Tienda de Pokédulces

Todo en ese lugar parecía brillar, sin dudas la idea de venir para ese lugar había sido la correcta, estaba sin dudar ante un hermoso y bello lugar junto a sus pokémons, con algunos pokéyenes y con las bayas especiales que habían recolectado antes, ahora estaban devuelta en un lugar lleno de esplendor para él y sus queridos pokémons. Sin duda Pixie era de sus lugares favoritos de toda la región y antes de dar con todo el asiendo de los gimnasios se quería dar unos pequeños momentos para hacer algún que otro recorrido, aunque claro el ya estaba claro de donde iría primero. Aquello que había vivido sin dudas como una revelación de donde quería comenzar con los desafíos que tenía por delante, por lo cual ahora estarían, caminando por las tiendas con ese evento aun en sus mentes, mientras que recorrían las tiendas en las que se encontraban, hasta llegar a una en especial la cual les había llamado la atención la última vez que habían recorrido el centro comercial, el cual era, esa tienda de dulces típicos de las regiones de Hoenn y Sinnoh, elaborados por dos primas, una de cada región, la verdad estaba entusiasmado de ver como serian estos productos, en si los dulces eran fascinantes y sin duda una de sus cosas favoritas, realmente no podia vivir sin ellos y querer que sus pokémons probaran de esos dulces de ese lugar era un hecho.

Al abrir la puerta y entrar acompañado de su reina, encontró un modo de colores adentros, sus ojos sin más brillaron ilusionados, ante el colorido de los dulces típicos de esas regiones, estaba embelesado ante esta escena, tan brillante y luminosa, tanto que incluso su propia pokémon estaba contenta de pasar con su paso elegante y ante el recibimiento cálido que tuvieron de parte de las dueñas de la tienda. Simplemente ese lugar tenía su fama bien puesta y estaba feliz de poder estar ahí y comprar, lo que había planeado obtener en ese día, sin más alegre mocionaría lo que quería de esa tienda y de manera bastante amable, las dueñas asentirían yendo a buscar el pedido del chico de cabellos rosados,siendo que este esperaria pacientemente su pedido, a la vez que hacia algo en lo que las chicas venian a darle lo pedido.

Mientras que las primas iban por el dulce pokémon en especifico que el chico les había pedido, entregando primero para esto el dinero y las bayas que ellas le habían requerido para ese servicio que tenían en esa lida tienda. Mientras que esto pasaba, él admiraba el lugar tan bellamente decorado, con esos bellos pastelitos y golosinas, que había en ese lugar, todo en realidad era bastante hermoso de ver a su parecer, tan adorable y con un ritmo genial. Casi se le paso volando el tiempo, en cuando las chicas llegaron con las cosas y sonriente tomo su pedido y les agradeció sonriente en todo momento.

– ♪Dulce, dulce, dulce♪ ¡Yam, Yam! ♪Dulce, dulce dulce!– Canta niña Soñadora Alice junto a su Hoppip de manera muy campante mientras vamos a la tienda de pokédulces a comprar tales cosas, pokémalazadas y pokécubos para sus pokémons (Y en el camino pasar a una tienda comprar para ella, claro). El hoppip pareciera cantar con su vocecita dulce junto a su entrenadora.

Siempre que Niña Soñadora Alice quiere ir a algún lado llama al laboratorio y, cuando me doy cuenta, ya estoy asignado a seguirla como un buen guardián (y niñera) para asegurarme de que esté bien y se divierta. Desde que me encontré con las residentes del dormitorio en Viridis city he terminado lidiando a menudo con la pequeña y a veces con Chica Rica Diana, aunque la última casi no me ha invocado después de mi reto al gimnasio de Xiang. Quizás debería llamarle un poco más y quedar con ella en algun lado.

–Te vez muy feliz. ¿Pero no sueles comprar con envio?– Pregunto curioso. No necesitábamos venir tan lejos a comprar los dulces. ¿Verdad?

–No es lo mismo. No hay olor en las imágenes y no hay color. La tienda de pokédulces es superlinda. Mis amigas han tomado fotos y mira– La pequeña saca su celular y saca una imagen de un pokédulce con el rostro de squirtle. –Hay que ir a verlo. Además dicen que hay sabores que sólo están disponibles si estás ahí– Responde con muchos animos.

– Okey. Me convenciste. Vayamos pues– respondo mientras saco una libreta. Yo a menudo cocino para mis pokémon. Quizás pueda aprovechar algo para sacar algunas ideas y probar algunas cosas, supongo. Al menos vale la pena ver si puedo variar los sabores de los pokédulces.  

Pronto entramos en la tienda. Mesas por doquier. En una esquina hay escaleras y asientos tipo bebe entre otros de diversos tamaños para poder comer junto a pokémon pequeños. Otros tamaños comen de pie o en el suelo de platos. Hay unos mareeps comiendo unos pokédulces realmente grandes. Parece que también tienen diferentes tamaños en dulces.

Pronto caminamos al mostrador. Haciendo una comparación encuentro el que comen los Mareeps y puedo ver que tiene coco. Se ve realmente apetitoso, vaya. Hay otro con fresas y chocolate. No estoy seguro de que todos los pokes puedan comer chocolate, pero quizás es sólo algo similar. Hay otros claramente de bayas. Puedo reconocer trocitos de baya atania, tamate, caquic y Yapati. Hay muchos más, pero no es tan fácil juzgar por los trozos. Quizás pueda reconocerlo por el olor una vez los saquen del refigerador.