El sabor metálico de la sangre, pudo saborearlo aunque fuese por tan sólo un segundo. Ese impulso que le llevó a atacarle cual bestia salvaje no duró demasiado al ser parado casi de golpe, sin darle tiempo de dar uno que otro rasguño o enterrar más sus dientes en la suave y nieva piel del hada del bosque. Lo cierto era que Cherry no era muy fuerte, mucho menos era ágil en las peleas cuerpo a cuerpo, por lo que siempre terminaba mucho más herida de lo normal cuando se atrevía a devolver los golpes... más no recordaba haber recibido alguno está vez. Los gruñidos seguían saliendo de su boca mientras sus manos y piernas eran inmovilizadas, de su boca brotó un pequeño hilo de saliva seguido por uno de sangre, misma que caía cada vez más por su mentón al morder su lengua varias veces con toda su furia antes de poder calmarse un poco.

El dolor, el miedo, había pesado mucho tiempo desde que entro en ese estado caótico donde solo importaba acabar con el otro, de escapar costase lo que costase, aunque no sabía a ciencia cierta de que tipo de lugar debia hacerlo ahora. Su mente estaba nublada por una ira ciega, eso era evidente, pero nunca espero ser sometida de tal forma, una que era más humillante que el simplemente ser derribada al suelo para sangrar más.


El velo sagrado invadió su mente y cuerpo, pudo respirar de forma tosca, tomando grandes bocanada de aire antes de soltarlos cual Primape furioso, y en todo ese proceso no pudo fijar por más de un segundo sus ojos rosados y llenos de temor en los ajenos, sin saber porque temía de algo que parecía tan dócil en primer lugar. ㅡ Y-yo... ㅡ Carraspeó con un leve temblor que subió hasta su espalda, incapaz de entender en que situación se había metido. ㅡ N-no quiero ser curada. ㅡ Murmuró con una voz rota, aguda y al borde de las lágrimas, no tenía sentido para ella pues encontraba su estado irreparable. Por más bello que fuese ese santuario no sería más que un triste recuerdo una vez haya regresado a "casa".

No dijo nada más, ni siquiera contestó para librarse de las lianas, sólo guardo silencio mientras su cuerpo iba perdiendo el temblor y su respiración se normalizada, al punto que sus extremidades eran soltadas con gentileza denotando las buenas intenciones que tenía tanto Bellosom como la hermosa hada, era difícil sólo odiarlos por existir. Cuando sintió que su cuerpo era libre se dejó caer despacio de rodillas, seguido de reposar sus codos contra el suelo para pegar su frente contra el mismo y soltar el último suspiro de alivio que tenía guardado, intentando acoplarse a este nuevo y desconocido predicamento.

Entonces, ¿bastaba sólo con hablar?

Antes de que su contrario pudiera tener otra palabra recordó a sus Pokémon, obligada por la curiosidad a cuestionar sobre ellos. ㅡ ¿Cómo los encontraste? ㅡ Alzó un poco la cabeza, entrecerrando sus ojos ahora fijos sobre sus manos hechas puño. ㅡ No... ¿Qué hiciste para atraparlos? ¿Eres algún tipo de encantador Pokémon o...? ㅡ "o acaso cualquiera era mejor opción que la propia líder."

Pese a todo Cherry no podía imaginar regresar a Toxidra sin las criaturas que trajo para divertirse en el bosque para empezar, algunas podrían ser carroñeras e insensibles, más debía ser honesta, su crianza era pésima y tenía sentido que todos a su alrededor tarde o temprano la abandonarán, y aún así quería tenerlos para siempre. Casi sin aviso las lágrimas volvieron a correr por sus mejillas con esos vagos pensamientos, obligándole a arrastrarse de nuevo a la cama que tenía detrás y así poder esconderse bajo las sábanas mientras sollozaba.

Cherry ignoraba por completo la escena que se formaba fuera de la sábana, estaba demasiado metida en sentir pena por si misma que no recordaba haberle causado una herida al hada del bosque, aunque aún si se lo reclamará no sentiría ninguna culpa. No tenía idea de cómo responder a tal extraña forma de bondad, ni a las razones que le daba con tanta paciencia, era extraño escuchar una voz tan dulce por tanto tiempo. Entre sus sollozos era un poco difícil entender lo que le decían, por lo que terminó sentándose sobre la cama, dándole la espalda, ahora sacando la parte superior de su cabeza por la suave tela y cubriendo todo lo demás como si fuese un burrito.

ㅡ ¿Sufriendo? ¿A qué te refieres? ㅡ Murmuró apenas audible, girando un poco su cabeza para observarle con sus ojos entrecerrados pues la hinchazón de tanto llorar era demasiado molesta. ㅡ ¿Me estai diciendo que esas bestias sólo necesitaban bayas? ㅡ Se escucho como sorbia un moco y como la voz se le quebraba, sólo que ahora se notaba la clara molestia que sentía por dicha ofenda. ¿jodidas bayas? A ella no le tomaba el pelo con eso, no era tan estúpida como para no haber tratado con aromaterapia antes, o dándoles insanas cantidades de comida, esa chica debía ser una maldita bruja como para domarlos a todos en tan poco tiempo.

Guardo silencio hasta que le vio alejarse, esperando a que este diera una vuelta para salir, momento en el que emitió un sonido semejante al de una niña pequeña a la cual acaban de castigar sin poder salir a jugar. Una parte de si quería irse, escapar apenas perdiera de vista a sus salvadores, pero la otra sabía que era tiempo de rendirse, ¿por qué no? Lo había hecho toda la vida.

Cuando la figura del hada desaprecio junto a su enfermera, lo primero que hizo la joven fue levantarse de la cama y caminar hasta la puerta, deteniendo su andar de golpe al estar bajo el umbral por la advertencia que le dieron. No podria salir sola, y peor, no sabía si habría pasado sólo un rato o si habría pasado todo un día. Respiro hondo, dando unos cuantos pasos para atrás y ver dentro de las sábanas que aún usaba como una larga capa, notando por primera vez el montón de bendajes sobre su cuerpo. ㅡ ... Iugh. ㅡ Formó una mueca de disgustó, las bendas eran un arma de doble filo para ella pues no solía cambiarlas o limpiarlas, lo que llevaba a causar infecciones.

Alzó la cabeza, notando las hierbas que caían como los cabellos de una enorme madre tierra. Casi de inmediato comenzó a saltar para intentar agarrar una de la flores con su boca, fallando de forma brusca al pisar por accidente un pedazo de tela, provocando que cayera de nalgas contra el suelo. ㅡ Pfff... al cabo que ni quería probarlas. ㅡ Estaba herida, si, más estaba por demás acostumbrada a tener que moverse cuando su cuerpo agonizaba. Después de permanecer quieta por unos segundos se levantó para acercarse hasta la mesa, sacó uno de sus brazos para comenzar a levantar los cuentos y cualquier cosa que se le topará en frente, incluso los pequeños guijarros, dejando todo fuera de lugar antes de encontrar el pequeño baúl, el cual claro husmeo sin éxito.


En el rostro de Cherry se formo un puchero, se dejó caer a suelo de rodillas, después de cara, para comenzar a rodar su cuerpo lentamente con la sábana de disfraz, ignorando el dolor o incomodidad y dejando salir un sonido semejante a los quejidos de un Pokémon. Cuando su cuerpo hubo de chocar contra una de las paredes su cuerpo entero se rindió, el hambre volvió a aparecer y la sequedad en sus labios comenzó a molestar. No podía salir ni robar algo, sólo permanecer quieta haciendo sonidos extraños hasta que su compañía regresará, ojalá acompañado de alguno de sus Pokémon, aunque eso era esperar mucho.

No calculo el tiempo que pasó haciendo ese pequeño berrinche imaginario, más pudo notar que una presencia volvía a estar cerca de ella en cuanto el hada volvió a entrar en escena. Aún con la cara pegada al suelo, la alzó un poco para poder ver de reojo como su compañía dejaba un plato sobre la mesa de piedra, algo a lo que no le daba mucha importancia.

Volvió a cubrirse por completo con la sábana en un intento de olvidarse del mundo que le rodeaba, cada vez más nerviosa por lo que podría pasarle allí. Intento calmarse con la respiración, si quería salir de ese lugar más le valía confiar un poquito en las palabras ajenas, o al menos fingir que lo hacía. Después de soltar un sonido agudo semejante a los chillidos de un Minccino, por fin se dignó a levantar su cabeza, retirando un poco la sábana, y toparse con esa dulce sonrisa que le resolvía el estómago, ugh... ¿Cómo alguien podía ser tan dulce? ㅡ No. ㅡ Volvió a cubrirse, dejando pasar un minuto entero para volver a salir de su escondite -que no lo era-. ㅡ S-si, si quiero. ㅡ Con la afirmativa, un pequeño rubor brotó de sus mejillas.

Se sentó en su sitio, alzando un poco sus brazos para que le pasarán la comida, ahora inclinandose un poco para ver más allá de la figura de Calathea, notando esos ojos curiosos del umbral, como respuesta ella les miro fijamente tal cual su Viplume hacia con todos los demás, hasta que el hada del bosque le pasó el traste de madera lleno de, lo que parecía para ella, un montón de hojas con salsa. Lado su cabeza, tomando el plato y llevándolo cerca del rostro para orerlo. ㅡ ¿Qué rayos es esto? ㅡ Murmuró en bajito, había pasado tanto tiempo desde que comió algo saludable que al primer bocado su rostro no pudo más que hacer una mueca de disgustó por tan dulce sabor, tragandolo casi de inmediato.

Siguió la mecánica de tomar grandes bocados, masticar poco y pasar de inmediato para no sentir mucho ese sabor, pero podía notar que era una comida hecha con buenos sentimientos, vaya, eso si que era extraño, notar algo imposible de palpar en el mundo físico.

ㅡ ¿Non estash siehdo demasiaho amabre? ㅡ Pronunció aún masticando el último bocado de esa ensalada tan colorida, manteniendo la cabeza baja con muchas más dudas sobre su cabeza. Se pasó la comida, golpeó con suavidad su pecho para dejar escapar un poco de aire y volvió a centrarse en los tipo planta de la líder. ㅡ Vas a terminar siendo apuñalado por la espalda si ayudas a todo el mundo. ㅡ Se encogió de hombros con la certeza de que eso pasaría más temprano que tarde, si su salvador era un ser de luz como aparentaba, entonces aún no debía conocer el mundo real.

Una vez sintió que su cuerpo estaba más relajado, se puso de pie para dar pequeños pasos hacia la puerta, parando frente a los Pokémon y señalando a Leafon, ahora girando su cabeza hacia Calathea. ㅡ Tengo uno de esos... y es más lindo que el tuyo. ㅡ De nuevo, su poco tacto relucía apenas abría la boca. ㅡ Y mi Viplume es mucho más lindo que Lilligant, y Scolipede que Deerling. ㅡ Infló un poco sus mejillas sin importar si hería los sentimientos de los demás con tan poco, pero indirectas para que le diera a sus Pokémon ¿dónde? [?]

Cherry siguió invadiendo un poco el espacio de los visitantes al ponerse de cuclillas, estando a su misma altura y ladeando un poco su cabeza, dejando que su deslucido cabello descansará en el suelo. ㅡ ¿...Muerden? ㅡ Sacó uno de sus brazos de la sábana, aún pegada a ella como si fuese su piel, intentando tocar el rostro de Lilligant, parando a tan sólo unos milímetros aún esperando alguna respuesta.