“En ciertas ocasiones, es mejor detenerse y enfriar la cabeza”. No podría existir una mejor frase para describir la situación en la que se encontraban humanos y Pokémon por igual. Aquel cambio drástico –incluso vulgar- en la temperatura del lugar había calmado aquel fervor en el cerebro del líder, calmando finalmente aquella voz que, como si proviniese de un ser detrás de su espalda, le incitaba a rendirse, en lugar de apuntar a lo más alto. Se lamentaba, como siempre habría de hacer, puesto que es parte de su esencia misma, el tener que depender de Froslass y su frívolo ser para poder seguir por el camino que había tomado. Ella, por el contrario, se encontraba encantada de poder disponer de sus particulares habilidades para apoyar a quién era su entrenador, cuidando de éste como si fuera un niño.

No parecía importar aquel violento cambio en los alrededores a los retadores, reaccionando oportunamente al ataque empleado por tan bello espécimen de hielo, aunque aquel grito casi desesperado por la niña sería recordado por Yuto durante mucho tiempo: Aquella preocupación que había sentido hacía su Pokémon, capaz de romper aquel voto de silencio cuasi-eterno, era puro, como todo en ella. La palabra “perder” no era tan desagradable, si es que era derrotado por alguien tan particular como lo era ella, al igual que ciertos individuos que estuvieron en su misma posición. La sonrisa que se formaría en su rostro sería boba, pero completamente sincera, mientras sus pensamientos comenzarían a flotar hacía un futuro próximo, donde se encontraría a sí mismo, indudablemente alegre, entregando la medalla que tanto defendía en las diminutas manos ajenas.


Aquella dulce imaginación se vio súbitamente congelada, posteriormente destrozada, por un eco proveniente de la lejanía, que hacía eco en sus tímpanos. Ampharos se había defendido perfectamente del ataque empleado, y la orden de ataque había sido dada bajo su nariz. Maldijo por lo bajo aquella habilidad desarrollada por Nozomi, el poder dar órdenes sin emplear palabra alguna, lo que le ponía en una posición sumamente desventajosa. La bola de energía formada delante del hocico del tipo trueno, sin embargo, no podía ser confundido bajo ningún concepto. Que los diminutos trozos de hielo que descendían del cielo se hicieran agua antes de entrar en contacto con su cuerpo daban indicios –y corroboraban su teoría- del poder reunido para emplear tal acción. No había tiempo para imitar el movimiento pasado del agresor, por lo que…

El impacto había dado en el blanco, mas la dama de hielo no retrocedió ni un centímetro de su posición original. Su cuerpo, reluciente de heridas diminutas en toda su extensión, se vio rodeando lentamente de aura violácea oscura, mientras su rostro presentaba una sutil expresión de satisfacción, una diminuta sonrisa, mezclada con sufrimiento, presa del dolor del daño recibido. –Qué egoísta eres, Yuto…- La comunicación compartida con todos se sentiría forzada, puesto que así resultaba ser: Poder mantener la conexión mental con más de un individuo era sumamente agotador. –Forzarme a recibir un ataque así, ¿Acaso… Acaso no tienes corazón?- Aunque fuera doloroso el escuchar esas palabras, se podía sentir cierta risita detrás de cada palabra empleada. Snowy, para sorpresa de muchos, tenía un sentido del humor bastante ácido en su arsenal.

Del cuerpo espectral saldrían ondas de aire teñidas en violeta, consecuencia del Viento Aciago que Froslass había empleado. Esto no sería otra cosa que una mera distracción, permitiéndole a la dama el duplicarse a sí misma unas 3 veces, dispersándose las 4 por el campo de batalla con una velocidad similar a la elegancia que todas portaban.-¡Ahora!- El último movimiento que habrían de emplear, y que terminaría por consumir la energía de esos meros espejismos creados por el Doble Equipo sería Meteorobola, adquiriendo tal esfera creada un destello celeste, adquiriendo el Tipo Hielo por el efecto de Granizo que aún seguía presente.

Solo quedaba esperar el resultado de su táctica.

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'Combate' :

Era curioso como aun con pequeños gestos, denotaba cierto entusiasmo en su actuar y desarrollo del combate que bien por el lado ‘negativo’ alargaba hasta el punto de cansar inclusive tan solo mirarles. Pero Ampharos por el contrario, a medida que continuaba y sufría esos golpes en contra, parecía mucho más dispuesto para poder abatir con lo que se viniese; Aun si parte del daño físico de a poco se hacía presente alrededor de su cuerpo. Varias de las marcas, probablemente causadas por el filo del hielo, comenzaban hacerse notorias en su pelaje amarillento; Pero que bien el susodicho ignoraba o simplemente sabía estaban presentes pero no manifestaba molestia alguna abiertamente. Acciones que para cualquiera podrían ser menores, pero gracias a su firme posición con la cabeza recta hacía el frente; Daba ciertos ánimos a que continuase alentándole, pese al estar bastante cansada para ello. Y probablemente lo hubiese notado, debido a la cantidad de chirridos que provenían de su parte; Algunos en tonos bajos, mientras que otros más altos. Todo con tal de que pusiese atención no solo al combate, sino al entusiasta Pokémon que continuaba dispuesto a seguir luchando por una meta que al fin y al cabo, era en conjunto.

Sonreí a medias entendiendo a la perfección lo que intentaba, pues no servía de nada que este pelease por su cuenta cuando su entrenadora podría asistirle. Mencionando por milésima vez una disculpa, sin querer que sus intenciones fuesen en vano; Enfocando la mirada hacía el frente pues el resultado de su ataque no había sido del todo favorable aun si pareció penetrar esa barrera que la misma contraria sostenía con su personalidad. Si bien el gran flujo de energía que emergió de sus fauces dio de lleno contra su objetivo, no fue del todo potente para poder siquiera hacerle retroceder; Aun con la existente distracción provista de su entrenador. Observando con detención como se preparaban nuevamente, o al menos eso parecía por parte de Froslass y a lo cual, llame la atención de mi compañero eléctrico aprovechando el leve momento de ‘tranquilidad’ existente. “Atento, a mi señal Onda Trueno y atacas.” Afirmando sin dudar, más cuando no le dio tiempo ante la estrategia creada por el mayor junto a su impecable Froslass.

Tras notar la diversidad de espejismos creados por la susodicha; Apenas soltar un largo silbido, Ampharos comenzó a soltar su descarga. Creando una gran cantidad de ondas eléctricas que alcanzaron el espacio a su alrededor para acabar con sus sombras y con ello; Aquella trampa para poder dar con su principal ataque. Esperando el momento preciso para dar tres cortos silbidos sucesivos; Aumentando con ello la cantidad de energía alrededor de uno de sus puños. Al tiempo que avanzaba por el campo en conjunto con el ataque proveniente de su contrincante; Más usando del mismo elemento cual engullía su puño, pudo deshacerse de gran cantidad del granizo que se le venía encima. Disminuyendo el daño probablemente inicial. Dando finalmente con el Pokémon en contra, para poder asestar un ‘Puño Fuego’ directo o al menos, eso esperábamos.

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'Combate' :

La fatiga se hacía sentir en las expresiones de los presentes en el campo de batalla, principalmente en la de ambos humanos. Para Yuto, le resultaba extraño como el retador aún podía mantener cierta compostura y fuerza de voluntad, a pesar de haber atravesado por tres pruebas que, habiendo sido meramente psicológicas, habían resultado ser más de lo que el propio líder podría haber esperado. Si el desgaste por tan largo encuentro había sido completamente físico para el masculino de mayor edad, la del menor de ellos también resultaba ser mental. Su fuerza de voluntad debía ser mucho mayor que la propia, es era un hecho, lo que llevaba a realidad: Nozomi era mucho más fuerte que él, y respetaba aquella voluntad que le hacía seguir adelante.

Por su parte, su agitada respiración y las gotas de sudor que resbalaban por sus mejillas hacían obvio el límite físico al que estaba alcanzando. Su voluntad flaqueaba con cada segundo que pasaba, aunque tal efecto era revertido con los quejidos psicológicos empleados por Froslass, su cable a tierra y fiel compañera, quien se encargaba de “enfriar” sus estúpidas ideas. –Con todas esas excusas y pensamientos estúpidos, me sorprende que puedas ostentar el título de líder de gimnasio.- Tales palabras conformaban su frase celebre en los momentos de mayor necesidad para el de picudos cabellos, viéndose ofendido por la veracidad en la misma. Para este punto, no podía asegurarse si lo seguía intentado para estar a la altura de la fama que le precedía, o meramente para silenciar tales comentarios pretenciosos e hirientes de la dama gélida, cuya intención de incentivarlo era más clara que el mismo cristal. Sea cual fuere el caso, el efecto obtenido era el esperado, lo que le satisfacía de sobremanera, aunque intentaba no demostrarlo abiertamente.

Era de esperarse que su ataque recibiría una contramedida especial para evitar recibir todo el daño que vendría como consecuencia de recibirlo sin defensa alguna. Destellos amarillos, diminutas descargas, se vieron esparcidas hacía todos lados, alterando la mera forma de los clones de Froslass, reduciéndolos a no más que un mero recuerdo destinado al olvido. La esfera que reposaba entre los dedos del fantasma principal, sin embargo, fue arrojada con las pocas fuerzas que aún le restaban al espectro, con la –inútil- esperanza de debilitar exponencialmente las fuerzas de aquel ser eléctrico. Como un frágil cristal, esas esperanzas se vieron derretidas junto al ataque realizado por un golpe envuelto en llamas de aquel Ampharos, cuyos pasos indicaban que su ataque solo había iniciado. Para tal momento, las fuerzas de la dama de hielo comenzaron a flaquear, puesto que el propio granizo que había empleado minutos atrás cesaban en su descenso. Con sus párpados cerrados, recibió el ataque con la gracia propia que le caracterizaba, arrojándola a los pies de su entrenador.

En un intento de cerciorar el estado de su compañera, su cuerpo se vio envuelto en un aura celeste, descendiendo notoriamente la temperatura de aquello que estuviera cerca de su existencia. Sus orbes claros ardían con intensidad y esperanza de poder salir adelante, aunque Yuto bien comprendía que aquel intento terminaría en una derrota aplastante. –De acuerdo… Hazlo.- Terminaría por sentenciar el joven, suspirando con cierta resignación al cabo de unos cuantos segundos luego de que la herida se pusiera un pie una vez más, notoriamente agotada por el ataque empleado anteriormente. Su voz ya no podía ser oída en su mente, más bien parecía ser un eco que se perdía en las lejanías. –Si este es el final, que te recuerden con elegancia. ¡Rapidez!- Su voz también sonaba extraña, pues le costó reconocer el tono bajo con el que se había exteriorizado: estaba siendo presa de la soledad, al no poder escuchar con claridad los pensamientos de tan particular existencia.

Froslass, herida, sumamente exhausta y claramente adolorida, no sería capaz de dejar detrás de si su elegancia natural, deslizándose en el aire con una gracia envidiable. Con cada movimiento de sus frágiles dedos, pequeñas estrellas doradas eran formadas y arrojadas hacía Ampharos, demasiado diminutas como para siquiera contar como ataques verdaderos. En el fondo, se esperaba que la falta de fuerza fuese compensada con la gran cantidad de pequeños trozos estelares que eran formados con cierta insistencia.

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'Combate' :

A medida que el tiempo continuaba transcurriendo sin reparo alguno, pese al estado en el que se encontraban ambos Pokémons; Era notoria como la pesadez iba en aumento por lo que espetaba con el mismo desarrollo del combate. Dado probablemente por ser uno de sus últimos ataques antes de finalizar o bien, podría darse una especie de suerte y voltear varios resultados como había sucedido ya de antemano.  Más sea cual fuese la resolución, cada golpe ejecutado en dichosos turnos posteriores y los que vendrían, generaba cierto tensión inesperada por cómo se diese el resultado sobre el contrario; Donde el cual intentaba no manifestar completamente manteniendo con dificultad aquella neutralidad en mis expresiones que tanto me caracterizaba. Emitiendo suaves murmullos o sonidos casi imperceptibles a distancia pero que de alguna manera conseguían llegar hacía quien principalmente me interesaba fuese el remitente. Ignorando cualquier otra cosa, inclusive el frío que de a poco conseguía traspasar la gruesa compostura de mi sweater; Manteniendo la mirada fija en cada mínimo movimiento realizado por mi compañero para así, poder intervenir si es que fuese necesario. Algo que a veces parecía innecesario, al estar acostumbrado su mayoría, a actuar más por inercia que por instrucciones dadas de mi parte.

Soltando un largo suspiro mientras Ampharos finalmente retrocedía tras ver efectivo aquel puño de fuego sobre la criatura débil a dicho tipo. Reafirmando su distancia apenas Froslass parecía por fin salir bastante lastimada, hasta el punto de caer contra el suelo cerca de su entrenador. Sintiendo cierta simpatía al notar el dolor existente en sus facciones, pero al fin y al cabo sabía era necesario e inevitable si es que deseábamos poder finalizar cuanto antes; Además no podría fallarle a quienes hasta ese momento me habían apoyado desde el inicio. Afirmando de manera positiva apenas realizar contacto visual con mi compañero y quien produjo un sonido alegre en respuesta, satisfecho de haber conseguido por fin derribar esa muralla impenetrable que su adveraría había manifestado. “Lo estás haciendo muy bien.” Apenas entender esas simples palabras transmitida por medio de mis dedos, no hizo más que alentar al susodicho. Volteándose rápidamente apenas escuchar la voz masculina quien daba nuevas órdenes a su lastimada compañera.

Percatándome como por primera vez tras su aparición en el campo, sus ataques si bien mantenían aquella gracia y belleza propia de la misma; Mostraban cierta carencia en potencia como los turnos anteriores. Pero no por ello siendo menos peligroso si es que realizaban contacto sobre Ampharos pues igual que Froslass, este se encontraba también bastante agotado. Realizando el mismo acumulo anterior gracias a la permanente electricidad emanando desde su cola al resto de su cuerpo; Generando una gran pantalla luminosa que pudo desviar la mayor cantidad de trozos de hielo que iban a su dirección. Algunos impactándole derechamente, mientras que otras daban a los lados como si les faltase precisión, más tampoco podría preocuparme del estado del contrario cuando debía velar por la salud de quien esquivaba torpe pero eficazmente ese movimiento. Y con aquella energía remanente y sin querer perder más tiempo; Comenzó de manera propia a soltar una descarga que finalmente cayo a ras de piso en forma de un potente ‘Trueno’ cual consiguió cruzar hasta el otro extremo del campo.

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'Combate' :

Las tinieblas perdían su oscuridad, su esencia misma, mientras la temperatura del ambiente subía poco a poco. El cielo nocturno, teñido de azabache, comenzó a presentar otra gama de colores: violeta, anaranjado y, en menor medida, celeste oscuro. La luna, una vez magnífica y reluciente en el alto firmamento, iba perdiendo la intensidad de su destello, quedando relegada a un segundo plano, camuflándose junto a las tantas estrellas que intentaban humildemente decorar un cielo aburrido. El sol buscaba recuperar su legítimo lugar en las alturas, llenando con su luz y calor lo que una vez fue reinado por el frío, la soledad, y las sombras: Por supuesto, se podría interpretar que aquel astro celestial buscaba cambiar las condiciones de un combate que estaba por terminar, cerrando un encuentro predestinado con un cambio de aires.

Con aquellos primeros destellos de luz pudo identificar sobre si su cuerpo diminutos sectores cubiertos de tierra y polvo, también presentes en sus prendas y, de acuerdo a aquella incómoda sensación en sus mejillas, en su rostro. Su compañera de batallas, la más reciente en lo que respectaba a su presencia física en el lugar, no se encontraba en condiciones más presentables, aunque sabía mantener aquella compostura tan elegante como frívola, aunque los gestos de su rostro indicaban cierta molestia insistente como consecuencia de las heridas que presentaba su cuerpo. La incógnita de cómo habían llegado a presentar tal deplorable presentación estaba presente en cada rincón de su cerebro, mas su atención estaba enfocada en el ataque precedente, uno que ciertamente no fue preciso ni potente, pero si sumamente elegante. Por un mísero momento, el “¿Sería bueno para los concursos?” apareció marcado a fuego en su consiente, apartando su atención de lo que realmente importaba en ese momento, aunque haciendo más llevadero aquella fatiga que intentaba detenerlo.

La expresión “electrizado” quedaba bien como adjetivo para describir el campo de batalla. La potencia del rival era tal, que incluso había llegado ciertas descargas hasta el propio líder de gimnasio, elevando ligeramente más sus ya picudos cabellos. Esto era poco en comparado a lo que Froslass debía haber sufrido al recibir tan poderoso ataque empleado por el oponente, aunque intentara mantenerse, estoica, en el lugar que ocupaba recelosamente. Su expresión serena no contrastaba con el estado deplorable en el que se encontraba, e incluso aquella aura que rodeaba su cuerpo iba perdiendo nitidez y fuerza, indicando la falta de fuerzas que se hacía presente. –Diablos Snowy, siento que no están usando como blancos de práctica.- Entre risas, la voz del humano buscaba hacerse paso desde su interior, levantando a duras penas su brazo derecho para limpiar el sudor y la tierra pegada sobre su piel. La nombrada emitió un sonido comparable al de una risa por lo bajo, tosiendo cada tanto para sus pulmones de cualquier impureza que pudiera quedar en su interior. –Una último ataque, para dejar nuestra marca. ¿De acuerdo?- Al exteriorizar esas palabras, Yuto pudo sentir como si una mochila pesada hubiese sido removida de su espalda. Ya había tomado una decisión.

Más palabras sólo serían una carga para ambos, lo tenían bien en claro, por lo que se respondieron mutuamente con una diminuta sonrisa antes de proceder con lo que sería su último accionar. Froslass levantó los brazos ligeramente hacía ambos lados, mientras que abrió su boca levemente: Delante de éstos, una gran cantidad de energía comenzaría a acumularse violentamente, adquiriendo la forma de una esfera perfecta de claros colores. Habiendo adquirido una circunferencia convincente, toda esa energía fue expulsada en forma de un potente rayo, un “hiperrayo”.

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'Combate' :

Se generaba cierta distracción con aquel escenario que hasta ese entonces no me había percatado del todo. Pues sumida en lo que era el combate de mi compañero, no me daba cuenta como el tiempo continuaba transcurriendo hasta el punto de poco a poco mostrar indicios de un nuevo día. Claramente le hubiese ignorado por completo si no hubiese sido por la molestia que siempre causaba aquellos primeros haces de luces o en definitiva cuando se instauraba el sol en lo alto; Teniendo que bajar mi mirada y retroceder unos cuantos pasos buscando vestigios de las sombras que el mismo lugar aún brindaba en ciertos sectores. Sobando suavemente los parpados con mis manos ante la mala costumbre del cambio que significaba un momento del otro, manteniendo con mayor fuerza cerrado ambos ojos mientras esperaba surgiese todo el cambio en concreto. O al menos cuando ya esa luz intensa dejara de doler a la vista. Sin embargo agradecía un poco la pequeña pero reconfortante sensación cálida que emanaba, generando cierto  regreso de temperatura en mi cuerpo más por otro lado, causando a su vez un efecto negativo pues el aumento de la somnolencia que de a poco se manifestaba con pesadez.

Despertando mis sentidos de un golpe gracias a un ¿Chispazo?... Regresando mis manos hacía mi frente al sentir cierta suave pero perceptible descarga a esa zona; Más cuando enfoque mi mirada de reproche sobre mi compañero, pude percatarme que ni siquiera me prestaba atención alguna. Es más, continuaba absorto en la realización de su ataque y como daba al otro extremo donde se hallaba Froslass. Pese al no verle de frente por la posición en la que se encontraba, supuse el único culpable era el mismo al poseer dicho elemento y lo más probable; Había desviado parte de su energía para que no me distrajera, menos en un momento tan importante como el que continuaba realizándose para mi mala fortuna. Dando cierta modulación sorprendida con mis labios, más sin dejar escapar sonido alguno y de igual forma, presintiendo en el fondo era esperable ya que no sería tan fácil derribar aquel Pokémon aun en las condiciones en las que se presentaba. Dando a su vez pie para que Ampharos retomara su posición y distancia inicial, al querer evitar salir lastimado con severidad con la poca energía que iba agotándose.

Acciones que no se hicieron esperar por nuestro contrincante, pues rápidamente aquella Froslass atendiendo las órdenes del mayor dio con un poderoso rayo que pudo hacer retroceder a mi compañero; Lastimándole lo suficiente como para retener sus movimientos por unos segundos. “¿Estás bien?” Moví mis manos con rapidez, señalando con ellas lo que verbalmente debería de expresar y causando respuesta inmediata de Ampharos quien afirmaba suavemente al tiempo que se incorporaba sacudiendo suavemente su cuerpo. Suspirando aliviada tras ver como con gran esfuerzo conseguía de a poco retomar sus descargas alrededor de su cuerpo, más esta vez enfocándolas frente al mismo en forma de una esfera de colores ámbar iluminando el sector donde se encontraba gracias a la ‘Bola Voltio’ que deseaba lanzar a su contrincante.  

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'Combate' :

Yuto y Froslass compartían una conexión particular, incluso superior a la de todos los miembros de aquel particular grupo de tenebrosos seres que, más que terroríficos, resultaban ser sumamente incomprendidos. El humano había podido captar cierto destello de hermosura con respecto a todos esos seres que muchos osaban despreciar, como si fuesen culpables de haber sido engendrados con esa condición especial. La dama de hielo era excepcionalmente unida al humano, compartiendo ciertas tendencias que le serían propias a la especie dominante del planeta que habitaban, tales como celos, enojos innecesarios, rabietas y un gran etc., mas el amor que sentía por el de rebelde cabellera era genuino, poniendo todo de sí para ponerlo orgulloso. Esto incluiría ir en contra de sus deseos y seguir peleando, incluso cuando el combate ya estaba perdido hacía mucho tiempo.

Yuto estaba al tanto perfectamente de aquellos sentimientos que el gélido ser albergaba con respecto a él, tratando de vivir a la altura de las expectativas que ésta depositaba sobre él. Por tal motivo, incluso cuando había previsto como terminaría aquel combate, decidió dar la orden de atacar, empleando el ataque más poderoso de su arsenal, uno que terminaría por consumir finalmente todas las energías restantes de su Pokémon, mas le dejaría satisfecho para el resto de su vida, habiendo puesto todo en la línea por alguien que realmente le importaba. –Gracias, Snowy…- Susurró el líder de gimnasio, esbozando una diminuta sonrisa, mientras apreciaba la espalda del ser preponderantemente blanco que flotaba en el aire, tratando de contener inútilmente las lágrimas que osaban derramarse por su mejilla izquierda. –Lo hiciste muy bien… Ya no es necesario que sigas. El resultado está decidido.- Intentaba calmarse así mismo más que a su compañera, al haber notado que el oponente seguía de pie tras recibir tan potente ataque. El resultado estaba decidido finalmente.

No hubo oposición alguna ante el ataque ajeno, aquella esfera de electricidad que habría de acabar con las energías restantes de Froslass, dejando al bello espécimen lleno de elegancia desvanecido sobre la tierra, iluminado por los rayos solares que comenzaban a adquirir intensidad acorde a su posición en el cielo, ganando altitud. El portador de la capa se acercó a paso lento hasta donde ésta descansaba, con una expresión tan serena, calmada, que era difícil reconocer a su compañera violenta en ella. –Te mereces el mejor de los descansos, Snowy. Estoy orgulloso de ti…- Casi con dolor, se inclinaría hasta quedar lo más posiblemente cerca de la superficie de tierra debajo de él, posando suavemente el botón de la Pokeball sobre ella, regresándola a su interior envuelta en un bello destello carmesí. Acto seguido, depositaría un corto beso sobre la parte rojiza de aquel objeto esférico, que luego pasaría a descansar en la cintura del humano. No tenía sentido que siguiera en la palma de su mano, después de todo.

Tras unos segundos envueltos en silencio, dónde el muchacho haría lo posible para limpiar aquellas lágrimas a un lado de su rostro, se acercaría hacía la retadora con una sonrisa diminuta en su rosto, igual a la que le había dedicado a la que ahora descansaba bajo su cuidado. No emitió palabra inmediatamente, optando por inclinarse hasta quedar a su altura, arrodillado sobre la tierra y el polvo, cosa que no parecía importarle en lo más mínimo. –Yo, Yuto, líder de gimnasio de Tenebris Town, te reconozco como alguien digno de llevar esto.- Tomaría gentilmente la diestra ajena, dónde depositaría un pequeño objeto sobre la palma de la misma, aquella insignia que la habilitaría a alcanzar el título más grande de todos los tiempos, si es que estaba dispuesta a seguir por tan arduo camino. –Es la Medalla Espíritu, reconocida oficialmente para llegar hasta ese lugar.- Explicaría con un tono dulce, casi fraternal, en lo que dejaba con cierta lentitud el contacto físico que él mismo había iniciado, intentando no llorar de nuevo. –Gracias por tan bello encuentro, lo atesoraré en mi alma por siempre. Realmente eres… Excepcional.- Finalizaría, algo triste por no poder seguir combatiendo como tanto deseaba, aunque feliz por aquel final.

La fatiga, eterna enemiga de todo ser vivo activo, aparecería en escena, cobrándose finalmente las fuerzas del masculino. -¿Sabes? Si deseas descansar, la cabaña tiene muchos cuartos disponibles. Eres libre de usarla a tu disposición, cuando gustes.- No había nada más que decir, salvo expresar su deseo de volver a encontrarse en un futuro, próximo o lejano, y desearle lo mejor en lo que quedara de su viaje. Dicho lo dicho, optaría por retirarse a duras penas, en busca de los brazos de Morfeo, esperando dormir una década si era posible.

Spoiler:

Aquel resplandor causado por el golpe de energía de su Bola Voltio, fue a primeras bastante enceguecedor como para saber que es lo que ocurrió con Froslass tras recibirlo directamente pero a su vez, daba el resultado final a lo que paso a ser el combate más extenso hasta entonces de lo que llevaba en toda mi aventura. Si bien pude percatarme como aquel ser gélido caía lentamente al suelo tras ser lastimada por ese último movimiento ajeno, supuse por su actuar en los anteriores turnos volvería a reincorporarse sin problema para continuar alargándolo hasta consumir todas las fuerzas de mi compañero tipo eléctrico. Pero aun con el tiempo transcurrido desde tocado el suelo junto al suceso que se mostraba claramente frente a nosotros, no daba con la idea de que aquello estaba en verdad pasando; Quedándome en mi misma posición de ‘alerta’ inclusive cuando el Líder del gimnasio parecía dar el veredicto de la derrota de su Froslass. Manteniendo ese intento de firmeza como esperando soltase algún otro Pokémon al campo, casi dándolo por hecho y que pasado los segundos, me percataba con lentitud que ya no había nada que motivase a mi Ampharos a seguir luchando o que de mi parte diese órdenes en silencio contra quien se nos pusiera en el camino.

¿De verdad al fin se terminaba todo? Parpadee varias veces incrédula, queriendo quitar esa pesadez persistente y de paso poder tener una mirada más clara del panorama que no comprendía en su totalidad. Siendo el chirrido emitido por Ampharos el que por fin me hacía reaccionar y colocar las piezas en su lugar; El aún se mantenía en pie a diferencia de su oponente. Significando solo una cosa, la victoria sobre quien al parecer fue el último Pokémon del mayor, pues tras retirarla del campo no volvía a sacar otra Pokéball por su lado. Soltando el más largo suspiro de alivio de entre mis labios al llegar a esa resolución, apoyando mi frente sobre el cuerpo amarillento de mi compañero quien de a poco se acercaba a donde permanecía parada. – G-gracias... – Murmure suavemente dejando que solo Ampharos fuese el que pudiese escucharlo, afirmando el resto de mi cuerpo contra el suyo por medio de mi frente, continuando con los murmullos entre reproche por el cansancio y de agradecimiento al mismo por su gran desempeño. Algo que aun por la incómoda posición, no generaba sonido de molestia y por lo cual me quede allí sin mencionar nada más… Demasiado cansada para moverme.

Pero debido a la aun existente presencia del líder en el lugar y quien por el sonido de sus pasos parecía acercarse; Con pesadez aleje mi cuerpo para mantenerme de pie al lado de mi compañero. Observando con curiosidad como se inclinaba un poco debido a su altura y que si bien parecía una acción cortes debido a la clara diferencia entre ambos; No pude más que reflejar cierta molestia brevemente para dejarla pasar con la misma rapidez. Inclusive dichas expresiones me eran agotadoras. Sobresaltadando un poco por el contacto de su mano contra la mía, más dejando que continuase con sus palabras sin intervenir en ningún momento, sintiendo una vez perder el contacto aquel material pesado de su medalla recaer sobre mi palma, ocasionando junto con ello el reflejar por primera vez una larga sonrisa en mi rostro al tomar conciencia de lo que ese objeto traía consigo simbólicamente.

– ¡Muc-chas g-gracias por el com-mbate! – Respondí de manera acelerada, haciendo una leve reverencia a modo de respeto y agradecimiento por la paciencia que al final fue tener que lidiar con tal largo combate, pese al quizás tener otros que atender. Incorporándome de manera inmediata llamándole suavemente, a la par que escribía algo rápido para que este pudiese leerlo antes que partiera. “Volvamos a repetirlo en el futuro ¿Si?” Regresando con ello la libreta dentro de mis pertenencias, despidiéndome del mayor con una de mis manos antes de darme vuelta para poder regresar con mi compañero. Haciéndole un ademán con la mano para dirigirnos a lo que parecía ser la salida y a un merecido descanso; Apenas pudiéndome las piernas pero queriendo el llegar cuanto antes a la ciudad para poder dormir hasta el otro día si es que era necesario. Al menos hasta poder recuperar mis energías y obviamente, la de mis compañeros quienes se dieron frente en aquellos duros retos.