¿Quién dijo que el Hielo no podía arder? [Desafío Gimnasio #3 – vs Raine Liza]

PERMANENT LINK FECHA DE POSTEO → Lun Ene 02, 2017 6:37 pm

El miembro 'Taichi Yagami' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados

'Combate' :
¿Quién dijo que el Hielo no podía arder? [Desafío Gimnasio #3 – vs Raine Liza] - Página 2 KsyqbPJO

PERMANENT LINK FECHA DE POSTEO → Lun Ene 02, 2017 7:31 pm

Dos Pokémon y un humano, seis ojos, electricidad a la orden del día y una máquina de gran inteligencia estaban a disposición de esa tarea que estaba resultando tan (o quizás más) difícil como lo había anticipado. Muy optimista e ingenioso podía ser el castaño de pelo revuelto; pero nadie, ni siquiera los mejores entrenadores de todo el mundo podían estar tanto tiempo con la mente fresca. Él no era la excepción, sintiendo el cansancio mental hacerse más y más presente mientras el símbolo del Empeño parecía estar acercándose a él a paso muy pausado.

Se quitó la gorra un momento para revolverse el cabello sin otro motivo aparente que no fuera el de despejarse, pero justo en eso Dewgong aparecería detrás de Manectric, quien no necesitó siquiera mirar para liberar una especie de onda de colores similares al de su cabello desde su pelaje, rodeando la cintura del travieso Pokémon quien cayó al agua secamente, mojando un poco al cánido de Hoenn. -¿Estás bien, Manectric? – preguntó acercándose, viendo cómo éste se sacudía para sacarse el agua, aprovechando de mojar otro poco al retador. – Sí, veo que sí…- se rascó la nuca, poniéndose el gorro otra vez. – Lograste darle, eso es muy bueno. Idealmente se moverá aún más lento, y tendremos más posibilidades. – Comentó mirando de paso a Metagross, quien seguía recorriendo el lugar en búsqueda de su travieso objetivo.

- Juntos lograremos esto, eventualmente tendremos la oportunidad.

Dewgong (30 PV)

PERMANENT LINK FECHA DE POSTEO → Lun Ene 02, 2017 7:31 pm

El miembro 'Taichi Yagami' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados

'Combate' :
¿Quién dijo que el Hielo no podía arder? [Desafío Gimnasio #3 – vs Raine Liza] - Página 2 BLaDfAvR

PERMANENT LINK FECHA DE POSTEO → Lun Ene 02, 2017 11:49 pm

❄Aposentos del Empeño❄

❄ La batalla parece estar alcanzando su clímax más imponente. Dewgong se defiende con todas sus fuerzas, hasta verse acorralado. Lo que parece ser el golpe final que iba a dejarlo fuera de combate, es interrumpido por Glaceon, tu guía, con el mismo Manto Espejo que ha utilizado en diversas ocasiones. Todos los proyectiles rebotan contra las paredes y se pierden en el vacío. Lo ha protegido, al tiempo que te observa con sus intensos ojos cristalinos. Parece que busca que resuelvas este conflicto de alguna forma diferente, aunque no te da ninguna pista para ello.

El agua se mantiene en calma, y Dewgong también ha dejado de moverse. Incluso sus compañeros de las profundidades parecen ausentes. El agua está tranquila y serena. La decisión adecuada reposa en tus manos. ¿Qué harás, entrenador? ¿Seguirás atacando o buscarás una alternativa nueva? La nueva respuesta debe tener la misma longitud en líneas mínima que las anteriores. En caso de una respuesta adecuada, el símbolo del Empeño te será entregado directamente. En caso contrario, deberás proseguir con el combate hasta el final. ¡Buena suerte!

PERMANENT LINK FECHA DE POSTEO → Miér Ene 04, 2017 12:03 am

Ambos bandos lo estaban dando todo: Taichi, Metagross y Manectric para intentar agotar a aquel juguetón Dewgong; y el mencionado Pokémon blanco en sus esfuerzos por evitar los ataques y defenderse de éstos. Aún con una Onda Trueno a cuestas, se movía de manera muy ágil, y eso pronto exasperaría a Metagross, de quien su entrenador sabía que tenía una gran paciencia pero con un obvio límite. Habían estado mucho rato allí y el no tener respuestas positivas por un período tan prolongado agotaba a cualquiera. El único humano allí presente se encargó de tranquilizarlo un poco, motivándolo con una buena comilona cuando todo eso terminase a modo de celebración por el esfuerzo realizado. Ya habiendo bajado un poco los ánimos conflictivos del Acero/Psíquico, continuaron con aquella cruzada, debilitando poco a poco a Dewgong hasta que, por fin, la oportunidad de rematarlo se presentó.

- ¡Usa Rayo, Manectric! – dijo con un tono de voz cargado de esperanza – y alivio – ya que supuestamente ese larguísimo período llegaba a su fin, pero un manto que supo reconocer muy bien bloqueó la manifestación eléctrica, dejando al cansado mamífero ileso. – Pero qué…- Todos se sorprendieron, e inmediatamente voltearon a la causa observando a Glaceon, quien había usado Manto Espejo para proteger a su compañero. – ¡Glaceon! ¿Qué sucede? – preguntó Taichi mirándole, siendo nuevamente invadido por sus profundos ojos. - … - Por un momento no dijo nada, alternando su enfoque entre los dos únicos Pokémon de allí que no le pertenecían. - ¿Terminamos? – Su guía negó lentamente, pensando y llegando a la cansada mente del retador una sola idea. – Eh… - Entreabrió la boca para hacer otra pregunta, pero tenía la impresión de que había entendido. Quería una alternativa al combate, tal y como él.

Se rascó la barbilla pensativo, mirando cómo un malherido Dewgong se acercaba al sector de la orilla más cercano a él. – Perdóname, Dewgong. Nunca quise ganar el símbolo atacándote. No me parece justo. – Dijo dejando su mochila a su lado y se puso en cuclillas frente a él, pudiendo observarlo con muchísimo más detalle. El símbolo del Empeño flotaba en el agua a muy poca distancia suya, y el único sonido que podía escucharse era el de las cascadas, brindando una sensación pacífica que debía decir, echaba de menos. – Tú solo quieres jugar un rato, ¿no? Vi que te gusta mucho saltar, y saltas realmente alto. Eso es genial...– Le sonrió, sacando de su mochila un Antiparalizador y varias Bayas Aranja. – Metagross puede hacer anillos de agua con sus poderes psíquicos, ¿Te gustaría saltar a través de ellos? – ofreció mientras usaba aquel artículo en la piel de la foca, ofreciéndole luego las bayas desde su mano derecha. – No luchemos, pasémosla bien un rato – Una sonrisa sincera y comprensiva sería emitida por el castaño luego de eso, olvidándose por un momento que el símbolo estaba en juego. – Y si quieres, puedes botarme al agua en castigo por todo lo que te hice. – Terminó bromeando, deseando llegar a un buen desenlace. Si seguía otro minuto tratando de acertarle, no iba a haber un Taichi que pudiera controlar su frustración.

PERMANENT LINK FECHA DE POSTEO → Dom Ene 08, 2017 8:16 pm

❄Aposentos del Empeño❄

❄ El agua permanece en calma, y Dewgong mira atentamente tus ojos mientras dejas caer tus palabras. Se acerca nadando lentamente, bajo la permanente mirada de Glaceon. Finalmente, asciende sobre una de las plataformas de hielo, con soberana elegancia y realiza una leve reverencia, agradecido por tus palabras de arrepentimiento. El gimnasio de tipo hielo es un lugar en el que los errores pueden ocurrir, pero se premia enormemente el hecho de saber verlos y pararlos. Te has ganado el respeto de Dewgong, entrenador, y sus movimientos son decisivos, pues su inclinación hace que puedas extender el brazo y tomar el símbolo que finalmente mereces. No es solo eso, sino que Glaceon parece asentir con la cabeza también. La prueba ha acabado, y el símbolo es tuyo. De nuevo, esta parte de la prueba debe tener el mismo número de líneas que las anteriores. Tu empeño y fuerza han sido probados con gran voluntad.

❄Hall del entumecimiento❄

❄ ¡Prueba superada! Vuelves a encontrarte de nuevo en el hall, justo el lugar al que llegaste primero. Estás un paso más allá en las pruebas, tómate un buen descanso, con todo el tiempo que necesites. El lugar no ha cambiado un ápice. Nada más entras al hall de entrada, podrás ver unas escaleras que ascienden, con el símbolo del gimnasio en lo alto. En la planta baja podrás localizar tres puertas distintas frente a ti. Son tres pruebas que debes superar antes de ascender por las escaleras, reuniendo cada uno de los símbolos que necesitarás en la parte superior. Para acceder a cada una, pues no es necesario realizarlas en ningún orden, tan solo deberás decir el nombre de la prueba en voz alta. Las opciones son: Intuición, Confianza y Empeño. Cada vez que una prueba sea superada, deberás volver aquí, hasta completar las tres y poder retornar al gimnasio de nuevo, tal y como viene escrito en un pequeño mensaje en una de las paredes heladas. Este también será un lugar de descanso para ti y tus pokémon. Tómate todo el tiempo que creas necesario descansando y meditando aquí. Mientras el tiempo transcurra, Glaceon descansará en un rincón, todavía observándote. Como puedes ver, todo (hasta la mayor parte de las instrucciones) permanece igual. Tan solo queda una prueba que superar, y Glaceon te da bastante libertad de movimiento, e incluso te ofrece una toalla para que puedas secar el agua que la humedad de tu prueba anterior ha provocado.

❄ Llegarás a este lugar en varias ocasiones, así que no dudes en disfrutar del gélido descanso que ofrece esta zona. Serán necesarias 8 líneas para esta fase de descanso y elección. Cada vez que llegues aquí podrás curar a tus pokémon. Ascender hasta la habitación de la líder no será posible hasta que poseas los tres símbolos del gimnasio, habiendo uno tras cada puerta diferente. Puedes poner un recordatorio cada vez, acerca de los que llevas actualmente. Adicionalmente, generar cualquier duda en voz alta hará que Glaceon te guíe hacia la respuesta. Tus elecciones también deberán ser enunciadas en voz alta. En este momento dispones de los siguientes símbolos: Intuición, Empeño.

PERMANENT LINK FECHA DE POSTEO → Lun Ene 09, 2017 1:46 am

Como Entrenador Pokémon que orgullosamente se decía ser, Taichi gustaba de los combates justos, con circunstancias iguales –o similares- para los dos, sin una ventaja extrema para un lado. No se había sentido cómodo desde el inicio de aquella prueba en específico, ya que el hecho de atacar unilateralmente a un Pokémon que no tenía intención alguna de combatir era algo que sólo un desalmado podía hacer, y en verdad se sintió así a medida que lastimaba al elegante Pokémon de Kanto. Su mea culpa era no haberse atrevido a intentar otra alternativa, algo irónico cuando estamos hablando de un joven que no duda en hacer lo primero que le dicta su corazón. De todos modos, el arrepentimiento era genuino de su parte, esperando que tanto Glaceon como Dewgong lo percibiesen de esa manera. La naturaleza pacífica de los Pokémon le había enseñado una nueva lección, sin importarle demasiado si tenía que continuar luchando o hacer otra cosa para demostrar su arrepentimiento o sus habilidades en una prueba adicional.

Afortunadamente para sus intenciones, ambos Pokémon protagonistas decidieron a su favor, viendo tanto el retador como sus dos acompañantes cómo el mamífero de agua y hielo se acercaba y le presentaba sus respetos al único humano allí presente, aceptando sus disculpas. – Te lo agradezco mucho, Dewgong. – Dijo con un tono más serio, inclinándose también unos instantes representando una nueva disculpa. Cuando se incorporó, pudo ver cómo su interlocutor seguía inclinado, notando que el símbolo del Empeño estaba a su alcance. Inmediatamente miró a Glaceon preguntando con la mirada si debía hacer lo que estaba pensando, y el asentimiento del mismo le hizo estirar la mano y coger el preciado artículo, poniéndose de pie para dedicar una nueva reverencia, profundamente agradecido por el gesto. – No te defraudaré. – Sonrió ampliamente con el símbolo pegado a su pecho por medio de su mano empuñada y luego miró a sus Pokémon, quienes se acercaron a él. – Ustedes seguramente sentían lo mismo también, ¿No? Que no era justo atacar a Dewgong así… -Ambos asintieron a su manera mientras caminaban de regreso al salón de descanso, percibiendo Taichi cómo su fervor estaba tan controlado y suave como el fuego de una chimenea.

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Suspiró profundamente al sentarse en el lugar asignado para él, sacando a Charizard para que le ayudase con su temperatura corporal. Mientras planificaba eso, vio que Glaceon se acercó a él con una toalla entre sus colmillos, a lo que el joven de Lavacalda agradeció con una amplia sonrisa – Muchas gracias, Glaceon. – dijo y utilizó inmediatamente el implemento, quitándose la gorra y las goggles para secarse un poco el rostro y el cabello, ayudándose de su compañero de la cola de fuego para secar lo demás, aunque gracias a que sus ropas eran especializadas para climas difíciles no tuvo que hacer mucho. Manectric se sentó en sus cuartos traseros y Metagross se colocó al otro lado, los dos a la misma distancia de Taichi mientras que el lagarto de la cicatriz se encontraba en el centro aunque con su cola apuntada hacia el lado del cánido eléctrico para no incomodar al tipo Acero. Su entrenador les dio de comer y de beber agradeciéndoles el tremendo esfuerzo y les dejó descansar todo lo que quisieran, al menos hasta que él mismo se repusiera, ya que debía aclarar su mente y relajarse para no cometer más errores, o al menos reducir la posibilidad de que ocurriesen al mínimo.

Esta vez el reposo fue mucho más largo, habiendo aprovechado de dormir una media hora para reponerse por completo. Ya con su ropa seca y sus Pokémon descansados los regresó a sus respectivas Pokéballs, levantándose tras dejar la toalla –que también se secó gracias a Charizard- en una esquina de su asiento. Sólo faltaba un solo desafío antes del combate de gimnasio, y eso lo entusiasmó aún más. ¿Qué le traería la prueba de la Confianza? Estaba a una palabra de averiguarlo. Se colocó en el mismo lugar de antes, sacudiendo un poco sus brazos para mantenerse relajado, y aquella única palabra fue dicha con voz firme.

- ¡Confianza!

PERMANENT LINK FECHA DE POSTEO → Jue Ene 12, 2017 1:17 pm

❄Cámara de la Confianza❄

❄ Una imponente puerta se abre, con un sonoro y profundo eco, que podría dejar con indicios de sordera durante unos breves segundos. Tan pronto como entras en la enorme sala, de bellas paredes heladas, las cuales tan solo favorecen la aparición de un amplio eco por toda la habitación, localizas un pequeño orbe en el centro, que contiene el próximo símbolo que necesitas, sostenido sobre un gran pilar encima de una estatua de Regice. Alcanzarlo parece fácil, pero probablemente te intriga que la sala no guarde ningún secreto y ofrezca su tesoro sin más. Indudablemente no te equivocas, pues una vez te acercas al orbe puedes observar como la salida queda bloqueada por un grueso muro de hielo. No busques derretirlo, o quedarás atrapado hasta que la prueba haya finalizado en fracaso, algo que se refleja en los brillantes ojos de Glaceon, haciendo que todo pueda comprenderse mediante pura intuición. Sería una locura. Aunque el Gimnasio de Hielo no se hace responsable de los que quieran quedar sepultados en el hielo. Piensa con cabeza. Debes convocar un pokémon, y hacer que entre en contacto con el orbe. Esto abrirá una salida, y habrás conseguido con esto tu preciado símbolo. Sin embargo, tu pokémon deberá quedarse custodiando el orbe hasta que la prueba de gimnasio haya finalizado. No te preocupes, la líder jamás dejaría que nada le ocurriera a tu pokémon. Sin embargo, dado que este es el funcionamiento de la prueba, debes confiar en aquel que dejes atrás, pues no podrás contar con su ayuda en el resto del encuentro, ni siquiera en tu combate contra la líder. Supondrá que debe entrar al interior de la estatua de Regice, y se perderá de vista. Una prueba dura, así como su elección, para cualquier entrenador que se precie. Glaceon te guiará de nuevo al primer cuarto, una vez tu prueba haya sido aceptada. Podrás descansar y prepararte para la siguiente prueba de gimnasio que te puedas encontrar.

❄ Algunos pensarán que esta prueba es más fácil de lo que parece, pero no es así. Dejar a uno de tus compañeros atrás debe ser una decisión realmente dura, incluso si es algo temporal. Esto es lo que se busca que medites con esta prueba, entrenador. Nunca defraudes a tus pokémon, y déjales ver que confías en ellos plenamente. Por supuesto, ellos confiarán en ti también, si tu seguridad es la adecuada. Serán necesarias 30 líneas para finalizar esta sección. Los ojos de Regice brillarán intensamente si tu prueba resultó satisfactoria.

PERMANENT LINK FECHA DE POSTEO → Sáb Ene 14, 2017 2:35 am

La última puerta que le separaba del desafío máximo se abrió lentamente, generando un fuerte sonido que obligó al retador a cubrirse con fuerza los oídos, preguntándose si aquella diferencia con las demás entradas tenía un motivo en especial. Por suerte para sus órganos auditivos, aquella molestia duraría sólo unos segundos sin mayores consecuencias para él como persona, pero sí como aspirante a la medalla. La Cámara de la Confianza estaba a su completa disposición para ser explorada y así lo entendió Taichi, quien avanzó con decisión hacia su próxima prueba.

Era una habitación casi completamente blanca, tanto que podía resultar un tanto perturbadora a los más sensibles. A diferencia de las pruebas anteriores no había una ventisca, pero sí una brisa bastante fría que causaba que el aliento se hiciera notorio. Tampoco había agua ni Dewgongs a los cuales perseguir. Sólo había una estatua de Regice, Pokémon que reconoció como uno de los legendarios de Hoenn. Había oído la leyenda sobre él y los otros dos Regis, pero nunca había tenido la oportunidad de verlo con sus propios ojos. - …! ¡El símbolo! – exclamó sorprendido al verlo ahí, prácticamente a su alcance, en el interior de un orbe. Estiró la mano casi por impulso, pero por impulso también se frenó. Todo era demasiado fácil, extremadamente fácil…y considerando cómo habían sido las otras pruebas, no podía significar algo bueno. Sin embargo, su pensamiento llegó demasiado tarde, ya que tanta cercanía al objeto provocó que un muro de hielo apareciera bruscamente detrás de él, tapando convenientemente la salida. – Ah, por todos los Tropius…- maldijo sonriendo, sabiendo que el hielo no era un problema para él teniendo a su compañero más poderoso.- Bueno, hora de que Charizard tenga un poco de acción. ¡Charizard! ¡Yo te elij…

..pero antes de que pudiera lanzar la Pokéball al frente, sentiría un golpe justo detrás de la rodilla, el cual le tambaleó lo suficiente para detener su iniciativa. - ¡Glaceon! ¡¿Qué te sucede?! ¡Puedo derretir el hielo con…. Ah, ¿No debo usar fuego? – preguntó al ver a la eevolución tan activa, asintiendo enérgica ante su pregunta. – Pues…¿Puedo usar Acero? Aegislash sería una excelente opci…¡Ok, ok! ¡Ya entendí! ¡No debo intentar destruir el muro! ¡Pero deja de morderme el pantalón! – reclamó dando saltos en su pierna derecha ya que la contraria tenía al cuadrúpedo colgándole, revisando la zona afectada cuando fue liberada. – No tenías que ser tan bruta…- reclamó con un puchero, suspirando antes de mirar el muro y luego la estatua, girándose a esta última. - …pero gracias por advertirme. – Le sonrió gentil, olvidándose del dolor para revisar qué podía hacer al respecto.

Glaceon miraba en todo momento al entrenador, el cual caminaba alrededor de la estatua y el pilar correspondiente, revisando minuciosamente si existía algún mecanismo o alguna trampilla que pudiera darle alguna pista. – No, no hay nada sospechoso. Bueno, ya estoy encerrado, así que intentemos con el orbe… - dicho y hecho, al tocar el orbe un estruendo le hizo mirar hacia atrás, viendo cómo el muro desaparecía ante sus ojos. - ¿Tan simple era? – preguntó al aire, cogiendo el símbolo con la otra mano. – Listo, ahora nos va…- y cuando retiró la mano para dirigirse a la salida, aquella barrera congelada volvió a emerger, dejando a Taichi con la conclusión clara como el agua de las cascadas de la prueba anterior. – Imagino que tú no te vas a quedar aquí por mi bien, ¿no Glaceon? – Su asentimiento le confirmó lo que tenía que hacer, y no le gustaba nada. – Tendré que dejar…a uno de mi equipo para que mantenga el muro abajo… - concluyó haciendo una mueca de incomodidad, sin preocuparse realmente de que el elegido fuera a estar bien o no –porque tenía esa confianza ciega en que nada malo iba a pasar-, sino que por el hecho de tener que separarse de uno de ellos a la fuerza. ¿Quién debía ser el elegido?

Deliberó mentalmente por un par de minutos, ignorando que el frío le estaba helando un poco las mejillas y el resto del cuerpo por quedarse quieto. Estaba realmente indeciso, porque sabía que si los sacaba a todos para consultarles todos querrían ofrecerse y se volvería un caos…y al mismo tiempo él no quería apartarse de ellos. Sin embargo, aquella lucha en su subconsciente tomaría un rumbo y conclusión inesperados cuando una de sus Pokéball se abriría contra su voluntad, revelando a Zebstrika frente a él, quien resopló y relinchó tratando de comunicarse con su entrenador. – Zebstrika, acaso tú… - El equino de la cicatriz asintió, mirándole con ojos relampagueantes tal y como el elemento que gobernaba. Tai sólo pudo sonreír un tanto enternecido, abrazándole y acariciándole la crin mientras éste se frotaba un poco contra el humano. - ¿Estás completamente seguro? – preguntó por última vez, pero el caballo prefirió responder con acciones más que con palabras. Se separó del joven y se paró sobre sus patas traseras para pulsar el orbe con sus delanteras, haciendo desaparecer el muro nuevamente, revelando la salida completamente disponible. Taichi sólo pudo sonreír, presionando el símbolo de la Confianza en su puño derecho antes de marcharse. – Te lo encargo, Zebstrika. Te prometo que volveré por ti cuando tenga la medalla en mis manos.

PERMANENT LINK FECHA DE POSTEO → Sáb Ene 14, 2017 11:22 am

❄Hall del entumecimiento❄

❄ ¡Prueba superada! ¡Y esta fue la última! Vuelves a encontrarte de nuevo en el hall, justo el lugar al que llegaste primero. Estás un paso más allá en las pruebas, tómate un buen descanso, con todo el tiempo que necesites. El lugar no ha cambiado un ápice. Nada más entras al hall de entrada, podrás ver unas escaleras que ascienden, con el símbolo del gimnasio en lo alto. En la planta baja podrás localizar tres puertas distintas frente a ti. Son tres pruebas que debes superar antes de ascender por las escaleras, reuniendo cada uno de los símbolos que necesitarás en la parte superior. Para acceder a cada una, pues no es necesario realizarlas en ningún orden, tan solo deberás decir el nombre de la prueba en voz alta. Las opciones son: Intuición, Confianza y Empeño. Cada vez que una prueba sea superada, deberás volver aquí, hasta completar las tres y poder retornar al gimnasio de nuevo, tal y como viene escrito en un pequeño mensaje en una de las paredes heladas. Este también será un lugar de descanso para ti y tus pokémon. Tómate todo el tiempo que creas necesario descansando y meditando aquí. Mientras el tiempo transcurra, Glaceon descansará en un rincón, todavía observándote. Como puedes ver, todo (hasta la mayor parte de las instrucciones) permanece igual. Es momento del paso final, colocar cada símbolo en su lugar, y ascender por las escaleras con decisión. Si necesitas algo de tiempo para descansar, o bien como medio de meditación, puedes permanecer un tiempo en este lugar calmado y tranquilo. Y ya cuando estés listo, ascender finalmente hacia las estancias de la líder de gimnasio. Este paso se describirá más adelante.

❄ Llegarás a este lugar en varias ocasiones, así que no dudes en disfrutar del gélido descanso que ofrece esta zona. Se requieren a menos 8 líneas para superar esta fase, y el paso fina se entregará más adelante. Cada vez que llegues aquí podrás curar a tus pokémon. Ascender hasta la habitación de la líder no será posible hasta que poseas los tres símbolos del gimnasio, habiendo uno tras cada puerta diferente. Puedes poner un recordatorio cada vez, acerca de los que llevas actualmente. Adicionalmente, generar cualquier duda en voz alta hará que Glaceon te guíe hacia la respuesta. Tus elecciones también deberán ser enunciadas en voz alta. En este momento dispones de los siguientes símbolos: Intuición, Confianza, Empeño. ¡Ya dispones de todos los símbolos! Descansa cuanto necesites aquí, casi estás ya, entrenador. Una vez estés listo, asciende esas escaleras, e introduce tus símbolos en las pequeñas ranuras de la puerta. Pronto podrás ver lo que se encuentra más allá de esa puerta final, pero por el momento, descansa aquí, antes de proseguir hasta el final. La líder te espera.

PERMANENT LINK FECHA DE POSTEO → Sáb Ene 14, 2017 6:10 pm

Y sin darse cuenta, ya estaba frente a la gran puerta que le llevaría a la batalla que había estado deseando y esperando desde que había puesto un pie en aquel castillo congelado. Se había asegurado de descansar en plenitud tras regresar de la última prueba, alimentándose él y sus Pokémon, compartiendo con ellos para motivarlos y relajarlos a la vez, como siempre hacía antes de cada batalla importante. Era extraño no tener a Zebstrika cerca, pero se mentalizó en dejar las preocupaciones atrás. Debía enfocarse únicamente en tener claridad mental y un agudo sentido de la percepción para leer el desarrollo de los combates, y obviamente controlar ese nerviosismo que sin importar los múltiples gimnasios conquistados regresaba a él cuando llegaba a estas instancias. No lo consideraba algo malo, ya que implicaba que estaba preocupado por la situación; siendo el caso absolutamente contrario si se atrevía a pecar de confianzudo, celebrando la victoria sin tener la medalla en la palma de su diestra.

Tras poco más de media hora de preparación se decidió a subir las escaleras a paso lento, viendo cómo la perspectiva cambiaba al estar en altura. Glaceon le siguió fiel como suponía era su trabajo, pero Taichi estaba concentrado en el enfrentamiento. Al llegar a la puerta inspiró profundo con los ojos cerrados, dejando escapar el aire en una lenta exhalación.

- Bien…estoy listo. Vamos por esa medalla, chicos. – susurró antes de introducir los símbolos en el mismo orden que los había conseguido en las ranuras de aquella puerta, recordando lo que debió hacer en cada una y pudiendo reflexionar sobre ellas en retrospectiva aunque no por demasiado tiempo, ya que la emoción por enfrentar a la Reina de Hielo entorpecía un poco el proceso. Antes de poner el símbolo de la Confianza pensó en Zebstrika, reafirmando su compromiso con él y con todo su equipo. – Llegó el momento. – dijo con decisión e introdujo el símbolo faltante y correspondiente, entregándose por completo al contexto que se presentaba ante él.

PERMANENT LINK FECHA DE POSTEO → Dom Ene 15, 2017 1:40 pm

❄Terraza de la resolución❄

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❄ Finalmente has conseguido subir esas escaleras, entrenador. El final está cerca. Tan pronto como introduces los tres símbolos en las pequeñas ranuras de la puerta, ésta se abre de forma elegante. Raine Liza, la líder de gimnasio, ha aprobado tu estancia en su gimnasio, y te permite alcanzarla. Ascender las escaleras te lleva a un gigantesco salón de muebles cristalinos. Numerosos pokémon de tipo hielo corretean a sus anchas por allí. Swinub, Snorunt, Smoochum y el Glaceon que te acompañaba, entre otros. Éste último, con una leve reverencia, te indica de poder continuar. Hay una puerta al otro extremo de la habitación, que permite la entrada de cierto viento frío, pero de alguna forma agradable, tras todo lo que has pasado, como si te hubieras adaptado a este tipo de clima, o bien como si de un tipo de magia extraña se tratara, por imposible que parezca. Pero no dejes tus abrigos aún, entrenador, queda el paso final.

Avanzar a través de la puerta que Glaceon te indicaba te lleva a una gran terraza, en la cual puedes observar el hermoso cielo nublado, y Cumbre Nevada al fondo, como si fuera un hermoso diorama planeado, todo sobre un gran campo de batallas pokémon, en un intenso color azulado gélido. Una ligera capa de hielo cubre todo el suelo de esta terraza, ten mucho cuidado de no resbalar. Y allí está ella, finalmente, con una sonrisa orgullosa, dándote la bienvenida. Parece contenta de que hayas llegado hasta aquí. Preséntate. Vuestro combate empezará pronto.

❄NORMAS DE LA BATALLA POR LA MEDALLA COPO DE NIEVE❄

❄ El combate será de 3vs3. Los intercambios no estarán permitidos, y los pokémon a utilizar deberán ser elegidos tan pronto como se entre en el interior de la sala, así como el orden de enfrentamiento. La líder hará exactamente lo mismo, imitando los pasos del entrenador.

❄ No podrá utilizarse el pokémon que fue utilizado en la Cámara de la Confianza. Sin embargo, éste te será devuelto tan pronto como finalice el encuentro de gimnasio.

❄ Los objetos restaurativos o de mejora (Pociones y Ataque X) no podrán utilizarse durante el encuentro de gimnasio. En caso de utilizar un ítem equipable, la líder de gimnasio se reserva el derecho de utilizar uno también.

❄ El combate comenzará y finalizará con un sencillo post social, uno previo al encuentro (iniciado por el visitante) y uno posterior al encuentro (iniciado por la persona que pierda el encuentro). La entrega de la medalla tan solo se llevará a cabo si se realizan estos dos posts sociales. Si se desea expandir este tipo de interacción de cualquier forma, la líder de gimnasio no se negará. Se podría decir que las fiestas del té están permitidas.

❄ Al igual que cada entrenador puede traer consigo al gimnasio a todos los pokémon que desee, la líder podrá equilibrar el combate con esto a su favor. Esto funciona de la siguiente forma: Se dispondrá de una serie de pokémon que ésta puede utilizar, pero también deberá nombrarlos al principio del encuentro. Se equilibrarán, de cualquier forma, los stages del equipo de la líder de gimnasio, de forma que estén parejos. ¡Batallas justas! Mientras la líder tendrá la ventaja del orden de equipo elegido, pues podrá elegir la segunda, el visitante dispone de la ventaja de iniciar el primero el combate.

❄ No hay mucho más que decir, entrenador. Que comience el encuentro por la Medalla Copo de Nieve. ¡Mucha suerte y disfruta del encuentro!

¿Quién dijo que el Hielo no podía arder? [Desafío Gimnasio #3 – vs Raine Liza] - Página 2 Snowflake_medal_zpskajiskcd

PERMANENT LINK FECHA DE POSTEO → Mar Ene 17, 2017 3:07 am

Ni bien los tres símbolos fueron introducidos por el retador, la puerta que más esperaba que fuera abierta finalmente reveló el camino hacia la líder de aquel fantástico gimnasio. Estaba emocionado, no podía negarlo…podía sentir el frío del ambiente desafiar su calor, su pasión innata, esa que lo caracterizaba tanto; pero se sentía totalmente preparado gracias a toda la experiencia que tenía en batallas importantes de ese tipo. Avanzó a paso firme pero pausado hacia el interior de la habitación, descubriendo que ésta era similar a las anteriores en cuanto a su estructura, pero agregándose a la escenografía una serie de muebles bastante bonitos y refinados, según él. – Me pregunto cuánto costarán…- se preguntó en voz baja, apareciendo una sonrisa en su rostro cuando vio que desde detrás de uno de ellos una peculiar persecución: un Swinub luchaba con todas sus fuerzas para escapar del juguetón asedio de un Snorunt y un Smoochum, todos gritando y riendo en una actitud de absoluta distensión. Glaceon pronto se unió a ellos, lanzándose contra el Smoochum y derribándolo, provocando un efecto en cadena que hizo que todos se cayeran. Lejos de enojarse, todos rieron y continuaron, causando que la sonrisa de Taichi creciera.

- Espero que Zebstrika esté acompañado…- comentó para sí mismo mientras caminaba cruzando esa habitación, habiendo identificado una puerta que suponía era la que le pondría cara a cara contra la líder por fin. Glaceon confirmó esa información y se reverenció ante él, ya dándole la venia para que pudiera enfrentarse a su entrenadora. - ¡Muchas gracias por todo, Glaceon! – dijo alzando su mano derecha en señal de despedida, girándose de nuevo al frente para continuar con su trayecto hacia esa puerta que significaba tanto, y eso su corazón lo sabía; por eso su adrenalina estaba empezando a actuar.

A medida que se fue acercando pudo sentir que el viento cambiaba sus propiedades, volviéndose cálido a sus anchas. No sabía si era porque se había acostumbrado ya a tanto frio luego de sus expediciones en la Cumbre Nevada y en el mismo gimnasio o por una habilidad de un Pokémon, pero resultaba muy agradable. Su mano se posó en la manilla y la giró cuando se sintió listo, encontrándose con una escena que le dejó con la boca abierta por unos segundos por lo bello y lo sorpresivo que le resultó. Sí, Taichi era un varón, pero tenía cierto grado de aprecio por lo estético.

- Wow…- susurró al contemplar la Cumbre Nevada que se presentó ante él, y lo bien que se veía el campo de batalla que albergaría su lucha por su tercera medalla. No tuvo problemas en distinguir a su oponente, una joven de cabellos blancos y aparentemente más baja que él. Se acercó al sector asignado para los retadores, y una vez allí habló, con su voz cruzando las distancias - ¡Buenas tardes! ¡Me llamo Taichi Yagami, y soy de Pueblo Lavacalda! – se presentó, haciendo luego una reverencia ante ella inclinando su cuerpo hacia delante, tal y como siempre hacía antes de un combate importante. – ¡Y estoy aquí para desafiarle por su medalla! – declaró sabiendo de la obviedad de su oración, pero él lo sentía como algo necesario. Era algo que siempre disfrutaba de hacer antes de comenzar con la acción.

Equipo a Utilizar:

PERMANENT LINK FECHA DE POSTEO → Vie Ene 20, 2017 7:00 pm

No era demasiado el tiempo que la chica llevaba esperando, mientras la larga tarde proseguía, sin esperar a nadie en su curso, a lo largo del tiempo incesante. Raine había decidido dedicar la tarde a un libro. Una lectura intensa y emocionante, un libro de aventuras. La historia de un entrenador que dejaba su casa para comenzar a recorrer el mundo. Muchos pokémon, muchas ciudades visitadas. Y aunque no era al cien por cien un libro fiel a las ciudades de todas las regiones, pues acababa de localizar varios errores acerca de los detalles de su ciudad natal en Johto, estaba bastante contenta con su compra, y con ello, con su vivencia de aventuras en forma de páginas de libro.

Aquel día tenía un retador nuevo. Alguien que había pasado por diversas dificultades a lo largo del día, mientras superaba cada una de las pruebas. Pero algo le decía que con aquel… irían bien las cosas. Los pokémon del gimnasio de hielo nunca fallaban a la hora de evaluar a una nueva persona que se adentraba en los confines de aquel palacio. Siempre eran los mismos rostros. Agotados por el cansancio, decididos por el destino, y en ocasiones… molestos con ella. El papel de juez de aquellos encuentros aún le venía grande a la joven líder de gimnasio. Pero, a pesar de todo, se mantenía fiel a sus principios y disfrutaba de la nublada tarde mientras hacía tiempo a que su retador llegara. Poco debía faltar ya, a juzgar por las idas y venidas de Glaceon al balcón. Aquel día… Glaceon portaba una sonrisa bastante curiosa. Y justo en aquel momento, tampoco vino en solitario, pues su retador venía junto al pequeño pokémon, que corrió a encontrarse con su entrenadora, en busca de mimos y toques de dulzura.

- Bienvenido al gimnasio de Glacius Town, joven entrenador. Parece que Glaceon se ha encariñado mucho contigo. Diría que… llevaba un rato deseando que pudieras ascender hasta aquí. – Dejó su preciado libro sobre la pequeña mesita de cristal, tan solo alumbrada por los débiles rayos de sol y comenzó a encaminarse hacia el centro del terreno de combate. Una batalla comenzaría pronto. - Encantada de conocerte, Taichi. Como digo a todos mis visitantes, es un verdadero placer tenerte aquí hoy. ¡Ah, cuidado con el suelo resbaladizo! No es la primera vez que ocurre… Veo que eres una persona que va directa al grano. ¿Por qué no tomas asiento durante un instante? Podremos comenzar con tu ansiado combate de gimnasio pronto, pero debes estar agotado de deambular por los pasillos. – Comentó, con mucha calma, mientras miraba risueña hacia el cielo cubierto de nubes. Nubes que aproximaban una tormenta aún lejana.

Observó que también el chico disponía de unos modales muy marcados, hasta el punto en el que le dedicó una firme inclinación. ¡Aquello le sorprendió! ¿Quizá lo había intimidado en primer lugar? ¿Habría sido ella misma, o los pokémon que habían hecho de jueces en aquella ocasión? No podía saberlo, pero decidió contestar a su gesto con una reverencia educada, levantando levemente la falda de su vestido, mientras se inclinaba hacia delante, solo durante unos leves instantes, antes de volver a alzar la cabeza.

- Creo que reconozco esa expresión en el rostro cada vez que alguien alcanza este balcón por primera vez. Tu pokémon se encuentra perfectamente, Taichi. Por lo que sé, están teniendo alguna especie de celebración abajo. Ya sabes, los pokémon suelen reunirse y pasarlo en grande juntos sin importar cuánto se conozcan. También es el caso del pokémon que has dejado atrás. – Le dedicó al chico la primera sonrisa cálida del día, pues aquel gesto de preocupación lo delataba. Por supuesto, ella siempre tenía sus razones para tomar aquel tipo de duras decisiones. - Si lo deseas, podemos conversar acerca de tus pruebas. Lo que te ha llevado aquí en primer lugar, o disfrutar de un poco de té helado. No todos los entrenadores son igual de pacientes, pero… tú me dirás. Considero que ganarse mi medalla no es solo el combate. Me gusta conocer a mis visitantes. Puedo hablarte de lo de siempre, el aburrido sistema, o podemos conversar un poco. Ya sabes, lo de siempre, un sencillo combate de tres contra tres… y el que quede en pie es el que es destinado a ganador. Quisiera que me demostraras un poco ese vínculo que tenéis entre tus pokémon y tú. Pero… no voy a entretenerte con charlas aburridas si no lo deseas. Dime entonces… ¿qué será lo que hagamos? - Y así fue como, sin más, lo invitó a tomar una decisión.

Y aunque cualquiera tendría prisa por comenzar, Raine tan solo invitó al chico a la mesa en la que ella se había sentado anteriormente. Podían tomarlo con calma o no, era algo que dejaría a su retador elegir. Pero no había por qué apresurarse con aquellos detalles. La líder de gimnasio sentía mucha curiosidad por ver cómo era aquel retador que se presentaba ante ella, sus metas, sus ilusiones, y sus sueños. Por supuesto, era algo con lo que no había que apresurarse, pues, como siempre, mantendría una larga conversación con él antes y durante el combate, tal y como acostumbraba a hacer en todo momento.

Orden del Team de Raine:

PERMANENT LINK FECHA DE POSTEO → Lun Ene 23, 2017 1:53 am

OST:

Habiéndose despedido de Glaceon, suponiendo que se quedaría allí con el resto de los Pokémon que jugaban alegres en aquel ambiente congelado, se sorprendió cuando lo vio correr desde su lado en dirección a su entrenadora, quien le mimó como suponía merecía por un buen trabajo una vez que se encontraron al otro lado del campo de batalla. Taichi miró la escena sonriente, empatizando con aquella imagen tan maravillosa de aprecio entre humano y Pokémon para luego fijar la vista en la Líder de Gimnasio que se acercó hasta el centro del terreno con la intención de darle una bienvenida que resultó ser mucho más cordial de lo que imaginó, considerando cómo solían ser los entrenadores especialistas en el tipo Hielo. Era extraño describirlo, pero sentía una capa de gélida calidez que le envolvía a partir de la presencia que emanaba la joven, siendo consciente de lo brutal e implacable que podía ser ese elemento bajo las circunstancias adecuadas. No tenía la intención de caer en excesos de confianza. Estaba atento y listo para lo que fuera que viniese…

…excepto para aquella invitación. Su rostro lo demostró por unos segundos con una mueca de sorpresa, pero ésta luego se transformó en una sonrisa amplia que motivó sus pasos cautelosos aunque firmes –cuidando de no resbalarse tal y como le habían advertido hace menos de cinco minutos – hasta quedar frente a la chica que iba a enfrentar por su tercera medalla. Ahora que la tenía tan cerca pudo contemplar sus facciones sin doble intención alguna, reinando el agradecimiento en su semblante por aquella actitud tan comprensiva. Prácticamente todos lo recibían luego de las pruebas o de vencer a sus entrenadores defensores y la batalla comenzaba casi de inmediato, pero la prudencia que demostraba Raine resultaba casi irreal o engañosa de lo sincera que era con él, porque podía sentir esa sinceridad en su voz y en su espíritu. No es que tuviera poderes sobrenaturales, pero lo atribuía a menudo a su instinto y a su pasión natural.

Taichi se mostraba determinado, con porte dispuesto y actitud decidida, pero totalmente respetuoso de la situación en la que se encontraba. No habló hasta que consideró oportuno hacerlo, como cuando la peliblanca le informó que Zebstrika se encontraba bien. Desde un principio imaginaba que lo estaría, pero siempre la confirmación resultaba aún más aliviante. – Genial, es bueno saberlo…Zebstrika no es un mal chico, así que seguro lo está pasando bien. – Comentó relajando bastante su expresión, rascándose la nuca bajo la gorra que traía puesta y aprovechando de acomodarse un poco los lentes de aviador que descansaban en su torso. Luego vendría la decisión respecto a si batallar inmediatamente o esperar un poco para charlar sobre las pruebas por las que había pasado. El retador inmediatamente reaccionó ante el comentario de que la charla que pudieran tener resultase aburrida, negando y moviendo las manos frente a él para dar a entender que esa no era su percepción.- ¡No, no! ¡No son aburridas! De hecho, me inquieta un poco lo que sucedió en una de mis pruebas, la primera. – dijo recobrando la seriedad, recordando lo que le había sucedido en aquella feroz ventisca que resultó ser una ilusión. – Nunca me sentí tan desconectado de mí mismo, y hace tiempo que no sentía tanta desesperación al no saber qué hacer. El frío me atrapó por completo y me redujo, me sentí realmente débil. No sólo de cuerpo, sino que mi espíritu...- comentó empuñando su diestra enguantada, mirándola fijamente. Luego, volvió a mirar a la joven que seguramente le estaba prestando toda la atención del mundo. – Fue…complejo, pero muy gratificante al final. Darte cuenta de que a pesar de que llevas viajando siete años sin pausas, nunca dejas de aprender y de desafiarte a ti mismo. – Le terminó sonriendo ampliamente, casi de forma infantil, llevándose las manos a los bolsillos de su gruesa chaqueta esperando que Raine pudiera guiarle.

PERMANENT LINK FECHA DE POSTEO → Sáb Ene 28, 2017 1:45 pm

- Ya has superado las pruebas, por lo que… es algo de lo que no tienes que preocuparte. El frío no es tu enemigo. – Un movimiento negativo de la cabeza de la líder de gimnasio fue acompañado de sus palabras, mientras buscaba el punto a explicar. - El frío aquí es tu reto. Abandonar este lugar con tu medalla supone que te has vuelto uno con él. Que te acepta. Y que el hielo ha generado el próximo peldaño de las escaleras de tu meta. Tan solo hay que tratarlo con cuidado. Es duro, pero a la vez frágil. Puede tomar mil y una formas, y detener la mente y tus sentidos. Esa prueba solo pudo ser de Glaceon. Este pequeñín quiso llevarte al extremo para que tus dudas se disiparan. – Acarició al pokémon de hielo justo detrás de sus orejas. Algo que el pokémon agradeció estirándose junto al movimiento de su enguantada mano. - Aunque también es uno de los jueces más estrictos de mi gimnasio.

El viento seguía agitándose con fuerza, y Raine organizaba sus ideas en la cabeza. La determinación de aquel chico era especial, lo podía ver en sus ojos. No dudaba ante el frío, sino que lo enfrentaba, de cara. Tampoco lo temía, pero a la vez lo respetaba. Era algo que la chica no podía dejar pasar. Quería darle un gran final a aquel encuentro, de repente. Un final digno de aquel chico, que no se detendría. Sentía curiosidad, solo por saber si sus piernas flaquearían al menos por un instante antes de alcanzar su meta. Tan solo por aquella vez, quería hacer algo especial. Se inclinó levemente, musitándole un par de palabras a Glaceon, y el pokémon, tras su asentimiento, comenzó a correr hacia alguna de las salidas de la habitación, perdiéndose de la mirada de los presentes en un abrir y cerrar de ojos.

La idea de Raine se revelaría pronto. Por el momento, su retador seguía allí, y tenía que atenderlo como un visitante más de su gimnasio. Ella no pretendía dejar que la visita dejara de ser emocionante para su retador. Más bien al contrario, siempre se medía, intentando estar a la altura. De igual a igual.

- Calma tu alma, Taichi. Solo deseaba que te relajases un poco. El camino ha sido duro hasta llegar aquí. ¿Qué tal si hacemos una promesa? – Dejó caer la pregunta, haciendo una breve pausa. A medida que hablaba, se podían apreciar pequeñas siluetas en el contorno de las paredes de la habitación. Había muchos espectadores, diversos pokémon de hielo de todos los rincones del gimnasio. - Tengamos un buen combate y demos un espléndido final a este reto de gimnasio. Estoy segura de que ese también es tu deseo. Sé que vas a cumplir mis expectativas y llevarte mi medalla a casa. Aunque antes de eso, vas a tener que ganártela. ¿Por qué no lo hacemos algo más emocionante? Se te ve con cara de ser un chico al que le gustan los retos a tu altura. Y como líder de gimnasio… me gustaría cumplir esos deseos tuyos. Esa mirada de decisión. – Chasqueó los dedos, haciendo que un Delibird apareciera de la nada, portando un espléndido sombrero de copa. El pokémon realizó una reverencia, mostrando lo que se ocultaba bajo la chistera: La medalla del encuentro.

- No quiero añadir tensión sobre el combate. Pero por esta vez, quisiera algo diferente. Te explico. Delibird será nuestro juez en este combate. Él decidirá cuándo podemos o no movernos. De esa forma sabremos cuándo el combate está sobre su punto de equilibrio. Aquel de los dos que haga un movimiento indebido y Delibird decida que no es correcto… perderá el combate. ¿Qué tal suena? Espero que a la altura de tus expectativas. – La chica sonrió, intentando denotar un semblante serio pero a la vez comprensivo. Aquel día iban a hacer historia. - ¿Por qué hago esto? Quizá es ese brillo en tus ojos. Algo que explica todas tus metas. Y que parece que nada vaya a detenerte. Ni siquiera dejar a tu valioso compañero atrás. Premio tanto el dolor que has debido sentir por dejarlo atrás como esa mirada de desafío. Y no puedo echarme atrás. - Decisiones, sueños, miradas. Todo encuentro en el mismo punto. Los pokémon de los rincones comenzaron a hacer sus peculiares gruñidos, que casi sonaban como vitoreo en las gradas de un coliseo. Raine acababa de convocar a todos los ánimos de su gimnasio en un instante, tan solo para avivar la chispa del combate que estaba a punto de comenzar.

❄¡Norma adicional!❄

Los ojos de la líder de gimnasio también se han encendido con tu determinación, entrenador. Ha llamado a Delibird, quien será el juez de este encuentro de gimnasio. Durante los posts de la líder de gimnasio, Delibird se moverá por el terreno de batalla, dificultando el paso a ambos combatientes. Se propone el siguiente adelanto, y es hacer seguimiento de los dados de combate utilizando a Delibird en tu rol. En el siguiente post social puedes hacer salir a tu primer pokémon si lo deseas, entrenador. La líder de gimnasio siempre se moverá después de ti. Una vez hecho esto, tan pronto como lo desees, el siguiente post al previamente mencionado puede ya incluir dados de combate, dando inicio al desafío final.

El combate acabará con el último dado cuando los 3 pokémon de uno de los dos combatientes estén a 0PV. El post siguiente al último dado de combate incluirá la norma especial de haber golpeado a Delibird en su travesía por el combate. El primer movimiento de Delibird también será decidido en el post de la líder.

No te preocupes si esta norma es difícil de entender, entrenador. Será mucho más clara tras haber sido puesta en práctica.

PERMANENT LINK FECHA DE POSTEO → Sáb Feb 04, 2017 8:13 pm

Su reflexión de marcado tinte preocupado llegó a los oídos de Raine como una genuina llama que había logrado sobrevivir a bajísimas temperaturas, ardiendo con vigor a pesar de las circunstancias; y la líder de gimnasio la transformó a una suave brisa de ligero frío, como aquellas que menguan el calor abrasador de una playa. Estaba reconociendo sus méritos para con el elemento predominante de aquel lugar, atribuyendo el nivel del desafío al pequeño Glaceon que le recibió y le acompañó durante el trayecto hasta ahí. Conservando aquella sonrisa de orgullo vio cómo el pequeño agradecía los mimos verbales y físicos de su entrenadora, feliz de ser testigo de esa situación.- Glaceon es un gran Pokémon, es impresionante. – Lo halagó también antes de verlo marcharse tras una pequeña conversación con la peliblanca, intrigándose el castaño del contenido de ésta.

Retomó la atención en Raine cuando ésta dejó en el aire cierta propuesta, haciendo el retador cierto gesto de intriga en su rostro sin necesidad de manifestarla en palabras. Le estaba poniendo un reto, un último desafío para coronar la posibilidad de la obtención de su medalla. La Líder quería subir el nivel, darle más emoción al asunto; y Taichi no iba a decepcionarla en su respuesta, más aun a punto de empezar la confrontación entre sus Pokémon y aun sin saber de qué se trataba. No creía que fuera algo que quisiera perjudicarle, siendo esa confianza ciega su mejor aliada en ese momento, aunque en otros resultase ser su peor enemigo.

Un chasquido trajo un nuevo Pokémon a escena, tratándose de un Delibird ataviado con un elegante sombrero. Reveló la medalla ante ambos, imaginando Taichi por un segundo cómo se vería en su estuche con las otras dos que ya había ganado; pero debía luchar primero. El exceso de confianza era letal en esas instancias, y lo había aprendido a la mala, desafortunadamente. Resultó que Delibird sería la clave en la batalla, en cierto modo restringiendo los movimientos de los combatientes. No entendía cómo eso podía ser posible, pero supuso que lo comprendería cuando los minutos pasasen. – Acepto con gusto, aunque no entiendo muy bien cómo actuará Delibird. Supongo que lo haré durante la batalla. – dijo sin preocuparse demasiado del asunto, relajado en la medida justa para poder llevar a cabo aquel combate. Ni siquiera los múltiples sonidos y gruñidos de los Pokémon del gimnasio le ponían nervioso: los estadios eran parte de su geografía diaria al siempre pelear fases finales en los campeonatos en los que participaba.

Tras acordar y aceptar las condiciones, Taichi se dirigió con cuidado a la zona designada para el entrenador, sacando una de sus Superball de su cinturón. El momento había llegado. El instante decisivo para luchar por su tercera medalla de Ysiel. Confiaba en sus Pokémon, y ellos en él; por eso no dudó en lanzar el dispositivo al campo al grito de:

- ¡Manectric, yo te elijo!

La esfera se abrió y la luz rojiza dejó ver al cánido de Hoenn con su porte serio y decidido, pisando firme en el terreno congelado. Se veía más fuerte que de costumbre, sabiendo que la voluntad de Zebstrika relucía en él. En cuanto el combate se diera oficialmente por iniciado, su entrenador apuntaría hacia el frente, con todo el valor y determinación que le caracterizaba. - ¡Ataca con Rayo, Manectric! – ordenó con un firme grito, el cual fue correspondido por su compañero. Rápidamente cargó su elemento por medio de su pelaje, expulsándolo a gran velocidad en dirección al oponente que Raine había elegido para comenzar.

Las cartas estaban echadas.

¿Quién dijo que el Hielo no podía arder? [Desafío Gimnasio #3 – vs Raine Liza] - Página 2 Manectric

Manectric
50/50 PV

PERMANENT LINK FECHA DE POSTEO → Sáb Feb 04, 2017 8:13 pm

El miembro 'Taichi Yagami' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados

'Combate' :
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PERMANENT LINK FECHA DE POSTEO → Lun Feb 06, 2017 4:14 pm

- No por nada es el principal guardián de este gimnasio. – Declaró levemente, mientras acariciaba el lomo del pokémon. Parecía que quería quedarse allí, al menos por el momento. Pero lo dejó en el suelo junto a ella y encaró a su futuro contrincante. - Quisiera que vieras también este combate, Glaceon. ¿Me lo permitirás? Ya que parece que este entrenador te ha caído tan bien… déjame juzgarlo igual que tú lo has hecho. Seré tu contrincante final en el día de hoy, Taichi. Prepárate. – Delibird se colocó entre ellos, sentándose en el frío hielo a la vez que ambos se preparaban para el combate.

Hubo un silencio un tanto peculiar durante unos segundos. Como si ambos esperaran una señal. Raine extrajo la primera de las pokéball del encuentro, de un tono azul intenso, adornadas de forma especial para la ocasión del encuentro en el gimnasio. Su primer pokémon apareció tras el haz de luz. Un pokémon frío como el mismo ambiente y reluciente frente a los débiles rayos de sol que alcanzaban la superficie del suelo desde la parte superior de la terraza. Avalugg, el pokémon más calmado de todo el grupito de Raine Liza, líder de gimnasio de Glacius Town.

- La velocidad no lo es todo, Taichi. Dejemos a la suerte el resultado de esta batalla. Sé que no serás un juez justo, Delibird… pero eso hace las cosas más emocionantes. – La chica sonrió, y se puso en guardia junto a su pokémon. Prometía ser un combate intenso, y más le valía encontrarse mentalizada. Sin embargo, incluso con la tensión de aquel combate, Avalugg no se había movido un milímetro desde que había salido de su hogar esférico. - No te muevas. Ese movimiento no nos hará nada. Recuerda que eres… una fortaleza. Nada puede derribarte. Ni un ejército de soldados podría hacerlo. Ni la más fuerte de las tormentas. ¡Devuelve el golpe…! – Aunque tan pronto como iban a realizar un contraataque, Delibird se interpuso entre ambos pokémon, de un brinco, haciendo salir un Presente de su sombrero, que explotó en diversas luces de colores, cegando a ambos contrincantes.

- Parece que… nuestro juez desea que tomemos las cosas con más calma. Nada de movimientos bruscos. – Estableció, viendo los gestos exagerados que realizaba Delibird tras la gélida explosión. ¡Al menos daba mucho valor de peso al combate! Pero incluso si aquello había detenido el movimiento del Manectric de Taichi, en cualquier momento Raine sabía que se podía volver en su contra. Pero, por supuesto, intentó seguir las reglas del juego hasta el final. - Con la calma pues. Avalugg, tómate tu tiempo. Prepara un Cabezazo. Demuestra a ese veloz pokémon que podemos ver y leer todos sus movimientos. - La decisión estaba echada, al tiempo que el pokémon de hielo bajaba la cabeza y se preparaba para su ataque. Raine mantenía un ojo sobre Delibird. Estaba segura de que también haría algo con su primer movimiento.

- Hablemos y disfrutemos de la velada mientras nos enfocamos en dar a nuestros pokémon toda nuestra fuerza, Taichi. ¿Qué te parece Glacius Town? ¿Has encontrado en sus gentes la belleza de este lugar? Es una pregunta curiosa, y no tengo ninguna duda de ello… Pero me gusta conversar con mis oponentes mientras pruebo si eres merecedor de la medalla. Aún no sé por qué Glaceon ha puesto el ojo sobre ti, pero… ¿por qué no me dejas descubrirlo? – Fueron las palabras de la chica, al mismo tiempo que Avalugg de repente comenzaba a moverse, directo hacia Manectric, en un movimiento inesperadamente rápido dado su tamaño, y especialmente notorio teniendo en cuenta que el pokémon llevaba un rato permaneciendo helado en el sitio. El secreto de su movimiento era moverse deslizándose por el helado suelo. ¿No debían acaso aprovechar al máximo la ventaja del terreno, siendo la anfitriona como era? Aquel era el nivel de combate que también esperaba.

Si bien Raine era experta en intentar sorprender a su objetivo, quería observar cómo evolucionaban las cosas. Aquel pokémon eléctrico se veía asombrosamente rápido. Ni siquiera había esperado para iniciar su asalto. Solo podía apreciar una cosa: O bien tenían ganas de ganar rápidamente el combate, o bien eran incapaces de contener dentro sus propios deseos de combate. Y aquello, después de haber superado las gélidas pruebas del palacio de hielo, era sin duda algo que mantenía su espíritu arriba.

		Manectric ♂ 50/50
	Avalugg♂ 50/50 EXP

PERMANENT LINK FECHA DE POSTEO → Lun Feb 06, 2017 4:14 pm

El miembro 'Raine Liza' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados

'Combate' :
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PERMANENT LINK FECHA DE POSTEO → Miér Feb 08, 2017 12:22 am

Para Taichi, el mero hecho de entrar a una Batalla Pokémon era motivo de entusiasmo. Era la forma suprema de probar los lazos con sus compañeros, contrastándolos contra los de sus oponentes de forma tal que todos puedan fortalecerse, luchando con hidalguía y dando todo lo que tienen. Ese era su concepto, el que reafirmó contra Yuto y que pensaba aplicar también contra Raine, brindándole ese maduro optimismo con el que esperaba al Pokémon que debía enfrentar. Manectric estaba totalmente repuesto de su acción en la segunda prueba, esperando ser de utilidad para su Entrenador.

El Pokémon que reveló la líder resultó ser Avalugg, la evolución de Bergmite. Como era de esperarse de los tipo Hielo, se veía sereno e imponente, tal y como una montaña bajo una ventisca. Taichi lo miraba con respeto, pero también con toda la ilusión de derribar a ese auténtico tanque congelado. Manectric atacó con su Rayo hacia la cabeza de su oponente, violento y directo como solían ser sus ataques…pero para sorpresa de ambos retadores Delibird se interpuso y lanzó uno de sus Presentes, resultando en una explosión que escudó y salvó al gigante celeste de todo daño. - Lo protegió…- Empezaba a comprender el rol del ave en ese combate, siendo su primer pensamiento un deseo de no volver a tener tan mala suerte durante la batalla. Raine anunció un Cabezazo, y el castaño inmediatamente actuó en consecuencia. - ¡Atento, Manectric! ¡Esquívalo hacia tu derecha! - ¿Un cabezazo de una criatura de hielo que pesaba casi diez veces más que su eléctrico objetivo? Sonaba a algo que dolería muchísimo si impactaba de lleno.

Las palabras de la peliblanca zurcaron el campo de batalla en búsqueda de una respuesta a la vez que el Cabezazo era ejecutado con asombrosa velocidad considerando lo rígido y pesado que era el ejecutante, dándole el tiempo justo a Manectric para esquivar un golpe directo que hubiera sido muy duro de recibir, aunque sí terminó recibiendo daño por la embestida completa. Taichi notó inmediatamente que la diferencia había pesado en el dominio del frío y deslizante terreno ante ellos, por lo que debía integrar aquella habilidad a su compañero rápidamente. En un campo normal, el cánido de Hoenn resultaba muchísimo más rápido e inesquivable. Era hora de adaptarse a las circunstancias. – Te seré sincero, no me gustan las zonas con tanto frío. Me crié en Lavacalda, un pueblo en la base de un volcán activo, así que ya imaginarás lo complicado que es para mí un ambiente tan opuesto. – Comentó mientras Manectric se incorporaba, moviendo su cabeza a los lados rápidamente para poder espabilarse. – Sin embargo, como viajero aprecio muchísimo su arquitectura y la calidez de su gente. Tienen una fortaleza innegable. – Sonrió, asegurándose de que su Pokémon estuviera listo para la siguiente táctica. Sólo esperaba que Delibird no interfiriera en su contra otra vez, aunque debía lidiar con él.

– Tienes que hacerte uno con el hielo, Manectric. No tienes que correr por él, debes dejar que éste te deslice hacia Avalugg. ¡Aprovechemos ese impulso! ¡Apunta a sus piernas traseras y usa Rayo otra vez! – Ordenó y el aludido corrió buscando esa precisa conexión, deslizándose por el sector derecho de su oponente con la velocidad que le otorgaba ser mucho más ligero que éste, cargando la electricidad desde el inicio del trayecto y disparándola en la pata trasera de aquel lado. Bien sabido era que a los gigantes se les derribaba desde las piernas o patas, en este caso.

Manectric
40/50 PV

PERMANENT LINK FECHA DE POSTEO → Miér Feb 08, 2017 12:22 am

El miembro 'Taichi Yagami' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados

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¿Quién dijo que el Hielo no podía arder? [Desafío Gimnasio #3 – vs Raine Liza] - Página 2 HivncVuY

PERMANENT LINK FECHA DE POSTEO → Sáb Feb 11, 2017 3:31 pm

- Creo que acabas de ver de qué trata todo esto. Aunque creo que no tardaré demasiado en ver como Delibird también se vuelve en mi contra. Es, aunque no lo parezca, un juez bastante justo. – Junto a sus palabras, le dirigió una mirada al pokémon, al mismo tiempo que éste brincaba de un lado a otro y se colocaba en un rincón, con bastante sigilo. - Fortaleza. Necesitará más que eso para hacerte daño, grandullón. – Y así fue como Avalugg recibió de lleno el movimiento de Manectric, sin apartar la mirada de él. Aquello fue algo que sorprendió al mismo Glaceon. Raine generalmente buscaba evitar el máximo daño hacia sus pokémon, pero aquella era una excepción.

Avalugg era un pokémon que la joven tenía desde hacía poco tiempo. Era un pokémon con no demasiada experiencia, que se pasaba las tardes generalmente descansando. No era demasiado activo, sino más bien lo contrario. Aquel estilo de vida había dejado huella ante los ojos de Raine. Mientras que el resto de pokémon de su gimnasio practicaban y jugaban, Avalugg prefería quedarse en un rincón, observando. Una mirada que superaría incluso al más fuerte observador, como era el caso de su Abomasnow. Únicamente con aquella atenta mirada, Avalugg sabía de sobra por dónde iban a llegarle los movimientos. Y sobre aquel frío hielo, podía girar sobre sí mismo en cualquier momento. Era una técnica defensiva casi infalible. Y por aquello, Raine debía ponerlo a prueba, siendo el primer combate de gimnasio de Avalugg.

- Creo que… tal y como dices, me resultaría bastante complicado definir de alguna forma a estas gentes. Apenas soy una lugareña aquí, pues no llevo demasiado tiempo siendo ciudadana de Glacius. Sin embargo, ellos me acogen como a una más. Son gente sencilla, pero a la vez fuerte y resistente. Como el propio hielo. – Aseguró, bastante orgullosa de la decisión que había tomado desde que había terminado viviendo allí. Aquello provocó un bostezo de Glaceon, quien parecía haber escuchado aquella historia en diversas ocasiones. Incluso terminó recostándose sobre el brillante suelo, en busca de una posición mejor sobre la que acomodarse mientras perduraba el favor del combate. - Todos ellos son personas amables y grandiosas. Te recomendaría una visita a un par de lugares. Quizá pueda invitarte uno de estos días para que tu entrada sea gratuita. Pero únicamente… si me consigues derrotar. ¿Conseguiría motivarte así? Todo el mundo habla bien de las aguas termales de la Caverna del Oeste. Personalmente no son mi lugar favorito, pero los rumores hablan por sí solos. – Sonrió, con cierto aire de misterio. Si quería saber más, tendría que ir más allá en el combate. Eran las normas. Si bien era cierto que ella tenía acceso a cualquier rincón de Glacius por su papel como líder de gimnasio, no frecuentaba para nada aquel lugar. Demasiado… caluroso para su gusto. Aunque todo un éxito entre los turistas.

- Habría muchas más cosas sobre las cuales me encantaría seguir dialogando. Aunque la verdad es que… estando tan concentrado como te veo, me daría pena romper el trance en el que tu rostro proclama estar. – Con un gesto, preparó a Avalugg para el segundo asalto, y esperó por unos instantes. Aún se encontraba realmente en forma, incluso sin la intervención de Delibird. - ¿Estás listo, Taichi? Vamos a iniciar otro movimiento. No me gustaría que te rindieras tan rápido. - Observó que Delibird se había subido sobre el lomo de Avalugg, quizá para dificultar su movimiento. La chica sonrió. Aquella norma también la perjudicaba a ella. Pero hacía todo mucho más emocionante, y podía verlo como un reto mucho más diverso e interesante.

- Disculpe, señor juez. Aún no estamos listos para retirarnos. ¡Avalugg, tu siguiente movimiento será un Alud! ¡Cubre esta sala de tu brillo particular! – Anunció, haciendo que el pokémon se agitara un poco. Delibird se mantuvo arriba, de pie, sin moverse un milímetro, al mismo tiempo que una tormenta se generaba en el gimnasio, escapándose por los delicados huecos del balcón. A pesar del aspecto quebradizo y cuidado que tenía aquel lugar, era realmente resistente, de forma que se podía utilizar cualquier tipo de movimiento sin temor a nada.

El hielo y la escarcha comenzaban a amontonarse alrededor de Manectric. Raine no dudaba en que un pokémon tan veloz no tendría problemas esquivando los movimientos de un pokémon lento como Avalugg. Pero su estrategia no era esa. Manectric no podría contraatacar mientras Avalugg lo arrinconara. Primero debía golpearlo. Si todo salía como esperaba, posicionaría al pokémon eléctrico contra las cuerdas. Tanto Glaceon como Raine se mantenían expectantes. Querían ver hasta qué punto Taichi y Manectric enfrentarían al frío. ¿No era sino aquella la temática de aquel gimnasio? Si se detenían… sería el fin.

		Manectric ♂ 40/50
	Avalugg♂ 35/50 EXP

PERMANENT LINK FECHA DE POSTEO → Sáb Feb 11, 2017 3:31 pm

El miembro 'Raine Liza' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados

'Combate' :
¿Quién dijo que el Hielo no podía arder? [Desafío Gimnasio #3 – vs Raine Liza] - Página 2 ITQEM1Jv

PERMANENT LINK FECHA DE POSTEO → Mar Feb 14, 2017 7:30 pm

Aquel ataque eléctrico no recibió más oposición de su objetivo que un ataque Fortaleza, bastando eso para que la descarga no pareciera más que un pequeño shock para Avalugg, quien permanecía impávido e imponente, como si nada le afectara. Taichi sólo entrecerró los ojos ante eso, vislumbrando lo bien entrenado que estaba ese Pokémon. Empezaba incluso a preguntarse si Charizard sería capaz de hacerle frente, pero los comentarios de Raine le sacaron de ese pensamiento, agradeciendo en silencio e indirectamente por ello. Debía encontrar el punto débil de ese gigante de hielo – si es que tenía uno – y debía explotarlo lo más pronto posible si quería tener oportunidad contra él.

Mientras Manectric retomaba su posición rápidamente utilizando ese movimiento deslizante, su entrenador asentía a los comentarios y proposiciones de la peliblanca, esbozando una amplia sonrisa al oír que el requisito era derrotarla, dándole un poco de picante a aquel enfrentamiento más que interesante. De hecho, le brillaron los ojos cuando escuchó que el lugar en cuestión eran unas Aguas Termales, respondiendo con ilusión y nostalgia tanto en su semblante como en su voz.- No es mala idea, ¿Eh? Aunque dudo que sean mejores que las que llevan mis padres en Lavacalda. Llega gente de al menos cinco regiones sólo para sumergirse en ellas un rato. – contó con orgullo recordando su niñez, cuando debía ayudar varias horas al día en el susodicho local. Rió un poco y luego volvió a oírse su voz, llena de pasión.- Los entrenadores debemos estar preparados ante cualquier cosa en cualquier momento, así que no te preocupes. – dijo tranquilo y cómplice ante aquello que podía interpretarse como una falsa disculpa a un intento de distracción, sabiendo mejor que nadie que estaba concentrado, así como Manectric lo estaba.

- ¡No me rendiré tan fácil luego de haber llegado tan lejos, así que adelante! – exclamó viendo cómo Delibird se subía al lomo de Avalugg, aparentemente actuando como juez en contra del portaaviones. Al instante se generó una estruendosa tormenta dentro del gimnasio, obligándole a cubrirse un poco con el brazo a modo de visera para poder distinguir mejor lo que sucedía. En un par de segundos se puso sus goggles para proteger sus ojos, y al mismo tiempo el perro eléctrico estaba casi rodeado de nieve, escarcha y algunas rocas. Y fueron éstas las que le dieron una idea magistral, rozando el ingenio de último recurso. - ¡Usa Ataque Rápido en las rocas para salir de ahí! ¡Ve directamente hacia Avalugg y usa Voltio Cruel! – Dicho y hecho, Manectric pudo ver las rocas que sobresalían entre la nieve, usando la altísima velocidad que le daba aquel ataque para acercarse al ejecutante, no sin recibir daño por el ambiente congelado y las rocas más pequeñas que le golpeaban. Ya cuando estuvo a menos de diez metros de su objetivo, su cuerpo entero se envolvió en electricidad, impulsándose en la última roca para cargar con la intención de impactar cabeza con cabeza, aunque en verdad se viese como si Manectric intentara golpear una pared de roca con ojos.

Manectric
30/50 PV

¿Quién dijo que el Hielo no podía arder? [Desafío Gimnasio #3 – vs Raine Liza]

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