias dudas que surgían por su comentario. Más mi estómago fue el primero en protestar por la falta de alimento ese día, generando un leve rubor en mis mejillas ante el ruido causado entre tanto silencio, empeorando la situación al observar a la contraria quien mantenía un rostro sorprendido para luego reír suavemente.

Disculpándose se levantó con rapidez yendo por donde había ingresado, volteándose una vez más a mi dirección para dar instrucciones a que fuese al comedor cuando estuviese preparada, para luego desaparecer al terminar sus palabras nuevamente dejándonos a solas con mi compañera. Sin poder quitar la vista de la puerta otro largo suspiro emergió de mis labios, pensando en concreto lo que debería de hacer con todo lo ocurrido; Sobre todo al aún encontrarme en la misma extraña situación que en un principio. No solucionaría nada si continuaba acostada, por lo cual tome mis botas que estaban a los pies de la cama junto al resto de mis pertenencias, revisando por última vez que todo estuviera en orden. Al menos mis compañeros seguían intactos dentro de sus aparatos y nada parecía haberse perdido. Pese a las buenas atenciones y la amabilidad de la mujer no podía perder más tiempo, debía partir de nuevo además de aun existir el inconveniente de encontrar el gimnasio al que me dirigía. Sumado a la intriga de saber dónde estaba y como pude terminar aquí exactamente.

Ya lista tome a Snorunt para posicionarla sobre mi hombro izquierdo como de costumbre, arreglando un poco mi ropa antes de retirarme de la habitación, aun algo perturbada por aquella repentina migraña que sin darme cuenta había cesado de la nada. Pero esas imágenes quedaron grabadas, siendo quizás muy difíciles de poder borrarse de mi mente, menos cuando aún existía esa sensación de ser observada en cada movimiento que hacía… No, no era momento de entrar en pánico, todo debía de ser producto de mi imaginación. Aunque mientras más lo repetía, más falsas se percibían mis propias palabras.

Negando con mi cabeza e ignorando la mirada cuestionadora de mi compañera, continúe caminando por el colorido pasillo sin prestar demasiada atención a su decoración, manteniendo mi vista al frente donde este conectaba hacía otra extensa habitación en la cual creía se encontraba mi anfitriona esperando. Y no me equivocaba, pues la susodicha salía de la cocina casi al mismo tiempo, mostrando una amplia sonrisa mientras se acercaba hacía uno de los pocos sillones que estaban en los alrededores para sentarse.

– La comida aún no está lista, me temo que deberás de esperar un poco. – Negué con la cabeza refiriéndome a ello, pero aun con tal gesto no había sido captado del todo pues continúo hablando de varios temas al azar que no conseguía entenderlos del todo, generando entre medio varias preguntas una tras la otra sin darme tiempo como para poder responderlas. Silencio de mi parte que no pasó desapercibido después de todo, menos ante el rostro conflictivo que presentaba tras sus palabras que quedaron nuevamente en el aire. – Discúlpame si te he incomodado, pero ha pasado un tiempo desde la última vez que hable con alguien que no fuera una cara conocida. Aunque, supongo que eres de las calladas ¿No?

Sin encontrar mejor respuesta, simplemente afirme con mi cabeza. Dando pie a la contraria para comenzar nuevamente con su interrogatorio pero esta vez permitiendo responderle solo con una afirmación o negación. Resultando bastante útil al crear un tipo de sistema que generaba mayor confianza a lo que pasaba el tiempo, sin embargo sabía que era algo que no estaba bien. Aun si su compañía era grata y aquel hogar me recordaba al propio, no podía quedarme un segundo más; Con el pesar de mi corazón debía de irme. Por lo cual aprovechando su pausa, la retuve jalando de su vestido al mismo tiempo que me colocaba nuevamente de pie tras haberme sentado en el suelo a su lado. Acción que logró llamar su atención, pues rápidamente se volteó a verme con cierta preocupación.

“¿Cómo puedo encontrar mi camino de regreso?” Palabras escritas en mi pequeña libreta que solo produjo confusión tras ver su expresión neutra ¿Se habrá molestado? ¿Habrá entendido lo que quise decir? El silencio que continuo no ayudó mucho e incluso comenzaba a dudar si debía o no retractarme de mis palabras y pedirle disculpas. Sabía que en cierta parte fue grosero referirme de tal manera con palabras cortantes, pero prefería ir directamente al punto en vez de dar vueltas sin conseguir nada. “De verdad le agradezco mucho, pero debo de irme ya.”

– Pequeña, allá fuera es muy peligroso para alguien como tú. – Sin saber porque un cierto escalofrío recorrió mi espalda con la seriedad a la que se refirió su comentario… ¿Alguien como yo? No lo entendía pero de igual forma cierta parte me decía que era mejor quedarme en la ignorancia, aun si una pequeña porción de mí sabía a lo que aludía. – ¿Por qué mejor no te quedas conmigo por un tiempo? – Su tono de voz cambió drásticamente a uno mucho más compasivo que casi me hace reflexionar y aceptar su propuesta, pero no era algo que podría acceder tan fácilmente. Menos cuando tenía un objetivo detrás de todo esto.

“Por favor, solo quiero saber dónde ir para encontrar el gimnasio. Es la única que me puede ayudar.” Escribí rápidamente intentando que mis palabras se vieran y sonaran sinceras en aquel papel blanquecino, pero cada vez era peor a medida que continuaba implorando por un poco de ayuda de la contraria. Negándose nuevamente o cambiando el tema, resultando frustrante al no conseguir cooperación de su parte.

Solo mátala cuando este desprevenida. De todas formas no te va a ayudar.

Negué con fuerza golpeando suavemente la libreta en contra de mi frente, ¿Cómo podría hacer algo tan…Horrible? Aun si no la mujer no quisiera que me fuera, no podía, me rehusaba a usar cualquier tipo de violencia en contra alguien que solo me brindó amabilidad. Luchar contra Pokémons adversarios era una cosa, pero de ahí usar la violencia para herirlos gravemente o lastimar a una persona o ser de características similares; Era algo que estaba fuera de discusión. Aun si esa persistente voz se mofaba llamándome débil, simplemente le ignoraba o suprimía cualquier tipo de reacción de su parte con alguna distracción.

– Sé que en tu mundo es distinto, pero acá todo rige de distinta manera. Entiende, lo hago por tu bien pequeña. Solo deseo protegerte.  – Al menos eso aclaraba un poco una de las tantas dudas, por lo visto debí caer o permanecer en un mundo paralelo pues todo parecía tan real que a estas alturas no creía se trataba de un sueño o simple imaginación.

– Por favor... – Apoye ambas manos sobre las suyas acercándome con la cabeza gacha hacia donde estaba sentada. Por el bajo tono de mi voz casi ronco, a primeras pensé no había conseguido el poder entender mis palabras. Tampoco me extrañaba, pues me resultaba difícil el volver hacer uso de ellas después de tanto tiempo. Más al sentir como sus peludas manos se aferraban con mayor fuerza a las mías, apretándolas suavemente hizo que levantara mi mirada para observarle de frente. Notando cierto conflicto pasar como antes, por sus grandes ojos.

– No aceptaras un ‘no’ como respuesta ¿Verdad? – Negué una vez más a su pregunta, causando que la contraria cesará con la leve caricia sobre mi palma para levantarse de su sillón, pero sin soltar en ningún momento mi mano. – Te preguntaría una vez más si estas segura, pero por tu mirada veo que has tomado una decisión. – Sin esperar mi respuesta comenzó a jalar de mi brazo, siguiéndole el paso detrás a medida que regresábamos por el mismo pasillo pero esta vez doblando en dirección hacía unas cortas escaleras. Sin soltarme en ningún segundo, observe como el color ámbar del mural cambiaba a uno completamente más apagado al estar conformado con cemento, un ambiente muy similar al que se vería en las catatumbas. Incluido la baja de temperatura que se hacía mucho mayor a medida que continuábamos avanzando. Sin decir nada en ningún momento, la mayor prosiguió hasta llegar a unas extensas puertas del mismo color violáceo de las paredes. Soltando finalmente del agarre para tomar un paso más hacia adelante para luego voltearse para observarme con una expresión mucho más seria.

– Adelante te esperan mayores desafíos y de seguro unos serán más difíciles que otros. – Tomó una larga pausa, cerrando y juntando sus grandes palmas adelante, sin perder en ningún momento el contacto visual. – Si cruzas estas puertas podrás no solo encontrar el camino a casa, sino también el objetivo que te trajo hasta aquí. – Esta vez redujo la distancia apoyando una de sus grandes palmas sobre mi cabeza, acariciándola de un lado a otro. – Esta será nuestra despedida, espero que puedas conseguir tu cometido, pequeña. – Sonreí ampliamente arreglando unas pocas mechas sueltas al ser soltada por la mayor, avanzando un poco para luego detenerme de lleno al tomar conciencia de sus palabras. A lo cual de golpe me abalance sobre la misma musitando un suave ‘gracias’, despidiéndome de ella sin volver a mirar hacia atrás o si es que esta continuaba en el mismo pasillo. Decidiendo solo continuar aún si parte se negaba a marcharse, más aun así apoye ambas manos sobre las amplias puertas, empujándolas con fuerza para poder continuar con lo que sea lo que me esperaba del otro lado.

A medida que continuaba avanzando, todo resultaba difícil de procesar en su totalidad y sin embargo una parte ataba cada suceso que se presentaba como si de verdad me perteneciera. Mostrando siempre dos opciones que escoger pero tomando mayor fuerza aquella que resultaba mucho más agresiva y lejana a mis posibles acciones, sobre todo tras solucionarlo de manera pacífica nuevamente como en todo el recorrido que llevaba a esas alturas, al negarme a realizar cualquier acto de violencia… O al menos me aferraba a mantenerlo así hasta el final, pese a que cada vez dudaba si podría hacerlo. Acumulándose una cantidad de diferentes emociones que comenzaban a sofocarme lentamente, oprimiendo tanto mi pecho como mi cabeza al no saber cuál era propio y cuál era inducido por aquellos recuerdos que iban en aumento. Invadiendo e intentando afectar emocionalmente con diversos escenarios que llevaban inclusive a mi muerte, al continuar renegando cada uno de ellos al no querer causar daño a nada ni a nadie independiente a las consecuencias.

Todo sería más fácil si me hicieras caso.

Negué con la cabeza frunciendo con molestia ante las palabras de esa voz desconocida, quien continuaba tentándome con un dulce tono enfermizo que solo revolvía mi estómago por la discordancia existente entre su voz con sus crueles palabras, carentes de cualquier empatía. Mofándose con cada uno de mis actos que solo resultaban en daños físicos al intentar aproximarme buscando otro tipo de solución a la que esta me ofrecía. Regañándome e insultándome para que le hiciera caso, tomará algún objeto como arma o usara alguno de mis compañeros para poder lastimar a quien tenía al frente, aun si claramente sus intenciones no eran con total malicia… Bueno con excepción de uno que otro ser. Pero independiente de ello, no iba a dejar que el temor se apoderaba pese a la confusión existente; Provocando acciones que después podría arrepentirme. Tenía que hallar el modo de poder sobrellevar todo esto de la mejor manera posible... Además ¿Qué eran solo unos cuantos pequeños rasguños?

Continúa engañándote a ti misma. Sabes que no saldrás viva de esto si sigues así.

Solté un suave bufido ofendida por su último comentario con cierto tono autoritario, como si fuese una niña ingenua que necesitará de su sabiduría para realizar hasta las más sencillas de las tareas. Más ignorándole preferí preocuparme de otros asuntos al recuperar mayormente mi sentido del espacio y cierta sensación punzante en mi mejilla y brazo izquierdo. Indagando entre mis pertenencias por alguna nueva venda que usar debido a la agresividad con la que me recibió aquella última criatura en comparación al resto.

Si bien la tranquilidad del lugar acompañada de las calmadas aguas no daba pie a que fuese a ocurrir nada malo; Me sorprendí bastante por la repentina lluvia de lanzas que cayeron de la nada. No así tras encontrarme con la causante de ellas. Ya a esas alturas dudaba que otro ser con aspecto animal o de otra criatura me impresionara, al tener en claro la diversidad existente en aquel extraño sitio donde llegue a parar. Pero a diferencia del resto con el que me había cruzado, fue mucho más difícil el poder entablar una conversación que no terminase el estar siendo apuntada por una de las armas de aquella mujer pez o perseguida por la misma. Hasta cierto punto dudaba que pudiera causar algún cambio que no fuera emplear la violencia y sin embargo, con simples acciones conseguí al menos que me dejase en paz para proseguir con mi camino. Pero reconocía en el fondo por su rostro serio, que hasta ella dudaba de su decisión al no ser del todo aceptada. Sobre todo al mantener su único ojo bueno enfocado a mi dirección, aun cuando comenzaba a pasar por su lado para retirarme, sin mencionar palabra alguna.

Decidiendo huir cuanto antes para evitar otro enfrentamiento, sumado al querer escapar de esos recuerdos que se presentaba cada vez que terminaba de encontrarme a alguien con el resultado de su posible muerte. Cruzando con desesperación otra nueva puerta con otro paisaje muy distinto a los anteriores, mientras intentaba recuperar el aliento. Comprimiendo la salida de un nuevo grito, apoyando ambas manos sobre mis oídos para bloquear su risa burlona y sin prestar total atención al cambio de temperatura en el ambiente hasta una vez poder controlar mis propias emociones.

Suspire recogiendo mis pertenencias nuevamente para meterlas dentro de mi bolso ya arreglado la venda alrededor de mi brazo junto al pequeño parche por el rasguño en la mejilla. Con el tiempo simplemente desaparecerían, pero no podía decir lo mismo sobre mi chaleco cual tenía el orificio causado por el roce de aquella lanza. Oh, bueno, era una simple pérdida material. Tal vez saliendo de todo esto podría arreglarlo… Si es que lo conseguía, ya que era la tercera vez que cruzaba por la misma puerta llegando a otro paisaje poco reconocible y que solo empeoraba al no ver a nadie que me pudiese dar una mano por el momento ¿Me habré perdido?... La verdad parecía ser la respuesta más favorable. Pero estaba segura el haber seguido las instrucciones correctas por la criatura anterior; Probablemente sólo quería que terminase en cualquier lado por eso no me detuvo.

Además de no ser un sitio que me diera buena espina, más con el aumento del calor que había por los alrededores con el que solo deseaba alejarme cuanto antes. Desagradable si es que lo pongo en consideración a los anteriores; Al menos el frío de la nieve era más tolerable sin olvidar sus amigables habitantes con los que me había cruzado. Pero no era como si pudiera regresar, no hasta poder encontrar el gimnasio cual parecía cada vez más lejano, pese al saber que avanzaba y aun con todas las pistas brindadas... Pero no podía rendirme así de fácil, menos al haber pasado por tanto. Trayendo esa emoción de querer llegar a mi destino, comencé a correr esta vez con claras intenciones de poder alejarme de la alta temperatura que por todos lados emanaba, asustándome más al ver que era producida por la lava que cursaba por cada lado del camino. Controlándome solo al ver algunos rostros nuevos por el lugar; Sabía lo que se venía pero ya tenía la seguridad de no estar del todo sola. Algo bueno al final, pues si todo resultaba bien podría continuar sin problema alguno, siendo ello el motivo suficiente para poder conseguir el ánimo que de a poco recuperaba aún con la posible hostilidad; Debía hacerlo y lo haría bien. Aun si la voz contraria intentaba tentarme con algo distinto.

Sonriendo bastante complacida al ver como al final del camino me encontraba con ambas grandes puertas que significaban el pase hacia otro sector o bien posiblemente hacía el gimnasio ¿Tal vez?... Mentiría si dijese que no era lo que esperaba en el fondo. Pero a medida que retiraba de algunas gotas de sudor sobre mi frente ocasionadas por el sobre-esfuerzo físico de ese día, tras ser recibida por una destellante luz supuse sería otro tipo de sitio el cual debía de cruzar como prueba. Siendo motivo suficiente para soltar un largo suspiro de cansancio, apoyando mi peso sobre las ahora cerradas puertas intentando recobrar mis energías y nuevamente mis ánimos perdidos tras pensar en todo lo que se vendría.

Siempre tienes una segunda opción ¿Sabes? Una mucho más sencilla y rápida.

¡NO! ¡Ya déjame en paz!

Ugh, nunca creí que terminaría por responder de vuelta a mi estúpida imaginación. Aunque a esas alturas dudaba que lo fuera, menos por las circunstancias en las que me encontraba. Más sea lo que sea no podía dejarme influir por ello, tenía que mantenerme en calma si es que quería conseguir salir de esta y tal vez, solo tal vez, deshacerme también de su molesta presencia… Pero resultaba tan difícil, más con esas punzadas que emergían tan solo escuchar su voz… Si tan solo…

– Heh ¿Por qué la cara larga, amigo? – Manteniendo mi estoica mirada observe los alrededores en búsqueda de la nueva voz, muy distinta a la que continuaba acosándome desde el comienzo. Sin embargo al enfocarla al frente no había nadie en el lugar, tan solo aquel pasillo largo y dorado cual iluminaba con cierto molesto brillo gracias a los grandes ventanales a un lado de la pared. Pese al encontrarme sola, la sensación de estar siendo observada seguía latente y no solo por la ruda presencia de mi acompañante. A lo que sin sentirme segura, di unos cuantos pasos al frente caminando despacio mientras giraba de un lado a otro mi cuerpo sin querer ser tomada por sorpresa con lo que sea que me vigilaba.

– Siendo sincero, no creí que tuviéramos que encontrarnos en una situación similar. – Di un leve salto en mi posición al sentirle cerca, más al voltearme nuevamente me encontré con la nada, aumentando el susto que de a poco se apoderaba de mi acelerado corazón… ¿Qué quería decir con eso? Busque con desesperación algún indicio e incluso dudaba si preguntarle a mi acompañante al respecto pero por una extraña razón este permanecía bastante callado para mi gusto. Cosa que solo aumento el temor que en un principio sentía. – ¿Qué, el gato te comió la lengua? – Apreté mis manos contra mi pecho a modo de tranquilizarme, volteándome hacia donde suponía debería de estar quien continuaba con su voz resonando por el lugar. Notando la presencia de una criatura muy similar a las anteriores, sobre todo en comparación con aquel ser que me había encontrado en la nieve pues compartían algo similar; Ambos eran esqueletos parlantes.

Sin embargo diferían bastante, no solo por el tamaño. Sino también por el aspecto que mostraba, siendo este quien sin titubear en ningún momento, me observaba de manera fría y distante. Obligándome a dar unos cuantos pasos hacia atrás al no saber el motivo de su posible seriedad y autoridad, a la vez que mantenía su mirada a mi dirección como analizándome a distancia, al compás de sus luminosos ojos de color cían que cambiaban de cuando en cuando de color. Petrificándome un tanto por el miedo, más manteniéndome firme en mi posición a la espera de que pudiera darme a entender que era lo que tanto hacía.

El miembro 'Nozomi Eirei' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados

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'Moneda' :

Ante su imponente presencia no me podía mover, o más bien, no quería realizar acción que me obligara a cambiar mi posición actual. Aun si sus cuencas oculares carecían de aquel brillo producido por las llamas que emanaban del interior de sus orbitas simulando lo que serían sus ojos; Sabía que su mirada vacía estaba enfocada a mi dirección. Pese al permanecer en completo silencio, sabía que con tal solo un movimiento en falso desencadenaría una reacción que muy en el fondo, intuía me arrepentiría por los anteriores escenarios que continuaban reflejándose en mi mente de manera involuntaria. Sobre todo con la cantidad de rencor que provenía desde aquel corto esqueleto, relacionando ambos sucesos con tales negativos sentimientos que iban a mi persona sin si quiera el habernos conocido con anterioridad para saber en qué me había equivocado para causar tanto odio.

¿Y ahora que podía hacer?

Entablar una conversación no parecía la mejor opción, menos con lo decidido que se veía. Como esperando la oportunidad adecuada para atacar, aun si intentaba mantenerse en una posición que reflejaba lo contrario. Trague saliva, apretando con mayor fuerza mis brazos contra mi pecho intentando armarme de valor al estar ya cansada a tal perturbador juego de miradas. Preparándome para dar mi primer paso con la idea de proseguir con mi camino, al ya no ver motivo de quedarme en un sitio por tanto tiempo a sabiendas que continuaba en contra del tiempo.

Si fuera tú, yo no haría eso.

Antes de que pudiera preguntarle el motivo de sus palabras, un suave grito logro salir previamente de mis labios casi tumbándome de espalda por el repentino acto al evitar salir por esta vez lastimada. Observando con detención lo que salía del suelo y que parecía ser un… ¿Hueso? Oh bien lo que sea casi consiguió darme, aumentando aún más mi acelerado corazón al pensar lo grave que pude haber terminado más con aquella filosa punta en que se asomaba en sus bordes… Esto era más serio de lo que pensaba, de verdad quería matarme.

– Harías mi trabajo más sencillo si te quedases quieto, así terminaríamos rápido con esto. – Con dificultad decidí levantarme, sin poder entender a ciencias cierta que es lo que ocurría entre los gritos de aquella voz entrometida y el barbullo de la criatura frente a mí cual ahora mantenía sus cuencas encendidas con esa llamaradas que variaban entre cían y ámbar. – Pero supongo que no sería divertido, además de no ser ese tu estilo ¿Verdad? – Le mire una vez más negando con mi cabeza con fuerza, al no saber que decir para alivianar la situación; Más que nada al no entenderla del todo. Pero parecía que tal acto solo enfureció más al contrario, quien se preparaba posiblemente para otro ataque.

¡Ataca si no quieres que te maten!

Por primera vez suponía esa voz tenía razón, en si al ver que mi vida estaba en riesgo. A lo cual rápidamente tome una de las Pokéballs dentro de mi bolso sin si quiera darme el tiempo de poder ver de quien se trataba, esperando que fuese lo suficiente para hacerle frente a tal aterrador oponente.

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'Combate' :

Di unos cuantos pasos torpes y rápidos hacia atrás, proporcionando la distancia necesaria para no intervenir en el combate que comenzaba entre ambas criaturas. A su vez para estar fuera del rango de ataque del oponente, quien por lo visto solo se tomaba unos segundos entre cada turno para enfocarse en materializar sus extraños huesos y continuar realizando movimientos con la misma particularidad que los anteriores. Sin embargo resultaba difícil el poder concentrarse en adivinar por dónde iban aparecer y esquivarlos apropiadamente. Más con aquella sensación sofocante aumentando cada minuto al darme cuenta de estar rodeada de esas paredes con sus altos pilares que poco a poco comenzaban a acercarse sin dejar el espacio suficiente desde mi ubicación, casi de una manera claustrofóbica. Pero tras controlar mi respiración conseguía darme cuenta de cómo mi mente me engañaba, aparatándolos a sus respectivos sitios nuevamente al aclarar un poco mi visión… Negando un poco mi cabeza para enfocar mi plena atención en lo que ocurría al frente; Debía mantenerme atenta, no era el momento ni lugar para sufrir un ataque de pánico. Aunque era más fácil decirlo que hacerlo.

¿A eso llamas un ataque? ¡Apenas y le hizo un rasguño!

Al escuchar la voz ajena refunfuñando con fuerza, enfoque mi mirada hacía mi Gengar para entender mejor qué era lo que ocurría. Siendo a quien debía también agradecer más tarde, pues de cierta manera su previa intervención evitó que tanto este como mi persona saliésemos lastimados, o mejor dicho empalados con aquellos blancos y filosos huesos que sobresalían de la cerámica que formaba la decoración del suelo. Aun si mi compañero no poseía un cuerpo físico, por el aspecto suponía también podía causarle algún daño.

Pensamiento no del todo errado, pues utilizando la misma estrategia anterior invoco otro grupo de huesos cuales con cierto brillo similar al de las llamaradas en sus ojos; Consiguió darle directamente con varios de ellos. Lo suficiente como para que este soltase un suave chirrido antes de poder incorporarse a su posición inicial. – Heh ¿Demasiado asustado para pelear por ti solo? – Podía intuir cierta molestia en su tono de voz, que prontamente cualquier otro comentario se vio interrumpida tras ver como una de las bolas ennegrecidas producidas por mi compañero iba a su dirección, más solo rozándole sin causar mayor daño.  Aparte de fuerte, era demasiado escurridizo.

Observe a mi compañero quien mantenía tanto atento a cualquier reacción por mi parte, como el esqueleto que tenía al frente. Aumentando más de lo que creía posible su amplia sonrisa al ver que afirmaba a su dirección, desapareciendo  al mismo tiempo que su adversario parecía detener cualquier movimiento. Metiendo ambas de sus manos dentro de los bolsillos de su chaqueta, casi dando una oportunidad abierta para un ataque directo. Que aun con la voz persistiendo en esa ocasión, no sabía si sentirme muy segura menos a sabiendas de que en verdad quería lastimarnos.

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'Combate' :

Aun observando como claramente parte del daño era recibido e incluso pareció haber causado un impacto considerable en el oponente; Lo suficiente para romper con aquella molesta postura de tranquilidad absoluta que mantenía desde el inicio. No pude más que sentirme bastante incomoda e insegura con lo que se vendría. Sabía que algo en el fondo no estaba bien, su comportamiento no era del todo concordante como en los turnos anteriores, sobre todo a como se protegió para poder evitar el movimiento de mi compañero y ahora simplemente aceptaba el golpe como si fuese un simple topetazo de aire. Dejando que este le impactara o al menos eso se daba a ver desde mi posición. Por lo cual me cuestionaba ¿De verdad le había dado?

Aquella bola de oscuros colores que se materializo de a poco frente a mi compañero, sabía podía lastimar si es que este lo deseaba y también, si es que el oponente se lo permitía. Por lo cual al ver como con tal entusiasmo soltaba de su siguiente ataque sin si quiera mostrarse algún tipo de oposición en el camino, solo llamo aún más mi atención. Concentrándome con detención hacía donde de a poco se desvanecía la cortina de humo causada por el impacto, posiblemente al intentar a últimas defenderse con algo. Sin permitir visualizar rastro a primeras o si este había surgido efecto, aumentando el nerviosismo con cada segundo que transcurría. Solo una sombra permanecía en el mismo lugar donde antes se ubicaba, sorprendiéndome un poco por lo quieta que se veía la figura, sin responder al más mínimo estimulo externo… ¿Estaría bien? Tal vez fue demasiado…

¡Idiota, no te distraigas!

Simple oración que me solo me dio tiempo para poder presenciar aquella potente apariencia que en similares condiciones de rapidez como las de mi compañero, pudo responder como se esperaba. Sin saber si era por sus movimientos o por alguna capacidad innata para poder ir de un extremo a otro en nada, permitiéndole dar un asalto sorpresa que solo daño al susodicho quien a duras penas pudo esquivar aquellos huesos que emitían esa energía azulada. – ¡Veamos si ahora puedes resistir esto! – Su voz resonó por el lugar al mismo tiempo que sus movimientos se volvían mucho más violentos, expresando sus intenciones de no solo lastimar sino herir gravemente a lo que tenía en el camino. Temiendo por Gengar quien se encontraba justo en la zona más peligrosa de su ataque.  

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'Combate' :

Si antes quede bastante impresionada y atemorizada por su descomunal fuerza, tras aquel potente ataque realizado no pude si quiera producir movimiento o reacción alguna para evitar tal desenlace. Sentía mis piernas adheridas contra el suelo sin que estas cesaran de temblar aun si tratara de sujetarlas, delimitando de a poco mi respiración cual trataba de controlar con desesperados intentos. Con todo ya no me quedaba la más mínima duda, estaba claro que sea como fuese aquella criatura simplemente quería acabar con nosotros o con lo que se interpusiese a nuestro camino. Y no solo lo decía a base de la batalla, pues sus ataques iban dirigidos con mayor amplitud necesaria, como si de paso quisiera darme con ellos ¿Por qué de todos los lugares existentes tenía que terminar precisamente en uno donde me quisieran desaparecer? Y lo peor de todo es que aún no entendía el motivo de tanta furia. Puede que lo relacionara con las memorias invasivas, pero algo me decía que debía de existir un motivo mayor de fondo.

Dame el control y no tendrás que preocuparte por nada.

Aun con tal nefasto resultado, aun al tener que retirar a Gengar del campo para evitar que acabaran con su vida por un estúpido malentendido de parte de su oponente; No podía hacerlo. No le daría a sea quien sea que estaba detrás de esa molesta voz la oportunidad de aprovecharse, pese a que sus continuos insultos solo producían dolor de cabeza era algo que podía resistir, al menos por ahora. Además, por algo aparecieron esas memorias. Sea de quien fuese o ambas consecuencias que se presentaban, me daban la oportunidad de poder remediarlo y evitar que todo se volviera a repetir… Que todos volvieran a sufrir a manos de ese ser tan indolente.

Apreté con fuerza la Pokéball de Gengar entre mis manos, sin poder despegar mi mirada hacía el esqueleto cual de a poco se giraba a mi dirección manteniendo aquel fulgor azulado en potencia pese al ver cesado su ataque… O eso al menos creía. Más no podía engañarme con falsas esperanzas para darme seguridad, sobre todo con la aun presencia de la criatura en forma de calavera de bestia a su lado. Quieta y suspendida en el aire como si nada, pese a que tan solo aparecer por breves segundos, fue lo suficiente para derrotar a mi compañero y de paso generar más daño a las estructuras adyacentes gracias al potente rayo emitido desde el interior de lo que parecía ser sus fauces… Bien, ahora no solo había que lidiar con el ancho esqueleto, sino también con su mascota.

– Tomo más esfuerzo de lo necesario. Oh bueno, ya solo me faltarías tú. – Al darme cuenta de su cercanía di rápidamente unos pasos hacia atrás, guardando en la prisa como pude a mi compañero al interior de mi bolso. Encogiéndose de hombros con claro desinterés, era obvio que vendría otro ataque de su parte; Más cuando ya había mencionado sus intenciones. Sin tener nada a primeras que me pudiera brindar ayuda, solo pude dar un torpe salto hacía un lado esquivando en gran parte sus ya característicos movimientos. – Mejor ríndete de una vez. – Negué con la cabeza revolviendo mi bolso a la búsqueda de alguno de mis compañeros. Retirando la primera Pokéball que alcanzaron mis dedos, sin importarme demasiado quien fuera, solo esperaba que pudiera hacerle frente y solo quizás así darme una oportunidad de poder hablar y cambiar las cosas.

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'Combate' :

Gran parte del ataque contrario se vio completamente desviado de su verdadero curso tras la rápida aparición de mi compañero en el campo. Suspirando con cierto alivio al ver de quien se trataba y sobre todo a su intervención realizada, como queriendo protegerme aun si todavía llevábamos poco tiempo juntos. Pese a ello y a medida que avanzaba el combate cada vez me era más difícil el  tranquilizarme del todo, menos con tal amenaza en pie lista para poder ejecutar sus ataques sin que nos diéramos cuenta e incluso a veces de manera abierta, evitando el generar un contraataque como se debería. Tan solo lastimándole para causar un leve daño o al menos, eso hacía parecer ante su presencia estoica e impenetrable. Contrario a la condición en la que quedaban mis Pokémons al enfrentarse al susodicho, quien respondía con más fiereza e incluso parecía en cualquier minuto se transportaría a mis espaldas como acabar con todo esto de una buena vez. Pero el continuo ataque que ejecutaba Gengar y ahora Ampharos, suponía lo mantenía en raya. Podía alejar ese tétrico pensamiento por ahora.

Al ver que retrocedía un poco, me acerque a Ampharos lo suficiente para tocar su espalda y llamar su atención. Preocupada por el fuerte golpe que había recibido de esos huesos en la parte de su abdomen y que ahora dejaban una leve marca. Sin embargo emitiendo su típico sonido, se apartó de golpe mientras su cola nuevamente emitía ese brillo como si se preparara para realizar su siguiente jugada. Ese mero rostro de confianza fue lo suficiente como para borrar un poco mi preocupación, pese a que en el fondo no duraría mucho.

Observando al pequeño esqueleto, pude notar que parte de sus cavidades oculares ya no emitían tal fuego como antes dándole un aspecto más terrorífico gracias a la sombra proporcionada de un lado. Pude escuchar o suponía haber imaginado, un largo suspiro de su parte, tal como si estuviese meditando ¿O tal vez se estuviera cansando ya? Esperaba que esto último estuviera ocurriendo más rápido que tarde. Pues al ver como sus ‘ojos’ cobraban nuevamente vida con esas llamaradas, no pude más que rogar que esta vez resultara un ataque con mayor eficacia que los anteriores.

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'Combate' :

El cuerpo de mi compañero destello con fuerza acumulando una gran cantidad de energía eléctrica cual cursaba de un extremo al otro, siguiendo continuamente hasta llegar a la esfera que formaba su cola. Si bien aquel rayo eléctrico no pareció causar gran impacto en comparación a sus otros ataques realizados en las rutas aledañas, fue suficiente como para conseguir llegar hacía donde se encontraba su objetivo. Y probablemente sería una de las pocas veces que vería cierta sorpresa cursar por aquellas cuencas que tan veloz como desaparecían sus llamas, volvían a emerger como si nada hubiera pasado. A primeras dudando que fue tan efectivo como pensaba, pero a medida que observaba la extraña reacción suponía si consiguió un efecto positivo a nuestro favor. Sintiendo un gran alivio al ver que mi compañero podría resistir un turno más las embestidas de nuestro oponente.

Pero solo fue ese mínimo sentimiento de satisfacción, cual sin entender a principios iba acompañado de cierta preocupación. Preocupación que no estaba ciento por ciento enfocada en la salud de mi compañero, si no también de a poco se producía por el pequeño esqueleto, y quien al observarlo detenidamente mostraba cierto cansancio que se  reflejaba en sus facciones. Probablemente comenzaba agotarse, de seguro el usar sus ataques no era tan sencillo como pensaba.

“¿Estas bien?” A primeras dude si me había entendido, utilizando mis manos para poder comunicarme con rapidez a sabiendas que no me daría tiempo para poder escribirlo en mi libreta. Y sin embargo, supuse lo había logrado pues cierto sentimiento indefinido cruzo por su mirada para luego volver como antes a aquella estoica. Mostrando la misma seriedad de un principio, cual solo aumento mi frustración por ello y al escuchar la voz molesta emitir sonido después de haber permanecido callada.    

Más previo a poder procesar lo que ocurría, Ampharos se interpuso en mi campo de visión e incluso comenzó a producir un nuevo ataque. Entendiendo que nuevamente se preparaban para otro asalto. – Heh, no me engañaras nuevamente. – No entendía su enfado e incluso quería negarme por tal repentino comentario, pero fueron solo los movimientos de ambos los que resonaron por todo el lugar, causando cierto temblor en el suelo por la potencia enfocada en ellos.

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'Combate' :

Nuevamente frente al pequeño esqueleto se materializaba aquella cabeza en forma de bestia, con el mismo aspecto que el anterior y con la misma particularidad en sus ataques. La única diferencia visible era que esta vez, no solo constaba de una que le acompañaba. Al pensar en el posible escenario, trayendo de vuelta aquella imagen realizando el mismo ataque; Solo pude contemplar con incertidumbre mientras sostenía la Pokéball de Ampharos en una de mis manos. Insegura si es que podría ser capaz de soportar lo que se vendría, si bien Gengar no pudo resistir el pulso de tan solo uno presente en el campo. Tenía que admitirlo, estaba asustada. Más para mi sorpresa, Ampharos consiguió quizás no esquivar todos, pero si poder disminuir considerablemente el daño tras moverse con rapidez a través de las baldosas rotas que le sirvieron como impulso. Utilizando parte de su energía eléctrica para usar como bloqueador, sin que esos rayos de energía azulina le dieran de lleno.

Emitiendo un triple silbido de corrido, Ampharos entendió a la perfección las órdenes que intentaba darle gracias a entrenar de esta manera. Aprovechando la oportunidad dada, pues a cada ataque que realizaba el contrario se mostraba más y más exhausto. Acumulando esta vez dentro de sus fauces una extraña energía contraria a la que le caracterizaba, soltando un fuerte destello que sin darle tiempo a su oponente, esta vez como en comparación a las demás le daba de lleno teniendo que escaparse a ultimas para poder evitar salir más lastimado de lo que ya se encontraban ambos; Tanto mi Pokémon como la criatura en frente.

“Sé que estás cansado y no queremos hacerte más daño. Por favor déjanos pasar.” Intente nuevamente usar mis manos para comunicarme, sobre todo ahora que estaba por fin quieto en un punto exacto. Sin demostrar hostilidad ni nada parecido, sino simplemente cansancio en cada acción e inclusive su respiración se veía forzada. Pese a no entender del todo como podría respirar. Más este negó rápidamente con la cabeza, como si intentara luchar con algo interno. Elevando nuevamente de sus manos al mismo tiempo que comenzaba a materializar su magia a su alrededor. Dando el pie para que Ampharos se preparara, resignándonos ante la terquedad mostrada y esperando que si le dejábamos lo más debilitado nos daría la posibilidad de entablar una mejor conversación… Aunque cierta parte dudaba que podría realizarse.

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'Combate' :

Fue una escena la cual su desenlace no era algo que podía haber predicho ni siquiera en las condiciones finales que se encontraba nuestro oponente. Inesperado por decir menos. Tanto para Ampharos como el susodicho le era difícil el mantenerse de pie, algo que a primeras se podía visualizar tan solo en su postura cual mantenían ambos a cada extremo. Aun si mi compañero no se encontraba tan agotado físicamente, en ese breve transcurso de tiempo enfrentándose a quien le doblaba la fuerza agotó considerablemente sus energías al tener que igualar como podía sus ataques para poder suplir esa falta, permitiendo a duras penas su presencia en el campo luchando. Tarea que desde el comienzo no era algo que conseguiríamos a primeras, menos con los devastadores ataques que fueron en aumento a medida que proseguía y que solo arriesgaban más la salud de mi compañero. Más contrario a todos los pronósticos consiguió dar vuelta el tablero a su favor y si bien no acabó con el mejor resultado, fue suficiente para dar fin a esa interminable batalla.

De a poco la cortina de humo producida por la explosión de ambas energías, dejaba ver a dos figuras situadas una frente a la otra más ninguna evidenciaba movimiento o reacción pese al correr los segundos. Sin embargo ya me podía hacer una idea al identificarlas solo por su silueta. Para mi temor, ahogue un fuerte grito tras ver las condiciones en las que quedó mi compañero quien yacía en el suelo inconsciente con varias lesiones alrededor de su cuerpo. Al parecer no pudo resistir ese último impulso, cediendo y acabando derrotado por su oponente quien se mantenía apoyado contra el suelo sobre sus rodillas. Me acerqué con cautela enfocando mi mirada al frente por sí observaba una señal ofensiva por parte del pequeño esqueleto… Algún tipo de posible movimiento que me hiciera pensar que me atacaría apenas darse cuenta como de a poco disminuía mi distancia hacía donde se desató todo ese caos. Pero nada ocurrió.

Con mayor confianza me hinque apartando algunos escombros en mi camino, apoyando una mano sobre la frente de Ampharos percatándome como con un suave chirrido recobraba un poco la conciencia a tal contacto para luego cerrar sus ojos una vez más. Agradeciendo a mis adentros al ver que no estaba en tan malas condiciones como pensaba, sin embargo le debería dejar descansar por un buen tiempo, al igual que Gengar ante tan duro enfrentamiento. Al no existir motivo para que siguiese maltratado contra el suelo, decidí regresarlo de manera inmediata dentro de su aparato. Desapareciendo detrás un haz de luz roja que de a poco comenzó a desvanecerse junto con su alta figura. Tranquila al saber que estaría a salvo en su interior.

Mordiendo mi labio inferior me mantuve en mi posición, levantando mi mirada hacía el otro extremo un tanto nerviosa por la larga espera que en respuesta aumentaba los latidos de mí ya atemorizado corazón… ¿Qué era lo que estaba esperando? ¿Acaso era algún tipo de táctica sorpresa? No sabía ya qué pensar, menos con el acumulo de ideas de posibles escenarios que seguían brotando uno tras otros, cual increíblemente podía lidiar con claridad ante la repentina desaparición de aquella molesta voz que me estuvo acompañando desde el inicio. Una sensación bastante reconfortante, aún si los recuerdos persistían ya no había otra intervención u otra presencia que me hiciera dudar hasta de mis propias decisiones a tomar.

Un suave movimiento captado por el rabillo de mi ojo hizo que regresara de mis pensamientos, parándome de golpe al percatarme que provenía desde la ubicación de aquel pequeño esqueleto. Apretando una mano con fuerza en contra de mi bolso, lista para pedir auxilio a otro de mis compañeros si es que lo necesitase. Pero pese a la tensión existente en el aire no pasaba absolutamente nada, es más, el contrario permanecía en la misma posición tras derrotar a mi compañero, con ambas de sus cuencas vacías carentes de esas llamaradas que tanta vida le habían brindado. Observándole con mayor detalle para darme cuenta a su vez, que ya no le acompañaban esas terroríficas calaveras bestiales que desde usadas por primera vez con Gengar, permanecían distribuidas alrededor del campo; Listas para ser llamadas cuando les necesitara.                    

Armándome de valor decidí realizar un acto que ni en todo el transcurso de la pelea me atreví por temor al ser arrastrada por su furia. Con pasos lentos e inseguros comencé a caminar por entre los escombros causados por tantos maltratos de un lado a otro, dejando el lugar en deplorables condiciones. Más aquel molesto resplandor que emitía ese largo pasillo desde traspasar sus puertas en un comienzo, era lo único que permanecía intacto. Causando cierto halo alrededor de la figura contrario proporcionando mayor seguridad para continuar avanzando, pese a que una parte pedía a gritos que saliese corriendo cuanto antes. Dando grandes bocanadas de aire sin perder aquel lento pero seguro ritmo de mis piernas hasta finalmente, llegar hasta quedar a una distancia prudente. Ni tan cerca pero tampoco tan lejos, lo suficiente para darme la oportunidad de poder correr si es que se daba la mínima ocasión.

– Heh… Bueno, supongo que… Era de esperarse… – Su tono de voz cada vez sonaba más cansado sin moverse de aquella posición en la que había quedado. Permaneciendo con mi distancia al no querer acercarme del todo, aun con la vulnerabilidad presentada. Causando que parte de mí se ablandara por su condición, con el curioso surgir a la idea de querer sostenerle y abrazarle para consolarlo. – Al menos sé que… Todo fue un malentendido… Te confundí con… Alguien más. – Afirme suavemente con la cabeza esbozando una media sonrisa como a espera que entendía sus palabras y al final sus acciones eran justificables. Si todo lo que había pasado y aquellas imágenes como una posible opción eran verdaderas, no dudaría el poder intentar detener a quien sea que estaba detrás de tal cruel destino. Además no era quién para decidir si sus acciones eran buenas o malas. Poco a poco el silencio fue la única compañía entre ambos, sin animarme aún de poder dejarle solo pese a todo lo ocurrido y ser quien lastimó gravemente a uno de mis compañeros.

Desde nuestro primer encuentro fue difícil poder adivinar sus facciones más que las obvias que se transmitían con cada ataque que realizaba, en especial ahora cuando su mirada carecía de esa misma vitalidad. Pese a ello e instintivamente supuse una sonrisa alcanzó a esbozarse en su rostro antes de que esta comenzara a desvanecerse lentamente cual su cuerpo siguió con el mismo proceso, dejando nada más que una simple ilusión imponente que estuvo allí bloqueando el paso. Desvaneciendo incluso los alrededores que dejaban solo en el lugar unas grandes puertas que se alzaban en la oscuridad que cubría cada rincón. La única dirección que podría tomar no solo para poder salir, sino también para continuar con mi camino. Ya a sabiendas de mi decisión, di una última despedida silenciosa antes de poder incorporarme tanto de ánimos como físicamente, nerviosa por lo que me esperaba. Pidiendo a mis adentros que no fuese una experiencia desagradable de similares magnitudes como las ya vividas.

Era mucho más sencillo desearlo a que se cumpliera como todo lo sucedido en ese particular ¿Día, o eran quizás días? Ya no estaba segura del tiempo transcurrido. Lo único en mente consistía en poder continuar, avanzando casi de manera espontánea tras observar esas puertas abriéndose pesadamente. Que aun por lo incierto por la oscuridad que impedía ver que era lo que se encontraba al otro lado, solo me impulsaba con mayor fuerza casi respondiendo a tal llamado. Dando pasos lentos e inseguros que consiguieron traspasar sin otro inconveniente.

Llevando mis manos para cubrir parte de mí sensible visión por la incandescente luz emitida, ambos párpados los restregué con el dorso de mi muñeca consiguiendo enfocar mejor mi desorientada mirada, verificando mejor mis alrededores a medida que se aclaraba cada cosa en su lugar. Nuevamente se trataba de un entorno desconocido como en toda la travesía que llevaba hasta entonces. Sintiendo esa pequeña curiosidad a querer investigar con profundidad, buscando un factor en común al comenzar a evocar esos recuerdos casi instantáneamente a la escena familiar. El silencio se mezclaba con el correr del viento que aumentaba a cada paso que daba, evocando sin interés un suave eco de fondo como si algo se hubiese cerrado a mis espaldas. Mi andar se hizo automático acompañado de un suave zumbido que de a poco se intensificaba al acercarme a lo que parecía ser un posible borde que daba fin al recorrido. Deteniéndome sólo al encontrarme a nada de la distancia que me separaba al vacío cual solo poseía una terrible oscuridad. Atrayente pero a la vez me aterraba el pensar que podría encontrarse en el fondo o si es que poseía uno, más cuando el viento era el único que emitía ese particular silbido, casi como si fuera un susurro emitido por el enorme hueco a mis pies.

¿Será que habré conseguido finalmente salir? No lo creía, al menos no parecía ser parte del cementerio o siquiera de la ciudad en la que debería de estar. Tal vez era un tipo de trampa, aunque con tal paisaje lo dudaba como todo mi juicio al no saber diferenciar. Cada segundo que pasaba parada allí solo causaba un escalofrío recorrer mi espalda y sin embargo, no podía alejarme de la orilla… ¿Por qué? Pero sobretodo me carcomía la duda de si era allí en donde había terminado, donde todo había iniciado y de dónde había conseguido finalmente huir, pues todo indicaba que de alguna manera había conseguido ‘subir’ si es que mis suposiciones eran ciertas.

– Bueno, finalmente llegaste. – Al escuchar aquella voz a esas alturas conocida, cualquier otro tipo de razonamiento lógico quedó en el aire, quedando inmóvil en mi posición intentando absorber y procesar lo que estaba ocurriendo. Sobre todo al pensar a primeras que se trataba de algo pasajero, probablemente era mi mente la que jugaba con la creación de un supuesto amigo imaginario tal como de pequeña. Sin embargo comenzaba a ser mucho complicado tragarse ese absurdo, más cuando las punzadas en la cabeza eran bastante reales junto a la sensación de escalofríos que recorría mi espalda cada vez que mencionaba tan solo una simple palabra. Dudando si debería o no voltearme ante su demandante tono, realizando tal acción con mayor pesadez de lo que esperaba pues mis piernas comenzaban a fallar con tan simple orden tambaleándose para encontrar cierto equilibrio.

Perdiéndose con rapidez, casi cediendo mi cuerpo a la falta de soporte. Intentando formular las palabras correctas para poder describir la situación, fallando o terminando a medias al no esperar tal presencia física del contrario. Alzando a primeras una mano para tocar la posible superficie al suponer que podía tratarse de un simple espejo, más al ver esa sonrisa torcerse de manera sádica hizo que perdiera cualquier deseo de querer acercarme retrayendo mi mano contra mi pecho casi con temor pese al ser la que inicio con esa curiosidad.

Era igual a mí, difiriendo solo pequeños rasgos que si bien al dar una primera mirada no era distinguible, tras verle detenidamente suponía ya eran un poco más obvios. – ¿Qué sucede? ¿Te sorprende verme? ¿No te da gusto? – Parpadeé un par de veces deseando el poder alejarme, pero la memoria de esa oscuridad esperándome detrás me dejaba sin posibilidad de moverme de mi posición. Temor que aumentó el reflejo de esa sonrisa en el rostro ajeno y sin embargo me dio la oportunidad de negar con la cabeza al notar cómo mantenía su vista fija en mí.

– ¿Qué ocurre? ¿No me reconoces? Yo soy tú, y tú eres yo. – Negué con mayor fuerza a sus palabras, frunciendo un tanto mi rostro al no querer dejar pasar ningún otro sentimiento visible como para satisfacerle por mi presente miedo. Tomando un nuevo aire de confianza al dar un paso hacia adelante con cierto aire desafiante, aun si no sabía de lo que sería capaz no dejaría que esa criatura me asustara. Ya no más. No tendría como defenderme pero no me acobardaría, menos ahora.

Su risa fue la única respuesta que rompió el silencio repentino entre ambos, resonando con fuerza a medida que elevaba el nivel de su voz casi de manera espasmódica con su cuerpo. Retrayéndome pero consiguiendo mantener mi postura, cual se tensó al ver como nuevamente enfocaba sus penetrantes ojos rojizos sobre mi figura. Causando con un leve movimiento de su brazo hacer desaparecer el entorno junto al resto del paisaje que nos rodeaba. Precipitándome un poco al observar como la única puerta presente desaparecía con todo ello. Dejándonos completamente a solas con aquel engullidora oscuridad como compañía.

– ¿Qué te parece si empezamos este pequeño juego? – Sin quitarle la vista de encima, apoye involuntariamente una de mis manos sobre mi bolso tras percibir cierto tintinear proviniendo del mismo que llamó completamente mi atención. Pasando una mano sobre cada una de mis Pokéballs para verificar que todo estuviese en orden, sin notar nada sospechoso. – Sería muy fácil derrotarte con la falta de tus ‘amiguitos’ ¡Tómalo como un favor para hacer esto más divertido! – Su exaltación solo generaba cierta alarma, pero aun con su rápida explicación sin entenderle del todo, no me dio tiempo para poder comprender lo sucedido. Sobre todo con aquel nuevo ser presentándose en el campo. De su lado se formaba de a poco entre la oscuridad una figura engorrosa aumentando su tamaño a medida que se dejaba aparecer con cierto detalle. Soltando un suave suspiro de alivio al ver que se trataba solo de un Pokémon que para mí breve periodo de seguridad, aumentaba su tamaño considerablemente e inclusive parecía mostrarse mucho más terrorífico de lo que podía recordar que fuese Dusknoir.

Ante ello dude a primeras lo que debería de hacer, más recuperándome prontamente saque una de las Pokéballs de mi bolso a espera de poder hacerle frente. Acto que pareció complacer como antes al contrario, quien con su distorsionada voz daba inicio al combate al dar la orden a su respectivo Pokémon para que atacara.

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'Combate' :

En comparación a las situaciones ya pasadas, no conseguía concentrarme del todo. Aun si el Pokémon frente a mí fuese uno que bien ya conocía e inclusive se encontraba entre mis favoritos, al estar rodeada solo por oscuridad comenzaba de a poco a carcomer mis nervios, cuales alimentaban mis inseguridades de lo que se vendría en el la batalla. Manteniéndome fija en mi posición con temor incluso de cada respiro que realizaba, como si me fuese a desvanecer tras lo sucedido con cada escenario ya vivido. Siendo mi único cable a tierra la figura de mi compañera frente a mí quien intentaba tranquilizarme internamente con suaves palabras de apoyo, algo que a primeras me pareció un suceso extraño pues su voz invasiva resonó como eco en mi cabeza. Pero con el pasar del tiempo y los viajes que llevábamos juntas comenzó a ser una gran compañía, evitando a su vez la engorrosa tarea de buscar otros medios por los cuales comunicarme. Pese a no darse en todos los casos.

Suspirando aliviada e intentando afirmar con mi cabeza a sus palabras para poder tranquilizarle, aun si no estaba del todo preparada para poder enfrentarnos a tal criatura. Tanto su entrenador como su Pokémon de descomunal tamaño, eran los únicos seres que junto a nosotros resplandecíamos entre las penumbras, dando una idea de cada ubicación para poder efectuar con mejor desarrollo el combate entre ambos. Situación que Mismagius tomó a su favor, generando cierto resplandor alrededor de su cuerpo que poco a poco se fue materializando a modo de una potente llamarada cual atravesó rápidamente el campo y dando de lleno contra su oponente. Impacto que creía había surgido efecto, más pareció ser un mero intento pues Dusknoir ni se inmuto de su posición tras cesar esa masa de fuego hasta desvanecerse.

– Vaya, lo estas tomando enserio al parecer. Me gusta. – Sin quitar de esa perturbadora sonrisa de su rostro, dio la orden a su Pokémon cual utilizando de esa conocida esfera ennegrecida la comenzó a realizar en cuestión de segundos frente a su cuerpo. Lanzandola con mayor potencia de la esperada e inclusive dañando fuertemente a mi compañera quien daba unos cuantos pasos hacia atrás posterior al movimiento ejecutado. Sintiendo esa sensación aprensiva interna al escuchar su chirrido, junto a la molestia tras observar como nuevamente sin esperar a que Mismagius se recuperara del todo se abalanzaba sobre la misma para otro ataque, más directo.