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'Combate' :

Consecuente a las órdenes del pelinegro, Lanturn efectuó Acua aro, emanando una gran cantidad de agua cristalina que a pesar de la combustión situada en los alrededores se mantuvo influyente para pronto focalizarse en contra del siniestro y golpearlo inmediatamente, considerando que su oponente se movía entre la ardentía del veneno cielo de manera completamente aleatoria. Una vez ejecutado su ataque, Judal pudo notar como Hydreigon comenzaba a trasmitirle señales de agotamiento, tal vez porque sus imponentes fuerzas al fin estaban ultimándose. La cuestión era, ¿con la derrota del dragón algo cambiaría en ese panorama? pronto el siniestro tomaba desprevenido a Lanturn con Pulso dragón, contribuyendo su ataque con la hondas ígneas que sofocaban al pokémon agua, para pronto arremeterlo entre los destellos celestes de su energía característica, completando con su acometido una vez impactando semejante vigorosidad hacia Lanturn. — ¡Light! — Exclamó el pelinegro, cerrando los puños y caminando hacia él con la idea de que no había sido capaz de soportar el ataque de Hydreigon. Sin embargo, antes de que Judal intentara devolverlo a su aparato, Lanturn volvió a incorporarse al combate haciendo uso de su última fortaleza para mantener la inigualable osadía que lo caracterizaba. — Lo haces bien — Le dedicó una sonrisa, sin dejar de emitir una mirada nada contenta con lo que se llevaba a cabo. No le gustaba estar en desventaja y sentirse arremetido con el filo de una espada, nunca llegó a pensar que Kaz lo pondría en ese tipo de situaciones. Aquel Judal situado en su contraparte parecía tan calmado, y sanguinario, que en cuanto lo vio acercársele no hizo nada más que expresar una mueca de repudio, con todo el mal sabor de boca y entrecejos marcados. Parecía portar algo entre sus manos, algo dorado y conocido, ¿se amuleto? Arqueó una ceja, apenas percatándose de que se trataba de eso. — ¿Ahora robas pertenencias ajenas? — No obstante, recordar que ese amuleto le pertenecía a ambos le desagradaba. — Como sea, ¡Light chispazo! —

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'Combate' :

Las condiciones habían continuado desfavorables para Lanturn, quien pese a efectuar Chispazo en un contragolpe decisivo y liberar una gran cantidad de energía eléctrica hacia su adversario dragón, fue momentáneo el hecho de quedarse sin más fuerza de ataque. Hydreigon se recuperó del daño rápidamente, segundos antes de volar con suma potencia hacia el pokémon tipo agua, propiciándole dos ingentes mordiscos con cada una de sus cabezas para terminar desvaneciendo las fuerzas de Lanturn; no obstante el siniestro quería continuar combatiendo a pesar de haber acabado con su contrincante, siendo así como sus fauces volvían a abrirse después de sus mordeduras, emanando una intangible concentración de luminiscencia cerúlea, como si estuviera a punto de soltar sus llamas hacia el pokémon debilitado; un hecho que Judal quería evitar a toda costa, con solo imaginarse que ese era el resultado de tantos cuerpos carbonizados a los alrededores. De esa manera en cuanto la calina celeste fue expulsada de la boca del dragón siniestro, el pelinegro devolvió a su querido compañero en cuanto antes, resguardándolo en su aparato para mantenerlo a salvo de la incertidumbre que el contrario creaba. Judal estaba encolerizado, más porque Hydreigon hubiera matado a Lanturn si no lo hubiera devuelto a su pokéball, ¿ese comportamiento se lo había implantado él mismo? O más bien, su otro yo lo había hecho. Comenzaba a dudar de continuar con el combate, sin embargo percatarse que Hydreigon buscaba seguir combatiendo con esas potentes fuerzas que parecían inextinguibles solo lo orilló a expulsar a Skrelp de su capsula esférica, y aunque se tratara de un pequeño pokémon eso no declaraba que fuera débil, incluso su personalidad ya parecía compararse a la de Charizard y Lanturn, ambos pokémon de grandes cualidades con respecto a la fortaleza emocional y física. Judal confiaba en Skrelp, porque por más combatiente y recio que fuera su contrincante en algún momento todo debía acabar.

— ¿Sabes en donde están todos nuestros pokémon? ¿Nuestros fieles y confiables “amigos”? Todos dejaron de existir hace mucho tiempo, como ya te he dicho Judal, no nos conviene unirnos a las más débiles compañías, solo los más fuertes como Kaz son capaces de sobrevivir — Y por más demandante que sonara, aquel Judal mostraba una amplia sonrisa en su rostro, frívolo a lo que constaba decir esas palabras.  

El pelinegro reaccionó al instante.— ¿Cómo terminó así? ¡Judal! ¡Explícamelo ahora mismo! — Gritó, frunciendo el entrecejo y mostrando ese cólera que ya comenzaba a intensificarse. — ¡Vete al infierno sepulcro! — Judal le mostró una descarada seña vulgar con un solo dedo, elevando la cabeza y llevándose una mano al rostro, flexionando su espalda hacia atrás mientras comenzaba a reírse impetuosamente, como todo un maniático alienado. — Draigo… draigon… Ácido —  

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'Combate' :

Eventualmente Ácido fue ejecutado por parte de Skrelp, aprovechando la polución que el medio ambiente dimanaba en el aire para influir en sus cantidades, dominando el terreno hasta inficionar al enorme dragón que no tardó demasiado en corresponder con Dragonaliente, contraatacando con el mismo nivel de daño que Skrelp le había causado, pero no particularmente tratándose de un golpe vengativo, sin duda la vigorosidad del dragón comenzaba a extinguirse y con ella su efectividad con los ataques potentes y característicos. Un hecho que desvaneció la risa de Judal y esa momentánea “locura” y cólera que lo había enfrascado en un lecho de malos augurios y negatividades excesivas. Ahora se encontraba tranquilo, quitando la mano de su rostro para descubrir esas facciones neutrales. Todo ¿parecía acabarse?... y eso de alguna manera lo libraba de una gran carga.

— ¿Ahh?~ ¿Qué te había molestado tanto como para darte esa gracia? ¿Terminaste perdiendo los cabales Judal? —

— Nada de eso, es solo que acabé recordando algo, un detalle que seguramente olvidaste — El pelinegro volvió a delinear una sonrisa, colocando ambas manos en su cintura y soltando un suspiro. Negó con la cabeza con un gesto indicativo de desaprobación, como si estuviera reprobando las circunstancias que se mostraban frente a sus ojos. —Draigon cola veneno — Indicó, mientras daba unos cuantos pasos hacia adelante y observaba al grandioso dragón. Hydreigon le clavó la mirada, mientras sus ojos se inyectaban de un rojo infierno, apoderándose de las tinieblas a su alrededor y envolviéndose en ellas como si estuviera a punto se expulsar Pulso Umbrío. — Pensar que me molesté por tus palabras solo demuestra mi poca falta experiencia, lo has hecho bien de maldito Judal — Detuvo su caminata, no iba a negar que enterarse que había eliminado a sus compañeros tras considerarlos débiles lo había sorprendido y agobiado; incluso sintiéndose asfixiado por ese lamentable incidente. Sin embargo ya pronto lo superaba, solo debía esperar a que su querido Skrelp acabara con el enigmático y oscuro Kaz. No esperaba que lo hiciera en ese momento, ni siquiera creía en el hecho de ganarle a su adverso, si algo sabía Judal es que no debía subestimar a su oponente, ni a sí mismo también. Todo llegaba en las circunstancias y eventos más perfectos para concluir o iniciar un evento. ¿Qué le deparaba esa peripecia?

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'Combate' :

Las llamas se hicieron más intensas, abarcando todo a su paso, ganando terreno de forma alarmante. Aquella vil copia de Judal, lo más cercano a su futuro, se veía extasiado, lleno de euforia y felicidad, mientras veía como la destrucción avanzaba delante de sus ojos, aunque su propio Pokémon haya sido derrotado. Comenzó a hablarle a su otro yo, al verdadero Judal, mientras su cuerpo se iba haciendo polvo en el aire, un mero recuerdo en el mar del olvido. Entre risas maniáticas afirmó ser que ese era su final, el de ambos, y que nada cambiaría su destino: Aquel camino que habían tomado iba directo a la desesperación.

Y así como así… Todo se vio cubierto en llamas.

Una cálida brisa se hizo presente en aquel lugar, en lo alto de la torre en la que el retador de oscuros cabellos se encontraba. Detrás de si se cerró el gran portón donde se advertía, se imploraba y se prohibía el atravesarlo. Ante este se alzaba un gran espacio abierto, una gran azotea predispuesta, sin barandillas ni muros que evitaran lo que podría ser una gran caída. Lo único que alumbraba tal lugar eran las eternas estrellas, brillantes, expectantes, junto a la gran luna llena que les hacía compañía. Todo estaba predispuesto para lo que sería el gran final.

A los pies del entrenador se deslizarían dos objetos; una reliquia dorada que era de su propiedad, junto a una Pokeball con su fiel compañero en su interior. Todo estaba en orden, sin heridas algunas, con la excepción del propio joven, cuyo cuerpo se veía cubierto de hollín y mugre, proveniente de aquel horrible páramo el cual había tenido que atravesar para hacerle frente a quién se alzaba a unos metros delante de él: un muchacho de cabellos rebeldes, alzados y de dos colores, con sus orbes ónix fijos sobre él y una expresión seria en su rostro, como si estuviera enojado.

-Vaya Judal, tu estado deja mucho que desear.- Palabras cargadas con un tono medianamente sarcástico que no pegaban con la fría mirada de quién las pronunció. Había atravesado las pruebas, es cierto, pero eso no significaba que estuviese del todo conforme con tal demostración de actitudes. En pocas palabras, el ser humano que se encontraba delante de si no era más que un peligro para el futuro de todos. ¿Valdría la pena darle el beneficio de la duda e iniciar un combate por el objeto tan preciado que resguardaba? ¿Podría cambiar la impresión que había generado en el líder de gimnasio? Estaba por verse.

-Mi nombre es Yuto, soy el líder de Gimnasio de Tenebris Town.- Aquel aparente enojo se desvaneció, en lo que sus músculos parecían relajarse. No valía la pena dejar que su punto de vista interfiriera con la responsabilidad que caía sobre sus hombros tras haber recibido el título que acababa de profesar. De sus manos volaron dos objetos esféricos bicolores, dejando salir a Froslass y a Trevenant, la dama de hielo y el árbol fantasma, quienes dejaban entrever una mirada seria, de pocos amigos, tal como su entrenador hacía apenas unos segundos. –Probablemente quieras insultarme o golpearme. Créeme, no eres el primero, y tampoco serás el último…- Una pausa innecesaria para crear drama y  misterio, algo que quedaba bien con el ambiente del pueblo que tenía bajo su manto, su protección. –Puedes exigir respuestas, o las puedas ganar como es debido. Eso ya depende de usted, retador.-

Spoiler:

En un último golpe, la voluntad del Kaz oscuro se proyectó a través de Skrelp, un fulminante ataque dragón que abarcó el tóxico cielo e hirió al pokémon veneno, provocando que el pelinegro le devolviera en cuanto antes a su respectivo aparato. Esa torrente de fuego celeste que parecía consumir todo a su alrededor, incluso podría jurar que el firmamento estaba constituido de aquellas ráfagas de fuego. Su adverso comenzaba a reírse, a mostrar en su rostro ese gesto de felicidad, de conclusión y exultación. ¡Parecía estarse ahogando en su euforia! Judal observó los alrededores, percatándose que el fuego del siniestro empezaba a consumirlo todo, a pulverizar el espacio y a extinguirlo.


Fuego azul, cada vez más y más tórrido, Judal no podía creer lo que estaba viendo, su otro yo seguía riéndose pero también comenzaba a disiparse, a volverse solamente polvo que pronto desapareció entre las llamas. ¡No podía aceptarlo! Llamas arrasaron y lo extinguiendo todo a su paso, Judal se cubrió con su brazo el rostro, cerrando los ojos por los destellos que, como en una explosión, se hicieron uno con el dominio hasta exterminarlo todo.

Todo había agonizado entre las cenizas de sus aposentos.


Escuchó un fuerte estruendo provenir a sus espaldas, y una ligera brisa envolverse a su alrededor. Judal volvía a abrir los ojos, con el corazón tal vez exaltado por lo que había ocurrido hace unos segundos. Volteó rápidamente y observó el portón de aquella gran puerta, dando con el hecho de que se encontraba en el mismo lugar de cierta tremebunda torre a la cual había accedido desde un comienzo. — ¡¿Ahh?! — Dio un paso de impresión, sintiendo el tacto de un objeto a sus pies, su vista se volvía al suelo para descubrir su amuleto dorado y la pokéball que sin duda le correspondía a Hydreigon. — ¡¿Qué?! — Vaya manera de confundir al pelinegro, su rostro, sus manos y vestuario ¡estaban hechos un asco!, sentía la mugre y el polvo picarle, pero más que eso... le dolía la cabeza, pero no porque se estuviera enfermo, sino porque había estado pensando demasiado y de todas las posibles respuestas se había topado con la menos esperada. Seguía en la torre, al parecer en el gran cuarto de su interior, encontrándose con... ¿quién era ese sujeto de frente? Judal compuso un poco su rostro, pero era de esperar que sus muecas volvían a enfatizarse en sus labios y entrecejo. Con solo escuchar su nombre y lo que realmente era, le hizo ascender una ceja, mientras hacía un esfuerzo por quitarse todo ese polvo de encima. Pronto volvía a observar al joven de cabellos violáceos y oscuros, rodeando la mirada entre aquel Froslass y Trevenant, efectivamente no le estaba engañando, de verdad parecía pertenecer al gimnasio fantasma. ¿Cómo había llegado ahí? Una ligera sonrisa se proyectó en sus labios, comenzando a caminar hasta Yuto y colocándose frente a él con toda la seguridad posible, importándole poco la presencia de sus compañeros fantasmas. —Vaya que no te equivocas —Terminó alargando su brazo para sujetar en el acto el cuello oscuro de su prenda, jalándola hacía sí mismo para mirarlo directamente a los ojos —Dime Yuto, ¿qué buscabas al enseñarme todas esas ilusiones? — Apretó con más fuerza, observándolo con sus profundos ojos rojos y carentes de alguna clase de brillo, parecían ojos de un muerto maldito. —Voy a exterminarte, como casi lo hago conmigo mismo —Dejó de apretar para empujarlo y terminó riéndose, aunque a decir verdad su risa no había durado lo que esperaba. Al parecer Judal sí que no era capaz de olvidar lo que había visto, verse riendo como un loco maniático en un destino oscuro y probablemente seguro, vaya que... solo le sacaba una mueca de desagrado. — Comencemos con esto líder... a pesar de todo, estoy emocionado por este combate~ — No mentía, si algo caracterizaba al pelinegro era su favoritismo a los combates, quería medir sus fuerzas y ya que se encontraba ahí, entonces que mejor que comenzar con todo. — Vengan Shield, Draigon —


Lanzó sus respectivas capsulas esféricas, dejando salir a sus pokémon que rápidamente se colocaron frente a sus próximos adversarios.— Draigon ve contra Froslass y efectúa Ácido — Tras sus órdenes el pokémon veneno comenzó a prepararse. — Shield ve contra Trevenant y efectúa Giro bola — Doublade comenzaba a blandirse, emanando su cuerpo de un metálico resplandor y dando inicio a un giro gravitatorio. Ambos ataques en cuestión de segundos tomaron ventaja, esperando que sus acometidos dieran resultado.

Spoiler:

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#1 'Combate' :


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#2 'Combate' :

Por todo lo que había pasado durante esas pruebas, el poder ver con sus propios ojos el proceder del pelinegro, el sentir lo que el retador había sentido, el temor que había experimentado, junto a la incertidumbre, las grandes dudas… Lo sabía. Sentía que lo conocía como la palma de su mano. Por lo tanto, con aires de grandeza, sumamente serio, se mantuvo a la espera de alguna acción nada amigable por parte de Judal, la cual no se hizo esperar.

-¿En serio?- Lo miraba de cerca, peligrosamente cerca. Podía sentir cierta ira desbordando por toda la existencia del retador, sumado a una brutalidad que no podría ser controlada si se permitía darle rienda suelta. -¿Realmente no te diste cuenta de nada, Judal?- Su tono de voz se volvió más grave, casi autoritaria, mezclado con un cierto grado de enojo, nada propio de quién ahora portaba el título de líder de gimnasio. ¿Acaso sería capaz de responderle al entrenador frente a él con la misma hostilidad? No quería hacerlo o, por lo menos, no era su intención. –Si realmente no aprendiste nada de todo eso, todo lo que atravesaste, de toda tu historia… Y tu futuro.- Se alejó unos cuantos pasos, acomodando su ropa arrugada, al igual que la corbata que tanto amaba. Esperaba tocar una fibra sensible en lo más profundo del ajeno, algo que lo hiciera explotar para hacerle aprender la lección. -Quizá no estés listo para avanzar.-

Una brisa se hizo presente en lo alto de la torre, en aquel espacio abierto que ahora serviría como el estadio final para un combate memorable. Los miembros por parte de ambos ya se encontraban listos para combatir: Por un lado estaban Froslass y Trevenant, y por el otro Skrelp y Doublade. Se separaron en dos grupos para hacer del combate algo más ameno, teniendo a Froslass contra Skrelp, mientras que Trevenant le haría frente a Doublade. -¿Y bien? Te estoy esperando. ¡Ven!- Sus brazos se alzaron, coronando lo que sería su acto final de provocación. El dado estaba echado, y ahora era cuestión de seguir lo que ya había iniciado.

El pequeño ser que respondía al nombre de Draigon siguió lo que le fue ordenado, lanzando un ataque de tipo veneno a Snowy, la dama de hielo, en lo que el Doublade acortó la distancia que lo separaba de Trevenant, agrediéndolo físicamente. –No es lo que esperaba, Judal. Sé que puedes mucho más.- Tras suspirar sonoramente, Yuto se manifestó una vez más con respecto al retador,  notando que ambos miembros de su equipo se encontraban en muy buenas condiciones, comprendiendo que los ataques habían sido muy poco efectivos. –Quizá deberías intentarlo de otra manera, ¿no te parece?-

-¡Ahora es nuestro turno! ¡Froslass, Rayo Hielo! ¡Trevenant, Bola Sombra!- La hora del contrataque había llegado para el antiguo entrenador. Tras un corto silencio, chasqueó sus dedos antes de indicar los movimientos a realizar, cosa que era característica en él. Sus Pokémon habían logrado adaptarse a las manías de quién los lideraba, comprendiendo su forma de pensar y actuar, apoyándolo en todo momento. Por ese preciso motivo, ambos fantasmas hicieron uso de sus habilidades, tratando de influir miedo en el contrario. Había una lección que debía aprender, y claro estaba que no sería por las buenas.

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#1 'Combate' :


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#2 'Combate' :

No iba a ser derrotado ¿Qué planeaba Yuto? Esa pregunta que le había formulado carecía de doble sentido, ¡realmente quería saber! ¡¿Qué le importaba al líder del gimnasio meterse en sus asuntos?! En su vida, en lo que pensaba, solo debía comportarse como el líder que era y dejar de fisgonear en donde no le llamaban. Cruel, demasiado cruel, y abstracto. ¿Pensaba cambiar la esencia y forma de pensar del pelinegro? Mostrándole qué… ¿su futuro? ¿su posible final?

¡Argh!

Estaba enfureciéndose por dentro, no quería admitir que le había causado un buen dolor en las cienes, y ahora por su culpa no dejaba de dudar un poco de sí mismo; claro que con eso incluyendo su existencia. Pudo haberle propiciado un buen golpe, y no arrepentirse de nada, lo hubiera sometido a varios puñetazos continuos, sin importarle ser atacado por sus pokémon fantasma. Se hubiera dejado llevar por su cotidiana imprudencia cuando no le agradaban las cosas, pero bastaba con un poco más de cólera enfermiza para realizarlo. Además, de cierto modo, se negaba internamente a realizar lo que su otro yo hubiera hecho en algún otro caso. Solo debía calmarse, apaciguar sus malditas ansias y ahogarlas en el combate que se realizaba frente a sus ojos.

Skrelp y Doublade habían propiciado sus ataques, dando inicio el ágil pokémon tipo veneno/agua quien pronto efectuaba Ácido hacia el Froslass del líder, sin embargo había carecido de potencialidad para consumar su movimiento al máximo. Continuando con Doublade quien prontamente daba forma a Giro Bola haciendo denotar sus característicos rasgos tipo acero, justo antes de impactar su respectivo ataque al Trevenant fantasma. — ¿Ah? ¿Crees que me importa Yuto? Deberías cerrar la boca. — Tal vez en otra ocasión con un oponente a quien Judal consideraba fuerte se hubiera comportado un poco más digno, después de todo era parte de sus principios disfrutar de un buen combate, pero ahora solo quedaba claro que aquella batalla estaba destinada a ser despreciada por el pelinegro, quien podría incluso comportarse más mezquino con Yuto. Estaba tenso en ese sitio, ¿habrá sido todo plan del líder desde un principio? Así como una táctica para distraer a sus próximos adversarios y tal vez… no sé… ¿humillarlos? ¿Destruirlos?

No se equivocaba, era eso seguramente… ¿Quién iba a imaginar que alguien podría resultar tan dañino?

Terminó dedicándole una sonrisa perversa al líder, y se echó nuevamente a reír tras observar los ataques de los pokémon fantasma. — Nada mal~ — Burlón, y hostil, como si hubiera averiguado algo que se enfatizaba en sus sarcásticas palabras. Tras una mirada a sus colegas simplemente decidió volver a ordenar nuevos ataques. — Draigon Hidropulso, Shield Sombra Vil — Pronunció serio, otro cambio drástico en el pelinegro, ¿Cuántos gestos era capaz de manifestar? Solo habría que averiguarlo. Por lo mientras Skrelp daba inicio a Hidropulso, proyectando lo que podría volverse un próximo ataque, mientras Doublade ilustraba una amplia sombra que comenzó a extenderse sobre el suelo. Ambos embates esperaban ser ejecutados.

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#1 'Combate' :


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#2 'Combate' :

Aunque pareciera ser de otra manera, Yuto no disfrutaba en lo más mínimo aquel rumbo que estaba tomando el combate, como tampoco le agradaba ser el villano que impulsara todo con sus hilos. Como ya había ocurrido en circunstancias anteriores, las pruebas no eran orquestadas por su imaginación o maldad, mas eran iniciadas por su voluntad. De tal manera, con un simple empujón, obligaba a los retadores que osaran hacerle frente a pasar por sus más oscuros miedos, temores, incluso forzándolos a afrontar a la muerte misma si fuese necesario. En el caso puntual del cínico frente a él, tal demostración no era otra cosa más que un indicio claro de lo que podría ser si seguía por el camino de la destrucción.

-Debería importarte.- Le resultaba excesivamente molesto el tener que explicar las cosas de antemano, y mucho más cuando se trataba de eventos sobre los cuales no tenía control alguno. Tras suspirar pesadamente, llevó sus manos a su rostro, frotando ambos lados de su frente con sus dedos. Cierto malestar comenzaba a hacerse presente en su persona, acompañado de nerviosismo y, aunque luego trataría de negarlo rotundamente, un enojo que se acrecentaba a cada minuto que pasaba. Judal no era alguien que cayera en la casilla de persona agradable, mas bien era lo opuesto, ya que en pocos minutos estaba logrando lo que muchos no podrían haber hecho en horas: Sacar al líder de sus casillas. –No soy tu enemigo, y tampoco intenté jugar contigo.-

Aun habiendo intentado apelar a su lado bueno, humano, los ataques ajenos no se hicieron esperar. Froslass recibió el ataque de agua, logrando disminuir la potencia del mismo al congelarlo a mitad del camino. Trevenant, a diferencia de su compañera, no recibió impacto alguno, golpeando el suelo con ambas manos para detener el avance del movimiento que intentaba herirlo. -¿Crees que vale la pena hablar con él?- Una voz gélida, tan suave como una brisa proveniente del océano en un amanecer, llegó a los oídos del líder de gimnasio, rompiendo su concentración. La dama de hielo lo observaba de reojo, con cierta mirada de decepción. -Aunque intentes apelar a su buen corazón, está claro que es más duro que el mismo hielo. Ríndete de una vez, no vale la pena el intento.- Tal sentencia impartida por su Pokémon lo había dejado sorprendido y notoriamente consternado. El motivo para hacerlos pasar por sus pruebas, aunque no sea capaz de controlarlas, era para sacar lo mejor de ellos mismos. ¿Acaso había cometido un error? No quería creer en esa posibilidad.

-Este lugar existe entre el sueño y la realidad, la mente y la materia.- Froslass y Trevenant comenzaron a moverse a ambos lados, dejando en el centro del campo de batalla a los compañeros del retador de oscuros cabellos. No necesitaban tantas indicaciones como para proceder a voluntad. –No controlo lo que ocurre en este lugar, solo me corresponde dar el empujón inicial para que todo de inicio.- Ambos fantasmas estiraron sus brazos, moviendo sus dedos gentilmente en el aire. Entre ambas manos comenzarían a juntarse una masa oscura, adquiriendo una forma redonda irregular. –En pocas palabras, no soy quién decide las pruebas, son ustedes mismos.-

Aunque esperaba que con su explicación aquella tensión incómoda en el ambiente se esfumara, Yuto bien sabía que eso no era más que un deseo casi imposible de realizarse. Los orbes rojos del ajeno, aquella expresión que ciertamente no podría imitar aunque lo intentara, y su risa psicópata; todo esto era volcado en una perfecta ensalada, cuyos ingredientes no podrían ser separados aunque se tomara todo el tiempo del mundo.  Esperaba que el proceder del combate, que seguía con las Bola Sombra lanzadas por sus dos compañeros, pudiera apaciguar aquella existencia que estaba lejos de la calma que el humano tanto le deseaba.

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#1 'Combate' :


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#2 'Combate' :

Tch.

Aquellos últimos movimientos por parte de sus apreciables pokémon no habían resultado como lo esperaba, el hecho de que Doublade fallara ante otro pokémon tipo fantasma le sorprendía ligeramente. ¿Estará ocurriéndole algo? ¿Será por culpa de su actitud? Lo más probable, a decir verdad Judal jamás se había sentido tan negativo ¿Alguien sería capaz de ver la penumbra oscura a su alrededor? Porque comenzaba a darle asco, y ese sentimiento se pronunciaba en su rostro. El pelinegro estaba exaltado, como si alguien hubiera deseado depravarlo desde el fondo; se sentía fatigado, consternado, y lo peor estaba por verse más adelante. Cuando Judal se encontraba en ese estado nada le entraba por la cabeza, solo podía sentir una fuerte aversión a quien se encontraba cercano, y para el infortunio del líder fantasma era quien yacía frente a sus ojos; que prácticamente lo convertía en el objetivo principal a quien ahora Judal solo podía culpar de todo. — ¿Enemigo? ¿Jugar conmigo?... Claro. — Le sonrió al de bicolor cabello, como si con esas simples palabras hubieran desvanecido todo lo que el pelinegro sentía por dentro: Rabia. — Mentiraa~ — Jugaba con sus tonos burlones, no es que intentara llevarle la contraria a Yuto, pero de verdad... que nada le cabía en la cabeza.

Tal vez era verdad, tal vez y esas pruebas lo llevarían a la superación. ¡Ha crecer! y ¡Abandonar su maldición! Nada mejor que hacerlo de esa manera, la verdad no tenía nada de malo, todo camino capaz de librar a quien sea de su perdición era  comprensivo. No tenía por qué quejarse, tampoco molestarse demasiado... ¿entonces? ¿Qué era ese sentimiento de rechazo?

Judal observaba terriblemente a Yuto, sus profundos ojos serían capaces de matarlo de algún modo, incluso si el combate continuaba no parecía ser el mismo de siempre. Los ataques de los pokémon del líder habían sido ejecutados, dejando tras ellos un severo golpe tanto en Skrelp y Doublade. Ambos pokémon retrocedieron respectivamente, soportando lo que cualquier efecto nocivo de Bola sombra podría causarles. — ¡Un empujón a nuestro propio cataclismo, que bien te la ideaste! — Judal se mostró sorprendido, sonriendo, como si fuera un descubrimiento excelente. Resultaba irónico y burlesco. Pronto sus compañeros volvían con osadía y fuerza al combate, mirando con ojos valientes a sus adversarios, pareciendo también sobrellevar la negatividad que sus sensibles sentidos eran capaces de percibir de su entrenador. Aun así planeaban seguir esforzarse y dar transcurso al encuentro de la manera más digna posible. — Sabes Yuto, no tienes que hacer todo lo que haces, al fin y al cabo, nadie te agradecerá y dudo que alguna vez lo hagan. Lo único que eres capaz de hacer... — Dejó de hablar sin lograr terminar esa palabra, pronto sonreía para ladear la cabeza y colocar ambas de sus manos en la cintura. — Lo único que lograrás es que te odien siempre, como yo.. ahora mismo. — Le mostró una sonrisa tal vez peor a la de antes, ¿se podía? mientras más eran sus ganas de incordiar al ajeno entonces si era posible.

Hablar con Judal en ese estado no resultaba muy conveniente apreciable líder.

— Draigon Toxico, Shield Foco resplandor — Se dictaban nuevas órdenes y ambos pokémon se ponían en marcha para acatarlas; volvían a acercarse a sus contrincantes tipo fantasma esta vez mostrarse más seguros de lo que harían a continuación. ¡Sus compañeros pokémon eran perseverantes! Incluso si pronto terminaban debilitándose, darían un buen combate sin dejar de mostrarse vivos y llenos de energía en cualquier momento. ¡Era lo único que podían hacer para en contentar a su entrenador! Y eso era algo que Judal no dejaba de notar en ellos, pese a que seguía culpando al líder fantasma de todo, no negaría el hecho de que estaba orgulloso de sus compañeros.

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#1 'Combate' :


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#2 'Combate' :

Le destrozaba el alma ver al retador de turno en un estado tan deplorable, no física, sino mentalmente. Aquellas palabras que escupía hacía su persona, hacía la existencia misma del Líder de Gimnasio, comenzaba a hacer mella en ser, llegando al punto de cuestionarse a sí mismo si lo que estaba haciendo como entrenador de renombre en la región valdría la pena. ¿Por qué le afectaban las palabras vacías de alguien que ni siquiera conocía? ¿Acaso era tan débil como para ceder ante las provocaciones de alguien mentalmente inestable? ¿Le sería posible continuar con tantas dudas imbuidas en lo más profundo de su corazón?


Los ataques ajenos volvieron a volar, surcando el cielo con suma velocidad y cortando, una vez más, el silencio que buscaba monopolizar el campo de batalla a cada segundo. Skrelp y Doublade demostraron lo que anteriormente no habían podido hacer, derrochar poder y vitalidad por cada poro de sus existencias, cosa que dejó impactado al guardián de Tenebris Town, en lo que sus propios compañeros eran derribados por primera vez desde que el combate había iniciado. Incapaz de mover un solo músculo, solo podía mantenerse de pie, paralizado, tratando de procesar los susurros que llegaban a sus oídos, voces que solo podían ser escuchados por su persona, palabras que solo él podría interpretar.

-Este tipo… Es un gran engreído.- Adolorida, Froslass comenzó a recomponerse lentamente, con sus orbes fijos en su agresor. Aunque pareciera, en un primer momento, enojada y llena de ira, se podía apreciar una hermosa sonrisa, una de las pocas que solía esbozar en contadas ocasiones. –Se cree muy superior, tratando de hacer todo por su cuenta, pero solo es un mocoso que no puede entender buenas acciones.- Al otro lado, el árbol tenebroso se recomponía una vez más, con su orbe rojizo moviéndose rápidamente de lado a lado, tratando de ubicar una vez más a su presa, las dos espadas. –Deja de llorar como una niñita y avanza como siempre lo has hecho, siendo fiel a lo que crees.-

-¿Sabes? Te estás equivocando si crees que hago todo esto para ser reconocido.- En principio serio, con una mirada fría y un tono cortante, rápidamente cambió a una sonrisa amable, borrando el ceño fruncido que adornaba sus facciones con cierta naturalidad. Las palabras que había recibido comenzaban a hacer efecto dentro de sí. –Hago lo que creo correcto, sin importar si otros me lo agradecen.- Hablaba con calma, una serenidad casi innata, mientras rascaba su nuca con su diestra, notoriamente acomplejado por lo que estaba por decir. Le resultaba algo molesto el exteriorizar sus sentimientos, generándole nervios que no tardarían en ocupar su cuerpo. –Es una pena que me odies, pero eso no cambiará nada. Lo creas o no, ya has aprendido una lección.-

Tras su sentencia final, indicó con un suave movimiento de su mentón el proceder de sus compañeros. No tardaron en comprender la idea de su entrenador, lanzándose inmediatamente contra sus enemigos. Entre sus extremidades formarían una Bola Sombra de irregular contorno, dejándolas volar contra sus objetivos una vez estuvieran a pocos metros de los Pokémon ajenos, en una suerte de ataque suicida.

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#1 'Combate' :


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#2 'Combate' :

Ese sentimiento de inquina, y malestar, le causaban una oscura sensación de hostilidad. Judal parecía denotar ese abismal desprecio, que lentamente comenzaba a carcomerlo por dentro, y solo después de eso... bueno ya se esperaba el mal resultado. Incluso si había superado las pruebas y le había ganado a su futura fatalidad, y a sí mismo en un mundo adverso, no significaba que daría la vuelta para comenzar de nuevo, sería como rechazarse así mismo, y si lo hacía... tendría que volver a nacer porque ¡su desgraciado destino era la causa de su nacimiento! — .... — Terminó sujetándose la cabeza con una mano, manifestando un pequeño shock en su rostro. — ¿Qué?... — Entre cerró un ojo con aflicción justo antes de observar a sus colegas pokémon que sin esperar más daban inicio a sus ataques.

Esta vez lograban manifestar las ordenes de su entrenador sin tener alguna clase de inconveniente, Skrelp había empleado Toxico en el Froslass del líder; aquel pokémon fantasma que daba la impresión de poseer una verdadera fuerza significativa. Incluso cualquiera era capaz de darse cuenta con tan solo observar sus factibles y agiles movimientos, además, si también se hablaba de Trevenant, ambos pokémon poseían una clara y respetable conexión con Yuto, quien parecía manejar a sus compañeros sin alguna clase de orden especial, seguramente resultado de un arduo entrenamiento. Una vez Doublade infringía su correspondiente daño, decidió prepararse junto a Skrelp a la espera de los movimientos de sus adversarios.

Captó las palabras del líder fantasma, y se echó a reír ligeramente, retiraba la mano de su cabeza para esconderla en su espalda. — Pueees~ bonita fama la que te ganarás, solo te puedo imaginar ser aborrecido por todos. —Delineó una sutil sonrisa en su rostro, como si correspondiera a la ajena. No le costaba para nada volver a los gestos llenos de amabilidad, que bien podrían ser considerados como verdaderos a pesar sus sarcásticas palabras.— No te lo agradecerán, jamás. Ya te lo dije subnormal, pero pesándolo bien no te reprocharé nada, lo que haces ahora es correcto... porque es vil y perverso. Dañino, y que seguramente traerá uno que otro trauma por ahí. ¡Es perfecto! — Sí que lo era, Judal parecía volver al de antes, o incluso peor, sus facciones eran puuuura demencia que resultaba fácil de adivinar. — ¡HA! ¡¡Tienes razón!! Aprendí una lección aquí, ¡pero a ti que te importa! – Volvió a reírse, ¿Qué es lo que pensaba el pelinegro? Primero diciendo que lo odiaba todo con molestia y ahora dando un giro completamente satírico. Judal planeaba algo, parecía que pronto haría algo en contra del líder fantasma, pero ¿Qué sería? Aún faltaba mucho para saberlo.

— Oe, oe, no puedes atacar a mis pokémon con los mismos movimientos ¡Resultas de verdad predecible! — Comentó tras ver los ataques de los contrincantes tipo fantasma, y de nuevo aquella Bola Sombra que Skrelp y Doublade se esforzaron por contrarrestar en su mayoría o casi totalidad. Aunque también podría deberse a que se encontraban verdaderamente concentrados en sus oponentes, pensando en ellos como enemigos dignos de cuidarse de la manera más prolija.  De cualquier manera eso tranquilizaba un poco al de cabellos oscuros que no dudó en dictar nuevos ataques. — Draigon Bomba Lodo, Shield Garra Umbría — Ante sus palabras, ambas criaturas tomaron lejanía, por una parte Skrelp daba inicio tras concentrar una gran cantidad de agua fangosa segundos antes de dejarla ir hacia el Froslass para intentar encestar un favorable daño. Mientras Doublade emanaba una concentración de energía oscura, antes de un intencional movimiento de ataque hacia Trevenant. Ambos acometidos esperando ser propiciados con beneficio.  

El miembro 'Judal' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados

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#1 'Combate' :


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#2 'Combate' :

Aunque le costara admitirlo, había algo en el retador que le hacía hervir la sangre. Le molestaba cierta máscara de la que hacía gala para ocultar los colores de su alma, aquellos que denotaban un abismo oscuro y sumamente profundo, como también unos brillantes colores únicamente apreciables y comparables con los intensos rayos provenientes del mismísimo sol. No entendía el motivo de lo que, en principio, osaría llamar rechazo. ¿Realmente aborrecía la existencia del pelinegro? ¿Por qué habría de hacer tal cosa? No lo conocía realmente, no eran amigos, compañeros, ni siquiera conocidos. Vaya dilema en el que él mismo se había metido, al acompañar mentalmente a tan extraño ser humano durante pruebas que no podía controlar.

Una sonrisa, extraña y completamente distinta a las que podría llegar a esbozar, se dibujó en el rostro del líder, cuando este cayó en la cuenta de que estaba intentando comprender aún más a tan interesante y enigmático personaje que aspiraba a superarlo, a aplastarlo como si se tratara de un mero insecto. Aunque raro, también intentaba hacerse comprender y, de ser posible, poder compartir una visión sobre el mundo en general. ¡Vaya estúpido que era! Su mente comenzaba a divagar en el peor momento posible, cuando estaba todo en juego, y apenas era capaz de notarlo. Sus Pokémon, lamentablemente, pagarían el precio por la simpleza de su entrenador.

Aunque había dado órdenes de atacar, su mente no estaba enfocada al 100% en lo que ocurría delante de sí. Tal falta de concentración se transmitiría a sus compañeros, cuyos ataques fueron lanzados con una penosa potencia y precaria precisión. Solo Trevenant había logrado dar en el blanco, mas los nuevos raspones generados en el cuerpo de las espadas apenas podía ser considerada como daño. Apenas tuvo el tiempo para verse sorprendido, cuando sus oponentes se lanzaron al contrataque, empleando potentes movimientos que, con una fuerza notoriamente descomunal, harían retroceder a la dama de hielo y al árbol terrorífico, hasta quedar a ambos lados de su entrenador.

La sonrisa de su rostro no se desvanecería de su cara, aunque sentía cierto pánico por los resultados obtenidos. No le molestaba perder, pero si le hacía arder en furia cuando no podía dar a relucir todo el potencial que él y sus amigos tenían por liberar. Miedo, era eso lo que estaba experimentando una vez más. Tal como sus retadores, él debía atravesar una prueba única para él, que le hiciera superarse a sí mismo y recordar lo que significa estar vivo. -¿Vil y perverso? ¿Con que cara puedes venir a mi gimnasio y decirme eso?- Sus orbes, generalmente fríos y distantes, ardían con la intensidad del mismo sol, denotando el estado de su espíritu. Se dejaría llevar por las provocaciones ajenas y, aunque no debiera hacerlo, las provocaría. –El único perverso y subnormal eres tú, Judal. Quiero decir… ¿Esa prueba que pasaste? ¿El futuro en llamas?- No emitía ninguna de esas palabras con odio, sino con un gran regocijo. Estaba feliz de poder darle rienda suelta a todo lo que se encontraba guardado en su interior. –El único fenómeno eres tú.-

Entre tanta charla, Froslass y Trevenant pudieron recomponerse una vez más. Su estado estaba lejos de ser el mejor y, siendo completamente honestos, el mero soplido de un Ursaring podría acabar con ambos al mismo tiempo. Sus ojos, sin embargo, brillaban como la mismísima luna que se alzaba en lo alto del cielo nocturno. Comprendían que era todo o nada, y estaban dispuestos a apostarlo todo para obtener la victoria. Con eso en claro, ambo se lanzaron sin esperar orden alguna de su compañero humano. La primera lanzaría un Rayo Hielo, tan bello como poderoso, de la punta de sus labios, mientras que Trevenant acortaría la distancia que lo separaba de su propio oponente para acabarlo con un Golpe Roca.

El miembro 'Yuto' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados

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#1 'Combate' :


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#2 'Combate' :

Los ataques de sus pokémon habían resultado, principalmente Skrelp tras imponer una gran cantidad de contundencia para destacar una efectiva arremetida hacia el Froslass del líder. Judal no esperaba menos de su compañero, al igual que Doublade y su vigoroso ataque fantasma en contra del Trevenant del mismo tipo. Solo faltaría poco para debilitarlos, aunque a decir verdad no le importaba mucho el resultado, aceptaría la fuerza de sus compañeros de viaje incluso si le llevaban a la victoria, o a su propia destrucción. ¿Qué importaba? Nada, no importaba nada. Yuto ya le había mostrado su final si seguía ese “camino”, o más bien él mismo lo había hecho ¿No eso le había dicho el líder fantasma? Judal se había impuesto su prueba, él la había decidido. Pero, ¿Qué significaba? No quería pensarlo, una parte del pelinegro le bloqueaba razonarlo con detenimiento, era ese malestar, odio, y desprecio. Ya no tenía que volver a explicarlo, ni tampoco se lo tenían que explicar. Simplemente se estaba dejando llevar por ese sentimiento ¡jamás se había sentido tan vivo y maldito! Se lo agradecía a Yuto, a sus pruebas, a todo. Tampoco es que fuera un idiota para no darse cuenta de la situación en la que se estaba metiendo, seguramente ese líder le haría algo, después de todo lo había atraído hasta la grande y tremebunda torre. Aun parecía estar en un sueño, en lo más alto de una fortificación fantasmal, incluso si sentía la fría brisa y el nubarrón que consumía el oscuro cielo a sus cabezas no parecía real.

Pero basta, ¿qué le estaba diciendo Yuto?

¿Con que cara iba y le decía que todo era vil y perverso? ¡Él se lo había ganado! ¡Había hecho pensar a Judal de eso! ¿Acaso Yuto pensaba que lo que hacía era bello y hermoso? ¡Entonces estaba mucho más loco de lo que pensaba! … Solo comenzó a reírse por lo bajo, bufándose silencioso, carcajeándose en su pecho, pero después de escuchar las siguientes palabras del líder dejó de reírse en silencio y le miró directamente a los ojos. ¿Le estaba diciendo fenómeno? Terminó bajando el rostro, con un gesto verdaderamente frio, afligido y funesto — Si, tienes razón… soy un fenómeno… desde niño siempre lo fui para los demás, siempre se alejaban de mi incluso si intentaba hacer amigos… era un niño repudiado y aislado sin tener la más mínima idea de cuál era mi problema. ¿Tal vez porque me sacaron de esa mazmorra? No, incluso desde antes… mis padres decidieron abandonarme en esos laberintos para librarse de mí, para librarse del fenómeno que soy... ¿Qué acaso tu no lo entiendes? —   Silencioso, seco, su rostro se cubría de una lúgubre sombra. Alzó la mirada con los ojos vidriosos, y abrió los labios a pesar de quedarse en silencio por completo, y simplemente dio unos cuantos pasos hacia atrás, apretando los puños con fuerza, como si estuviera conteniendo un extraño sentimiento.

Si, si….  

Se cubrió la boca, porque parecía imposible para Judal controlarlo. Realmente quería… ¡reírse! Y no lo dudó en ningún momento, simplemente fue inevitable para el pelinegro no hacerlo de una manera desenfrenada. — ¡Como si me importara! — Espetó acompañado de una amplia sonrisa y estruendosa risa que incluso sus pokémon se volvieron hacia su entrenador extrañados. — Oh, líder fantasma, somos unos fenómenos, somos subnormales, y tú pareces tener un mayor sentimiento de herir a los demás. ¿Conseguirás tu despiadado “objetivo” Yuto? porque alguien como tú, que no es capaz de cambiar a las personas, no puede significar nada para los demás~  — Sonrió despectivo, a Judal poco le importaba, aunque de verdad parecía disfrutar el provocar al líder… ¿de qué sería capaz?  Tal vez y descubría algo interesante...



Pronto se observaba como los pokémon del líder ejecutaban sus movimientos, siendo esta vez como remontaban para herir a sus compañeros, manifestando un ataque gélido en contra de Skrelp que a pesar de la avistable fuerza de Froslass logró contrarrestarlo en su mayoría apenas quedándose con pocas energías para continuar con el combate. Mientras para Doublade no fue el caso, finalmente terminaba debilitándose ante el ataque de Trevenant, por lo que el pelinegro no dudó en regresarlo a su respectivo aparato para que descansara el tiempo que sea necesario. Mientras sacaba otro objeto esférico para dejar salir a Lanturn. — Vamos líder, demuéstrame tu capacidad, ¿podrás cambiar a alguien como yo? — Habló de una manera vil, mientras se colocaba ambas manos en su cintura. —Draigon Pistola Agua, Light Onda trueno — Dicto el pelinegro, momentos antes de que sus compañeros dieran inicio a sus correspondientes órdenes.  Iniciando Skrelp al concentrar una gran cantidad de agua que pronto liberaría hacia el Froslass del líder, mientras Lanturn agrupaba chispas eléctricas a su alrededor, todas se ejecutarían en contra de Trevenant. Ofensivas que darían inicio en cualquier momento.