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'Combate' :

Raine estaba demostrando ser una Líder de Gimnasio distinta a los demás. Desde el principio había declarado la intención de que su encuentro no iba a ser uno estándar, dando órdenes constantes hasta que la cantidad de Pokémon disponibles de una de las dos partes se volviera cero. Había estado buscando conversación, anécdotas y reflexión; algo que no incomodaba al castaño retador aunque le dejase cierta espinita clavada. Sus palabras resultaban esperanzadoras, mas por desgracia no podía cumplir completamente con sus expectativas. Había cierto tema que llevaba años produciéndole inmensas dudas, las cuales no se quitarían con una batalla. Al menos una contra ella. Mantuvo la compostura, sin embargo, asintiendo lentamente a sus deseos. – Sí, sin duda lo está siendo. – dijo en relación al vínculo que estaba redescubriendo con sus Pokémon, probándolo con Metagross en lo inmediato.

- Lo lamento…- respondió con sincero arrepentimiento tras su explicación, sintiendo que había tocado un tema que no debía – aunque él mismo lo desconociese, por lo que en teoría no había que sentir culpa -. – Sigue siendo un objetivo, supongo… -tras eso entrecerró los ojos mirando hacia el piso congelado, pensativo;  terminando por privarse de esa visión por completo al cerrarlos completamente. De nuevo lo mismo. No, no podía permitirse un segundo de distracción en un momento tan delicado, y menos con “ese” asunto en particular. Se mordió el labio inferior disimuladamente y dejó atrás de golpe la empatía que nacía naturalmente para ponerse en su lugar aunque técnicamente él no pudiera. Sonrió para poder espantar los fantasmas que regresaban,  aplicando lo que la mujer había dicho recién y que también había aprendido a lo largo de los años para sobrellevar ese tema.
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- Me alegra que no sea muy frecuente, aunque el hecho de que sea muy difícil llegar hasta ti es un filtro importante para el tipo de entrenadores que aspira enfrentarte. – comentó de manera más neutra, conservando la calma gracias a, irónicamente, el frío que le rodeaba. – Pues podrías decirme igualmente – rió también, aunque por un par de segundos. – Mi ocio se basa en el entrenamiento, disfruto compartir esos momentos con mis Pokémon tanto como el ir a descansar o simplemente recorrer. – Miró a Metagross luego de eso, aún complicado con el hielo en su pata. Sonrió.

Amagó un intento de negación, queriendo rechazar en primera instancia aquellos segundos valiosísimos que le regalaba el dúo para recuperarse, ya que no lo sentía prudente. De todas formas lo aprovechó, más que nada para no faltar el respeto a la oportunidad que estaba dando. Gustaba de las peleas con honor, pero su desconcentración le estaba traicionando hasta su personalidad. Debía fortalecerse como el Hielo y así lo hizo.. – Usa Pulimiento. – ordenó y el cuerpo de su Pokémon se iluminó con el tono de su piel de hierro, destruyéndose la prisión congelada de su pata delantera y al mismo tiempo incrementando su velocidad, aunque éste resultaba ser el propósito principal del mencionado ataque.

La Avalancha posterior fue suprimida en gran parte por Walrein gracias a un principio básico elemental, congelando las rocas  y reduciendo el daño a pesar de tener su visión reducida gracias a la explosión de Delibird. - *Delibird está jugando a nuestro favor por ahora, pero no debo depender de eso* - dijo para sí mismo, viendo cómo el Pokémon de Raine se preparaba para tan devastadora técnica. Eso era lo que él quería, ir con todo: y no se iba a quedar atrás para agradecerle su voluntad.- ¡Nosotros terminaremos con esto primero! ¡Usa Puño Meteoro y ve directo a Walrein! – ordenó con voz firme, sintiendo su llama interna arder con más fuerza ante la adversidad.

Metagross juntó sus patas delanteras mecánicamente por medio de su magnetismo, colocándose en una auténtica posición de lanzamiento durante un grito suyo que reflejaba su espíritu de lucha. Generó una onda de choque de tonos azulados y se propulsó cual bólido – potenciado por su Pulimiento – en dirección recta y derecha hacia su oponente, desafiando todo frío y hielo que estuviera en su camino. Era un ataque al todo o nada, tal y como el Frío Polar que no parecía tener la potencia suficiente para detenerlo – a juzgar por los ligeros daños en su cuerpo por el mismo -. Taichi podía sentir la temperatura bajar drásticamente, pero no tenía frío. Se había acoplado con él, y su pasión hacía el resto.

- ¡¡Ve!!

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Seguramente sin darse cuenta – ya que Taichi desconocía sus procesos – Raine acertaba de manera más que precisa a lo que estaba pasando por la cabeza de su retador. A él le gustaba pensar estrategias, nuevas técnicas, incluso meditar respecto a cuál sería el próximo lugar a visitar en su viaje; pero el cambiar el foco a cosas personales no era de su agrado. Los resultados se encontraban a la vista en aquel enfrentamiento, sintiéndose distraído y a la vez alterado por lo que ese mismo proceso de razocinio que llevaba varios minutos había provocado en él. Tenía que superarlo u omitirlo con rapidez si no quería que su victoria peligrase. No se lo perdonaría. Debía dar el máximo tal y como sus Pokémon lo hacían en cada batalla, más aún en una de gimnasio.

Le respondió con una sonrisa casi de compromiso, viendo cómo la mujer variaba según el curso de la conversación y la situación, similar al agua que se adapta a las superficies o que se transforma en vapor o hielo. Tenía tanta razón…tanta que creía que una indirecta había sido lanzada justo al centro de su pecho cual flecha. ¿Hablar con ella ese asunto? No, no existía la confianza suficiente, según él. Ni con ella ni con nadie todavía. Cerró los ojos un par de segundos e hizo un movimiento de negación que  no sabría explicar si le preguntaban la razón. Debía ayudarse del frío reinante para brindar templanza a su corazón apasionado y así encontrar el equilibrio que se le había extraviado.

- ¿Sentido común? – repitió tras la peliblanca, sin entender bien el punto al que quería llegar. Luego ambas situaciones le fueron presentadas, claramente negativas las dos. Conociéndose más que bien, siendo un líder de gimnasio no toleraría ninguna de las dos, tomando medidas por sí mismo si es que la Liga Pokémon no se pronunciaba al respecto. – En cuanto a lo primero sería bastante intolerante. No sé cómo funcionan las cosas en Ysiel, pero en otras regiones revisan las medallas antes de dar los permisos para entrar al edificio de la Liga y de la Elite 4, por lo que falsificar no les serviría. – decía con una mano en la barbilla, reflexionando sobre el segundo caso.- En el segundo caso doy la prueba por finalizada y le prohíbo entrar a mi gimnasio – se encogió de hombros – No soporto a la gente que usa a sus Pokémon de mala manera. Me hacen hervir la sangre.- dijo esta vez mucho más serio, dejando en claro que ese era un tema que le provocaba casi repulsión.

- El entrenar no me cansa, pero sí me dedico algunos momentos para mí. No hay nada como quedarse tirado bajo un árbol pensando en nada de vez en cuando. – sonrió respondiendo de vuelta. Había vuelto su confianza, y el cambiar de tema continuamente le había servido para recuperarse. Con la premisa de que debía solucionar ese problema más que pronto, se entregó al doscientos porciento al enfrentamiento que debía ser su foco de atención desde el principio.

Entrecerró los ojos al notar la experticia de la Líder, siendo capaz Walrein de pausar un ataque tan letal como Frío Polar para poder defenderse de la atronadora embestida de su Metagross. Le vio tomar forma esférica y las dos garras extendidas del tipo Acero chocaron contra la figura, pero apenas lo movió poco más de medio metro. La defensa de su Pokémon resultó ser extraordinaria aun estando al borde del agotamiento, y eso sólo brindaba más condimentos al clímax de la contienda entre dos feroces oponentes. El hielo volvió a multiplicarse una vez que el impulso del Pokémon métalico cesó, y Taichi supo que debía actuar rápido, o su compañero estaría en serios problemas. -¡No dejes de hacer presión, Metagross! – Éste miró a su Entrenador por un instante, y por esa ínfima fracción de segundo pareció que ambos se entendieron a la perfección, asintiendo el humano ante el inmenso valor que mostraba su camarada.- ¡Hiperrayo! – gritó extendiendo su diestra al frente con energía, sabiendo del doble efecto que tendría ese ataque en más de un sentido. Sólo debía esperar y confiar en que pudiera reunir la energía suficiente para disparar…

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- L-lo sé, pero… - intentó decir antes de que ella pudiera terminar con aquello, pero prefirió callar para respetarla. No cortaría su intervención ya que no era necesario, pero con eso confirmó que Raine sabía que algo andaba mal con él. Torció sus labios en una mueca por ello, culpándose por no ser capaz de ocultarlo y alterar el normal desarrollo de la batalla. Pensó en hablar otra vez luego de largos segundos, pero finalmente la Líder habló de nuevo, proponiendo un acuerdo que al castaño le pareció bastante sensato y útil, porque tenía un consejo adherido a él. Y era algo completamente cierto. ¿De qué le servía preocuparse por ello ahora, si no podía solucionarlo en ese instante? Entrecerró los ojos y finalmente los cerró, suspirando para reforzar su tranquilidad.- Trato. Y lo siento mucho.-  dijo más serio, con la idea fija de que había cometido un error.

Aquella sapiencia de su oponente varió a una frialdad tan o más imponente que el castillo en el que estaban en tan solo segundos, mostrando su inflexibilidad más absoluta respecto al tema que estaban tratando, el de los entrenadores que no trataban bien a sus Pokémon o que falsificaban medallas. Taichi no se sintió intimidado, pero no era por el hecho de no ser el receptor de aquellas palabras por ser una persona que trataba muy bien a sus Pokémon. Se sintió desafiante y desafiado, mirando de frente una ventisca que amenazaba con congelar todo a su paso. Era increíble cómo el Hielo representado en la joven podía ser tan versátil: tan agradable al tacto y al mismo tiempo tan estremecedor, dependiendo de la persona con la que interactuaba. Esa era una de las lecciones que seguro se llevaría de ese enfrentamiento. – Es que cómo no compartirlo…- comentó, llevándose las manos a la cintura – Es algo lógico. Los Pokémon son nuestros compañeros, nuestros amigos…incluso nuestra familia, y como tales se merecen respeto y dedicación, por todo lo que hacen por nosotros. – Luego asintió, corroborando lo que decía en relación al vínculo que se forjaba y crecía con aquellas criaturas durante cada viaje y cada interacción.- No podría estar más de acuerdo contigo. Es precisamente lo que intento hacer con mis compañeros, y me ha resultado. El buen trato es mutuo gracias a ello. – agregó, contento con aquel tema de conversación.

Metagross, al estar haciendo tamaña presión contra el cuerpo de Walrein, disparó aquel rayo de energía desde sus brazos y no desde el sector de su boca, como era normalmente. Cual bazooka provocó un estruendo y una inercia tales que le hicieron retroceder casi como propulsión, clavándose al hielo del piso y desgarrándolo mientras se frenaba, quedando a poco más de tres metros de Taichi, quien se había protegido cubriéndose un poco el rostro. Una vez que el humo se disipó, la pareja pudo ver a Walrein aún de pie, mirando fijamente a su oponente con toda la intención en sus ojos de seguir luchando, pero su cuerpo no daba para más. Su Pokémon estaba en la misma situación, pero sólo podía ver su cuerpo moverse de arriba abajo a causa de sus jadeos, mas no su rostro con ojos entrecerrados porque prácticamente había utilizado lo último de sus fuerzas.

- ¡Gran trabajo, Metagross! ¡Fue una batalla magnífica!– exclamó alzando el puño a la distancia, sabiendo perfectamente que su compañero no podía dar un paso más. Menos cuando estaba en el proceso de recarga de energía propio de la técnica tan poderosa que había utilizado. Aun así estaba impactado, ya que Walrein no parecía estar herido de gravedad. De hecho, visualmente parecía mucho más entero que su metálico oponente. – Tu Walrein es extraordinario, Raine. – le halagó antes de que liberara al último Pokémon, tratándose de un Cloyster. - *Un tipo Agua/Hielo…Metagross no puede dar un paso más, Manectric ya fue derrotado y no tengo a Zebstrika…tampoco tengo un tipo Lucha conmigo…* - reflexionaba la decisión no por una actitud derrotista, sino que porque no iba a forzar al Pokémon de Hoenn a seguir peleando. Era algo absolutamente irresponsable.

Por ello, cuando Cloyster lanzó su serie de burbujas, Taichi no hizo ademán de defensa. – Relájate y descansa, Metagross. Lo diste todo. No me llamaría entrenador si te sobreesfuerzo. – le dijo con tono afable y sereno, y eso su Pokémon pareció agradecerlo. Se dejó caer con un pequeño estruendo en el terreno congelado y recibió las burbujas a ojos cerrados, casi como si estuviera en una terapia más que en una batalla de gimnasio. Raine había sido extremadamente prudente y piadosa, según él. No había necesidad de atacar con brutalidad a un oponente que prácticamente no podía moverse un centímetro más. – Gracias, Raine. – dijo mientras estiraba la Pokéball correspondiente y regresaba al titán a su descanso más que merecido. ¿Cuánto tiempo llevaba en aquel congelado edificio? No tenía la noción, pero ya le empezaba a generar cierta nostalgia saber que estaban ad portas de la batalla final. – Bueno, llegó el momento. – dijo botando algo de aire en una exhalación señal de que estaba decidido.

Sin embargo, no fue una Pokéball lo que cogió. Fue su gorra, la cual desprendió liberando sus alocados cabellos. La dejó en el suelo y luego su chaqueta anaranjada y su chaleco azul le siguieron, quedando nada más que con una camiseta negra. Para algunos podía significar una locura considerando la temperatura reinante, pero él era experto en locuras y aventuras. Sólo él se entendía. – Ahora sí. – sonrió más motivado, con esa mirada llena de pasión y optimismo que le caracterizaba. – A lo largo de este desafío he aprendido a aceptar el frío y adaptarme a él, pero esta vez haré que el hielo se adapte a mí, a nosotros. Pero demostraré que el hielo también puede arder de pasión, tal y como el fuego puede ser tenue y agradable como una brisa invernal. ¡Charizard, es tu turno! – dijo lanzando la esfera al aire sobre él, abriéndose y revelando en la misma ubicación en que había quedado Metagross a su Pokémon inicial. Su excelente forma física era visible, al igual que su protector y su cicatriz. El lagarto apareció a unos dos metros del suelo, aterrizando en la tierra congelada con decisión. La llama de su cola ardía con fervor, y su mirada mostraba un compromiso y un vínculo extremos. - ¡Vamos por ellos! ¡Vamos por esa medalla! – dijo apuntando hacia el frente, sin necesidad de detallar su movimiento. Charizard echó hacia atrás su cabeza, y un vigoroso Lanzallamas salió despedido sin escatimar en tiempo ni distancia hacia su oponente, dando inicio al enfrentamiento final. ¿Por qué lo había elegido a él y no a Aegislash? No necesitaba explicarlo. Sus corazones unidos bastaban.

Imagen de referencia (?):

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'Combate' :

* Cloyster obtiene +5 en sus dados porque Agua>Fuego.

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'Combate' :

No pudo sino sonreír con algo de lástima hacia sí mismo tras recibir aquellas palabras de aliento, mirando hacia sus pies. Vaya que sí era una dificultad, pero la misma no le había impedido continuar con sus sueños, aunque uno de éstos en sí mismo fuera esa dificultad. Ni siquiera cuando sus padres adoptivos se revelaron como tales se quedó quieto, marchándose a Sinnoh y luego a Unova con tal de renovar fuerzas y reemplazar concentración, pero se trataba de un asunto que estaba lejos de resolverse. Habiendo pasado casi tres años de ello, aún faltaban pasos por ser dados y muchísimas preguntas por ser respondidas; asuntos que claramente no iba a solucionar en el Castillo Congelado.

Retomó la vista al frente cuando escuchó a Raine excusarse, moviendo las manos rápidamente delante suyo con la intención de bajarle el perfil.  - ¡No es necesario que te disculpes! – comentó un poco alterado e impactado por la situación. ¿Que una líder de gimnasio le pidiera disculpas? Sentía que no era digno de eso, y que tampoco correspondía.- Tranquila, no te preocupes por mí. Puedo entenderlo a la perfección. –le sonrió, queriendo relajarla también. Ella misma se encargó de zanjar el asunto, pasando a la batalla que aún transcurría frente a ellos.

- Es fascinante cómo cada Pokémon puede ser una persona en sí misma, con su propia personalidad forjada por su historia y capacidades, ¿No crees? –comentó como reflexión abierta en relación a la diferencia entre unos y otros, dejando atrás eso cuando finalmente Metagross cayó y fue reemplazado por Charizard, dando inicio al último enfrentamiento. Sin embargo, su intuición le dijo que algo no andaba bien, a juzgar por cómo Raine se había expresado. Y su compañero también parecía haberlo percibido, tal y como las gotas que empezaron a caer sobre todos los presentes.

Lo que pasó con el Lanzallamas después terminó de confirmarlo: Cloyster sacrificó su propia integridad para proteger a Raine de las lenguas de fuego que se desprendían del ataque, y con esa prueba irrefutable en su retina actuó con rapidez. - ¡Charizard, alto! ¡Alto! – gritó al tiempo que corría luchando contra el hielo para poder llegar al otro lado, habiendo retrocedido su compañero sin mayor expresión en su rostro. No era demasiado serio, pero esas instancias le inspiraban gran concentración, limitándose a obedecer. Sin embargo, se defendió del Clavo Cañón igualmente disparado cubriéndose con sus alas, gruñiendo por unos momentos tanto por la lluvia como por el hecho de que le atacase cuando su entrenador ya había pedido que todo eso se detuviera. El combate había dejado de ser una prioridad debido a que Raine había cambiado brutalmente sólo con ver a Charizard, y esa era suficiente preocupación para mandar al diablo toda lucha por una medalla. – ¡¿Te encuentras bien?! Lo siento mucho…De haber sabido antes…-  ¿Tanta mala suerte había tenido como para que los entrenadores que le prestaron información no le dijeran o no supieran que Raine tenía un problema con el fuego o con Charizard? - Puedo cambiar a Charizard si quieres, o dar este reto por finalizado. No me importa. – dijo genuinamente preocupado y hasta un poco impulsivo, demostrando uno de sus valores más puros. Sus ojos estaban puestos en Raine esperando pacientemente una respuesta, mientras Delibird se posaba sobre el caparazón de Cloyster, expectante.

* Cloyster obtiene +5 en sus dados porque Agua>Fuego.

El agua empapó con rapidez sus ropas e hizo que su cabello perdiera firmeza parcialmente. Eso junto con el frío reinante podía provocar algo mucho más fuerte que un simple resfriado si no era tratado a tiempo, pero nada de eso le era relevante al castaño que no dejaba de mirar a su rival de turno, alerta y atento a cualquier reacción negativa que pudiera significar una intervención adicional de su parte. Podía notar que evitaba mirar hacia el frente, paralelamente a donde se encontraban él y su compañero flamífero varios metros más atrás. Podía ver su incapacidad de armar oraciones e incluso de moverse, lo cual le provocaba un dolor inmenso al ser el directo responsable. Cada segundo que pasaba se lamentaba de la situación, queriendo intercambiar más de una cosa importante en su mente por el haber sabido ese pequeño pero inmenso detalle sobre ella.

La veía esforzarse, transmitiéndole en la medida de lo posible su fortaleza mental deseando que pudiera hablar, aunque fuera para decirle que la batalla se había terminado. Estaba dispuesto a aceptar la decisión que fuera, ya que él sobre todas las cosas gustaba de una batalla justa. Lo irónico fue que cuando por fin pudo expresar su respuesta, lo primero que salió de la boca de Taichi fue un intento de resistencia. – Pero Raine…- susurró, viéndola disculparse y culpándose de lo que había pasado. No le sentaba bien ni verla ni oírla de esa manera, básicamente porque se sentía impotente de no poder hacer algo más por ella.

Sus pupilas se extendieron y dejó escapar un ínfimo jadeo de entre sus labios con lo siguiente. Veía en ella la misma terca fortaleza que él mismo había sacado en más de una ocasión, cuando el tormento de haber sido abandonado y engañado le asaltaba por las noches, provocando que se quedara llorando hasta el amanecer, o incluso un par de días sin comer. Por cómo hablaba, se notaba que estaba luchando con toda su voluntad para poder enfrentar esa situación, perseverancia que a ratos se le extraviaba a él mismo. Charizard miraba a la mujer con cierta tristeza escondida en su seriedad, y gruñió con pesar cuando vio que le evitó. Sabía que no tenía la culpa directa, pero aun así la situación no le era cómoda. Era un muy buen chico, y ver sufrir a los humanos no era para nada una de sus cosas favoritas.

Cloyster y Delibird le asistieron mientras la razón era explicada, confirmando el retador lo que su intuición le había adelantado certeramente. Y casi como si hubiera sido algo planificado de antemano, la lluvia desapareció tan rápido como llegó. Coincidía con las fuerzas renovadas de Raine, y con el respeto que Taichi demostró con todo ello. Su corazón estaba acelerado al pensar en su propia lucha, esa que la peliblanca aún no sabía – o sabría en su momento-; y por honor a ella no se detendría. – De acuerdo. No voy a traicionar todo tu esfuerzo. – Le sonrió confiado, tomándose una licencia al poner su mano derecha en su hombro izquierdo. – Pero si realmente quieres detener la batalla, dímelo.

Dicho eso regresó a su posición, y Charizard se le acercó en busca de información.- Raine está luchando con todo lo que tiene contra sus miedos, y es nuestro deber no defraudarla. Sé que querrías lo mismo si la situación fuera opuesta. – Le dijo mientras acariciaba justo debajo de su ojo con su pulgar, donde se encontraba esa maldita cicatriz.- No quiero que te contengas, porque no es culpa tuya. – le sonrió, viendo los combativos ojos de su Pokémon más poderoso. - ¿Está bien? – Su compañero asintió y utilizó un poco de su calor por medio de su Onda Ígnea para estabilizar la temperatura de Taichi, secando su ropa. Ambos estaban listos para continuar.

- *Yo también debo luchar contra mis miedos…mis inseguridades…Debo hacerme aún más fuerte si quiero encontrar las respuestas a lo que busco…* - Pensaba mientras Charizard retomaba su ubicación, mirando fijamente a Raine por un par de segundos y luego a Cloyster, su oponente. – ¡Eso nunca, Raine! ¡No voy a defraudarte! – Empuñó su diestra y luego la extendió hacia el frente, ordenando con eso que su compañero se elevase hacia los cielos. - ¡Pantalla de Humo en todo el campo! – exclamó, y prontamente un humo negro impediría la visión tanto de la Líder como del retador, ya que su Pokémon se introdujo en aquella gruesa cortina. - ¡Cola de Hierro! – dijo con su mano nuevamente hecha una piedra, presionándola con fuerza. El lagarto anaranjado aparecería –de no mediar alguna acción por parte de su rival y juez – elevándose desde el humo tras haber hecho fintas para confundir la trayectoria, con toda la extensión de su cola brillando. Giraría en el aire para darse impulso, e intentaría conectar con todas sus fuerzas a modo de martillo, buscando debilitar la fuerte coraza del Pokémon de Kanto.

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Mientras Charizard volaba lentamente de vuelta a la ubicación estándar de los Pokémon antes de combatir, éste escuchaba con serena atención sus palabras, consciente de que la situación no era culpa suya aunque así le hubiera parecido al inicio del enfrentamiento. Su entrenador le había dicho lo mismo, además de que debía reenfocarse en la batalla y sólo en eso. Apenas le dedicó un gruñido, pues sería su compañero el que se explayaría más por motivos obvios de idioma y entendimiento – Sé que Charizard entiende la situación, y que está agradecido de tus palabras. – comentó el castaño, confiando plenamente en la madurez de su Pokémon inicial. Era un elemento que podía desconcentrar bastante al ser su amigo un apasionado por las batallas, pero creía en su fortaleza y en su capacidad. Si no, ¿cómo podría haberlo elegido para ese momento tan delicado?

A diferencia de la líder, se veía más entero. Las conversaciones, el intercambio de puntos de vista, sus dudas, e incluso el incidente con las llamas le habían traído de vuelta su seguridad y su determinación, su compromiso para con sus Pokémon y su futuro. No se iba a rendir en ese momento por nada del mundo, porque si eso sucedía cada valioso instante que había pasado con Raine y sus pruebas resultaría inútil. Aún estaba preocupado por ella, pero lo único que podía hacer era transmitirle sus ánimos y su valor, aprovechando la ferviente batalla que pronto se reiniciaría para ello.

Poniéndose sus goggles para su propósito original siguió la secuencia, viendo cómo Cloyster no hacía nada para detener la trayectoria –impredecible- del lagarto y permitía en cierto modo que éste se alzara y conectara un auténtico latigazo que pudo haber sido aún más potente de no haber sido por que se cerró a tiempo y por la ayuda de Delibird. El gran riesgo que revestía su estrategia, sin embargo, fue confirmado de manera extremadamente dolorosa tanto para su Pokémon como para sí mismo.

- ¡¡Charizard!!

Su grito se escuchó en todo el campo de batalla, viendo con frustración cómo su compañero caía en picada y se estrellaba secamente contra el piso congelado, tras haber recibido de lleno la Hidrobomba de Cloyster que le había elevado al menos diez metros sin oportunidad alguna de resistir. Temía que aquel movimiento hubiera sido devastador, y temía aún más por su cola. Si su poderoso chorro había llegado a alcanzar la punta de su extremidad, iba a perder algo más que una simple medalla. El hielo trizado con el impacto levantó una densa cortina de polvo que ni sus lentes pudieron desafiar por segundos que se volvieron una eternidad, y aquello le hizo morderse el labio inferior ya que no podía correr a asistirlo, ni siquiera para saber si estaba bien.

Todo se había vuelto silencio, tan sepulcral que de haber estado cerca uno del otro podría escucharse sólo la respiración o los latidos cardíacos.

Eso hasta que un rugido de lucha se hizo oír, y los ojos castaños de su Entrenador se iluminaron.

OST:

Potentes aleteos disiparon el polvo por completo, revelando al pseudo-dragón en pie, con su llama más grande y ardiente de lo normal. Su cuerpo había quedado con múltiples rasmillones y magulladuras, pero su postura era fuerte y fiera, clara muestra de que aún podía pelear. Su mirada era la de un auténtico guerrero, tal y como siempre había soñado ser desde que tenía la capacidad de pensar y recordar. Su espíritu de lucha alivió a Taichi y le llenó de esperanza. Aún faltaba batalla por luchar, y no se detendrían hasta que ninguno de los dos pudiera dar un paso más. - ¡¡Vamos, Charizard!! ¡¡Llamarada!! – gritó olvidándose de que Raine le temía al elemento que mejor le representaba, pero no porque fuera inconsciente de eso, sino que todo lo contrario. La idea de ir con todas sus fuerzas para complacer a la peliblanca estaba intacta, y eso se reflejó en el poder la estrella de fuego que se dirigía rauda hacia el Pokémon del caparazón. Al mismo tiempo miró a la ubicación de Delibird, mientras su corazón palpitaba lleno de voluntad. ¿Le ayudaría? ¿Le perjudicaría? Estaba ansioso de saberlo, preso de la emoción del clímax que se acercaba a pasos agigantados…

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* Cloyster obtiene +5 en sus dados porque Agua>Fuego.

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'Combate' :

No hubo más conversación desde ese entonces. No hubo más contraposición respetuosa y agradable de puntos de vista y situaciones. No hubo necesidad de seguir amenizando aquella fantástica batalla. La situación previa y actual no permitían enfocar sus sentidos en otra cosa que no fuera aquella confrontación, y eso era lisa y llanamente porque ésta estaba acercándose vertiginosamente al final. Ambas parejas esforzándose al máximo por el bien de sus motivos particulares en una lucha justa y respetuosa…la esencia de la Batalla Pokémon estaba presente en ese campo de batalla, y Tai tenía la fuerte convicción de que estaba honrando su propias creencias, reafirmadas durante la batalla contra Yuto, su anterior reto. Además, había hecho suyos los temores de Raine, buscando desafiarlos tanto como ella para ayudarla. ¿Tanto por una persona que había conocido hace tan poco? Así era él, y su sentido del apoyo y sacrificio con los que le rodeaban, aunque irónico fuera que no tuviera muchas amistades.

La ejecución del ataque prometía un daño importante hacia Cloyster a pesar de la desventaja de tipo, pero cierta mueca que pudo ver en Charizard al disparar le hizo preocuparse. Su postura era buena en teoría, pero seguramente los efectos de la Hidrobomba le seguían afectando, impidiendo su desempeño pleno. El caparazón defendió a Raine una vez más recibiendo el ataque, pero su alta defensa seguía jugando por él, siendo la responsable de que siguiera luchando y defendiendo a su entrenadora, quien incluso había caído de rodillas. - ¡Raine! ¡Sé que puedes reponerte! ¡No tengo duda alguna de eso! – gritó antes de que el tipo Agua disparara su Clavo Cañón por segunda vez, con tal velocidad y fuerza que su Pokémon sólo alcanzó a cubrirse otra vez, recibiendo buena parte de los ataques pero siempre mirando hacia el frente, luchando por él, por Tai…y por qué no decirlo, por Raine también.

- *Está muy lastimado como para esquivar moviéndose a un lado…habrá que ir de frente entonces…* - Con ardiente decisión en su mirada, el movimiento que podía ser el último surgió de su boca con todo su espíritu.- ¡¡Ve por él!! ¡¡Puño Dinámico!! – ordenó apuntando hacia el frente entregándole todo a su Pokémon, quien sacó sus fuerzas restantes incrementando el tamaño de su cola a casi el doble, prueba de que estaba muy cerca de caer y que al mismo tiempo iba a luchar hasta el final. Despegó en un ataque directo y frontal, con su puño derecho iluminado como prueba de la concentración de energía en esa zona. Buscaría golpear el mismo lugar que había recibido el impacto de su Cola de Hierro para debilitar aún más su resistencia, en un instante de todo o nada. Delibird a toda velocidad fue hacia el espacio de impacto, haciendo de esa secuencia algo impredecible.

Si lograba conectar con la suficiente fuerza, la medalla sería suya.